Por ahorrarme la pena de no verte
he bordado tu rostro en agua clara
para soñar que puedo amanecerme
tocando el filo de tus labios con palabras.
Pero no de aquellas que insistan que te quiero
o que vuelvan del amor una plegaria
si no aquellas que visten simplemente
del flujo de placer entre las olas y la playa.
Dejo el cambio que olvidaste en nuestra mesa,
junto aquella sonrisa aventurada,
que aprendió a decirle no a todos los besos
para luego suspirar por las mañanas.
Poesía y dibujo
@saulos