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Saitama era un héroe que podía derrotar a cualquier enemigo con un solo golpe. Era tan fuerte que nadie podía hacerle frente. Sin embargo, también se sentía aburrido y vacío, pues no encontraba ningún desafío ni emoción en sus batallas.
Un día, mientras caminaba por la ciudad, vio a un niño llorando en la calle. Se acercó a él y le preguntó qué le pasaba.
Mi mamá me obliga a comer verduras todos los días, pero yo no quiero. Son feas y saben mal. Quiero comer hamburguesas, pizzas y helados, como los otros niños. - dijo el niño entre sollozos.
¿Verduras? ¿Qué tienen de malo? - preguntó Saitama.
Pues que no me gustan. Además, no sirven para nada. Yo quiero ser fuerte y rápido, como tú. ¿Cómo lo hiciste? ¿Qué comiste para ser tan poderoso? - preguntó el niño con curiosidad.
Saitama se rascó la cabeza y recordó su entrenamiento.
Bueno, yo seguí una rutina muy simple. Hacía 100 flexiones, 100 abdominales, 100 sentadillas y 10 kilómetros de carrera todos los días. Sin aire acondicionado ni calefacción. Y también comía muy sano. - dijo Saitama.
¿Qué es comer sano? - preguntó el niño.
Pues comer verduras, frutas, cereales, legumbres, carne, pescado, huevos, lácteos... Todo lo que te aporte nutrientes y energía para tu cuerpo. Las verduras son muy importantes, porque tienen vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes que te ayudan a crecer, a prevenir enfermedades y a mejorar tu salud. - explicó Saitama.
¿En serio? ¿Y no comías nada de comida chatarra? - preguntó el niño.
No, nunca. La comida chatarra solo tiene grasas, azúcares, sal y aditivos que te hacen engordar, te dañan los dientes, el corazón, el hígado y el cerebro. Te quitan el apetito y te hacen sentir cansado y de mal humor. No te aportan nada bueno. - dijo Saitama.
Vaya, no lo sabía. Pero es que las verduras son tan aburridas... - dijo el niño.
No tienen por qué serlo. Hay muchas formas de prepararlas y combinarlas para que sean más sabrosas y divertidas. Puedes hacer ensaladas, sopas, cremas, guisos, salteados, tortillas, pasteles, pizzas, hamburguesas, nuggets... Todo con verduras. Solo tienes que usar tu imaginación y tu paladar. - dijo Saitama.
¿De verdad? ¿Me puedes enseñar? - preguntó el niño.
Claro, ven conmigo. Te voy a llevar a mi casa y te voy a cocinar algo rico con verduras. Verás como te gusta. - dijo Saitama.
Está bien, te sigo. Pero solo si me prometes que después me enseñas a pelear como tú. - dijo el niño.
Trato hecho. - dijo Saitama.
Y así, Saitama y el niño se fueron juntos a la casa del héroe. Allí, Saitama le preparó una deliciosa lasaña de verduras, con tomate, berenjena, calabacín, queso y bechamel. El niño la probó y le encantó. Le pidió repetir dos veces más. Luego, Saitama le hizo un batido de frutas, con plátano, fresa, naranja y leche. El niño lo bebió y se sintió muy refrescado. Después, Saitama le dio una manzana y un trozo de chocolate negro como postre. El niño se los comió y se quedó muy satisfecho.
¿Qué te ha parecido? ¿Te ha gustado? - preguntó Saitama.
Me ha encantado. Estaba todo muy rico. Nunca pensé que las verduras pudieran ser tan buenas. Me siento muy bien. Tengo mucha energía y ganas de hacer cosas. Gracias, Saitama. Eres el mejor. - dijo el niño.
De nada, me alegro de que te haya gustado. Y ahora, ¿quieres que te enseñe a pelear? - preguntó Saitama.
Sí, por favor. Quiero ser tan fuerte como tú. - dijo el niño.
Bueno, pues vamos al parque. Allí te mostraré algunos trucos. Pero recuerda, lo más importante es comer sano y balanceado. Así podrás desarrollar todo tu potencial. - dijo Saitama.
Lo haré, lo prometo. Y también le diré a mi mamá que me haga más verduras. A partir de ahora, me comeré todas las que me ponga en el plato. - dijo el niño.
Eso está muy bien. Estoy seguro de que tu mamá se pondrá muy contenta. Y yo también. - dijo Saitama.
Y así, Saitama y el niño se fueron al parque a entrenar. El niño aprendió mucho de Saitama y se divirtió mucho con él. Saitama también se sintió feliz de haber ayudado al niño y de haber encontrado un nuevo amigo. Ambos se prometieron volver a verse pronto y seguir compartiendo sus aventuras.