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☀️ Universos Conexos

Una imagen vale mas que mil palabras

Arianne lo había conseguido. Se había despertado en un hermoso campo bañado por la luz del sol y en donde el aroma de las flores, la frescura de la hierba y el alegre y feliz ambiente de trinos y cantos de las numerosas aves, mezclados con la tibieza de la suave brisa, lo envolvían todo. Era un lugar maravilloso, donde reinaban la paz y la tranquilidad.

Después de haber aprendido la técnica sobre los viajes astrales y haberlo intentado muchas veces, había enfrentado sus temores y se había atrevido a cruzar ese primer umbral que significaba separarse de su cuerpo físico. Reflexionando internamente en medio del campo, se dio cuenta de que ahora podría ir a cualquier lugar, sin que importaran el tiempo, el espacio o la distancia. Y al instante y casi sin darse cuenta, frente a ella, se materializó lentamente una enorme puerta.

Caminó con determinación hacia el portal y, con un viento frío azotando su rostro, se detuvo al borde de este. Con el corazón palpitando en su pecho, sintió a sus espaldas el sol tibio que resplandecía sobre la verde pradera de un mundo que había siempre soñado. Un mundo de flores silvestres, ríos cristalinos y bosques frondosos. Un mundo de paz y armonía, solo posible de esta manera.

Delante de ella y al atravesar lo que parecía una tenue cortina inmaterial, el ambiente se volvía desolador. Un paisaje de montañas áridas y rocosas se extendía hasta donde alcanzaba la vista, sobre el cual se cernía un cielo gris y opaco. Un poco más allá y dominando todo el paisaje, un enorme planeta, muy similar a una luna, parecía querer hundirse en el horizonte, dando la impresión, a ratos, de que chocaría con el planeta o se adentraría por debajo de este en una órbita muy cercana. Se trataba de un mundo que emanaba una energía tanto hostil y como misteriosa.

La mente de Arianne se llenó de preguntas. ¿De qué se trataba este mundo al otro lado del portal? Aunque en un principio se le pareció conocido, lo que se asemejaba a la luna de nuestra tierra, le causaba cierto temor. ¿Por qué estaba allí, tan cerca? ¿Se trataba de la misma tierra? Y de ser así, ¿a qué época correspondía lo que estaba observando? ¿Sería acaso el pasado o el futuro de nuestro planeta?

Pero había una pregunta que resonaba con más fuerza que las demás: ¿Este era su destino? ¿Sería este el momento inicial de la gran aventura que había soñado y estuvo buscando toda su vida?

La emoción de la aventura se mezcló con un sentimiento de duda. Un paso hacia adelante, la llevaría a un mundo que le parecía desconocido, y quizá repleto de peligros y desafíos. Un paso atrás, la regresaría a la seguridad de lo conocido y la aparente tranquilidad de su hogar. Apretó los dientes y respiró profundo. Cerró los ojos por un momento, concentrándose en su intuición. Y cuando los abrió de nuevo, su decisión estaba tomada.