LA FRASE DE HOY
— Zig Ziglar
En un pequeño pueblo, no mu lejano de donde estás, había un joven llamado Oneray.
El hábito de Oneray era quejarse absolutamente de todo. Si hacía sol, quería que lloviera, si caía lluvia, deseaba que solo estuviera nublado, si tenía que ir a la escuela se quejaba, y si no, también se quejaba porque tenía que quedarse en casa.
Se quejaba todos los días, y si no había nada de que quejarse porque todo estaba perfecto, se quejaba igual porque asumía que pronto cambiaría todo de forma negativa para él.
No era nada fácil pasar 5 minutos con él, porque compartía su negatividad, aunque quien lo escuchara no la quisiera, siempre los embarraba con sus quejas. Un día, la gente que lo conocía, cansado de lo mismo todos los días, decidieron que era momento de intervenir y hacer algo al respecto.
En todo pueblo, siempre hay alguien anciano que nos da las mejores reflexiones de vida que podamos escuchar, y en este caso, no era diferente.
Un día, Sabio, un hombre de avanzada edad y que era conocido por las cosas que decía y la paz que transmitía al conversar con la gente, se le acercó a Oneray y le dijo:
— Quiero que recibas y conserves esta caja. Solo podrás abrirla cuando cambies tu actitud, porque dentro de ella, ha algo que puede cambiar toda tu vida.
Oneray, después de mirar la caja por todos lados y ver que no había nada que pudiera afectar su día, decide tomarla con cuidado y aceptar el reto que el anciano le había propuesto.
No era una caja grande, al contrario, era una caja pequeña, como si se tratara de una caja de zapatos para bebés. Era cuadrada, pero su altura era dos veces más pequeña que sus lados. Estaba forrada con un papel rojo intenso, como si fuera de regalo, y encima un hermoso lazo del mismo color pero un poco más oscuro. La llevó a su casa y la puso sobre una mesa de noche donde la podía ver al levantarse y al acostarse.
En la tarjeta, el anciano escribió las siguientes palabras:
Oneray, decidido a abrir la caja, se propuso a encontrar el lado positivo de las cosas y de buscar soluciones antes de quejarse.
No pasó mucho tiempo cuando la gente que lo evitaba, comenzó a ver cambios significativos en Oneray; Ya no era esa persona que se quejaba todo el tiempo por cualquier cosa, ahora era más amable, más comprensivo y también más feliz.
Finalmente, un día, al percatarse que la gente ya no lo evitaba y pasaban tiempo teniendo buenas conversaciones, creyó que era el momento de abrir la caja; Buscó en su casa la caja, fue hasta donde vivía, el anciano y le dijo:
— Creo que mi actitud ha cambiado porque la gente que me evitaba, ahora se sienten bien en mi presencia. ¿Será un buen momento para abrir la caja?
Sabio, aquel hombre de pelo largo y una gran barba blanca, asintió con la cabeza esbozando una sonrisa.
Oneray, con las manos algo temblorosas, quitó el lazo y abrió con cuidado la caja; Al mirar dentro, vio su reflejo en un espejo que cubría todo el fondo de la caja. Fue allí donde notó que su rostro había sufrido una transformación. Aprendió la lección más importante de toda su vida: ** La magia está dentro de cada ser humano y solamente al cambiar la forma de ver las cosas, las cosas pueden cambiar de forma casi de inmediato**.
Desde ese día, Oneray se convirtió en una fuente de inspiración para muchos en el pueblo, y su historia recordaba a los habitantes del pueblo que tener una actitud positiva, no solo cambia la forma en la que vemos el mundo y las cosas que nos rodean, sino que también puede abrir la puerta a un universo lleno de infinitas oportunidades, y la felicidad que nunca imaginamos que fuera posible.
Al sacar el espejo de la caja, encontró algo escrito en el fondo:
Ahora que ves las cosas más claramente, contagia de amor y buenos deseos a quienes te rodean y también a aquellos que leen este escrito. Es tiempo de compartir a otros, este regalo.
VERSIÓN EN INGLÉS
TODAY'S PHRASE
— Zig Ziglar
In a small town, not far from where you are, there was a young man named Oneray.
Oneray's habit was to complain about absolutely everything. If it was sunny, he wanted it to rain, if it rained, he wanted it to be just cloudy, if he had to go to school he complained, and if not, he also complained because he had to stay home.
He complained every day, and if there was nothing to complain about because everything was perfect, he complained anyway because he assumed that soon everything would change negatively for him.
It was not easy to spend 5 minutes with him, because he shared his negativity, even if whoever listened to him did not like it, he always muddied them with his complaints. One day, people who knew him, tired of the same thing every day, decided it was time to step in and do something about it.
In every town, there is always someone old who gives us the best reflections on life that we can hear, and in this case, it was no different.
One day, Wise, an elderly man who was known for the things he said and the peace he transmitted when conversing with people, approached Oneray and said:
— I want you to receive and keep this box. You will only be able to open it when you change your attitude, because, inside it, there is something that can change your entire life.
Oneray, after looking at the box from all sides and seeing that there was nothing that could affect his day, decides to take it carefully and accept the challenge that the old man had proposed.
It wasn't a big box, on the contrary, it was a small box, like a baby shoebox. It was square, but its height was twice as small as its sides. Furthermore, it was covered with deep red paper as if it were a gift, and on top of it a beautiful bow of the same color but a little darker. He took her to his house and he put her on a nightstand where he could see her when he got up and went to bed.
On the card, the old man wrote the following words:
Oneray, determined to open the box, decided to find the positive side of things and look for solutions before complaining.
It wasn't long before people who avoided him began to see significant changes in Oneray; He was no longer that person who complained all the time about anything, now he was kinder, more understanding, and also happier.
Finally, one day, upon realizing that people were no longer avoiding him and were spending time having good conversations, he believed it was time to open the box; He searched his house for the box, and went to where he lived, the old man, and told him:
— I think my attitude has changed because the people who avoided me now feel good in my presence. Will this be a good time to open the box?
Wise, that man with long hair and a big white beard, nodded his head with a smile.
Oneray, with somewhat trembling hands, removed the bow and carefully opened the box; Looking inside, he saw his reflection in a mirror that covered the entire bottom of the box. It was there that he noticed that his face had transformed. He learned the most important lesson of his entire life from him: Magic is within every human being and only by changing the way you see things, things can change shape almost immediately.
From that day on, Oneray became a source of inspiration for many in the town, and his story reminded the townspeople that having a positive attitude not only changes the way we see the world and the surrounding things. , but it can also open the door to a universe full of infinite opportunities, and happiness we never imagined was possible.
Taking the mirror out of the box, he found something written on the bottom:
Now that you see things more clearly, spread love and good wishes to those around you and also to those who read this writing. It's time to share this gift with others.
Imagen tomada de la publicación original de @latino.romano
Image taken from the original post powered by
Marianne West
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