Pront: "Tanta crueldad"

Laura había de salido del salón, y estaba sentada en el jardín, junto con otros niños, esperando a que su mamá o su hermana vinieran a buscarla a la escuela. Después de un rato de espera, Laura vio a su madre y salió corriendo hacia ella con su morral escolar en la espalda. Y después de abrazar, besar y saludar a su madre, ambas se fueron caminando a casa.

En el camino, la madre de Laura, le preguntó cómo le había ido en clase, y eso bastó para que la pequeña comenzara a hablar sin parar, contándole todos los detalles de su día. La madre, estaba encantada con Laura, con su alegría, con su soltura, en la forma de explicar lo que había hecho, y en el recuerdo de los detalles de ese día.

Cuando Laura hizo una pausa, su mamá le preguntó si quería ir a comerse un helado, a lo que Laura, contestó de inmediato con un gran “Sí, quiero”. Y eso hizo que la mama de Laura desviara su camino, e ingresara al parque. Su idea era ir a la fuente de sodas que está en el parque con Laura y sentarse con ella a comer un helado, en un ambiente diferente, con árboles, cantar de pájaros y la risa de los otros niños que estuviesen jugando ahí.

Era muy bonito e interesante, ver a Laura sentada con su mamá, ya que si Laura no fuese una niña, uno diría que estaba viendo a dos amigas compartir la tarde. Ambas estaban hablando, sonriendo y comiendo sus helados de una manera muy alegre en la fuente de soda.

Al rato de ellas estar sentadas compartiendo, llegó una señora con tres niños. Los niños eran muy alegres y, al parecer, un poco tremendos, ya que la señora se dirigía a ellos con gritos constantemente. Después de un rato, llegó el mesero con la orden que habían pedido en la mesa de los niños, y en medio del juego que tenían los niños en la mesa, uno de los refrescos se cayó y el líquido mojó la ropa de la señora.

En ese momento, la señora se levantó, le gritó al niño y después lo golpeó, diciéndole un poco de palabras que no eran acordes para un niño. La mamá de Laura, al ver la situación, tomó a su hija, fue hacia la caja de la fuente de sodas, pagó y se fue, indignada por el maltrato que la otra señora le había hecho al niño.

Laura, le preguntó a su madre, la razón por la cual esa señora había golpeado al niño y le había dicho todas esas cosas feas, por un vaso que se cayó por accidente. La mamá de Laura la miró con cariño y le dijo, que no todas las personas tenían buen carácter, y también le dijo, que había madres que, en vez de explicar los errores a sus hijos, los trataban de esa manera, pero también le explicó, que eso no era siempre, sino que eran casos aislados.

Laura miró a su mamá, y le dijo: “Mami, me alegra mucho que tú seas una de las madres que explica". La mamá de Laura, paró su camino, se agachó y le dio un beso a su hija, después le dijo: “Laura, prométeme, que en un futuro, cuando seas madre, nunca tratarás a tus hijos, por más molesta que estés con tanta crueldad, como lo hizo esa señora."

Laura le hizo esa promesa a su madre, y ahora que es adulta y con dos hermosos y tremendos niños, cada vez que está a punto de perder la paciencia con ellos, le llega a la mente el recuerdo de la señora maltratando al niño en la fuente de soda, recuerda lo que ella sintió al ver como maltrataban al niño, y después recuerda la promesa que le hizo a su madre.

Siendo así, ella usa esta táctica, para recuperar su paciencia y su sentido común, cuando se molesta con los niños.

Muchas gracias por leerme.

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