Cuentame una historia (20 de febrero 2023) Todo por una sopa (Español-English)

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Todo por una Sopa

Auroria era un planeta que tenía 2 soles y el cielo cambiaba constantemente de color estaba habitado por personas de diferentes lugares del universo, pero siempre había mucho movimiento de sus habitantes, sobre todo en lo que se conocía como el gran mercado donde todos acudían para hacer sus compras
Alba era una joven alta y delgada muy conocida por todos debido a que cocinaba una exquisita sopa y los días que eso ocurría su casa era muy visitada, a pesar que siempre buscaba otras recetas para variar su menú, la sopa, era lo que más le pedían.
Uno de esos días, que se dirigía al mercado, sintió una molestia en su pie y notó que su zapato estaba perforado. Ella levantó su pie para ver porque sentía piedrecillas al caminar.
—Tu zapato tiene un agujero, —le dijo una señora bastante voluminosa y que siempre llevaba una sonrisa en su rostro.
—¡Vaya agujero! No sé qué pasó señora Ángeles, son zapatos nuevos.
Todos los que pasaban reían de ver a la joven Alba mostrar aquel agujero.
—Es un extraño agujero, —le dijo un hombre algo extraño, que vestía un traje oscuro y llevaba una capucha. Acercó su cara desenfadada y le dijo:
— Hay ciertos peligros que necesitan de una buena sopa, Joven. —Alba le sonrió, sin entender. Así que dejó de preocuparse del agujero de su zapato y terminó de comprar lo que necesitaba, regresó a su casa. Cuando preparaba las verduras notó que una de ellas traía algo raro en su interior, era un objeto redondo y cubierto de símbolos grabados. Se acercó a la ventana y comenzó a examinarlo con cuidado, parecía lanzar chispas y notó que algo se movía en el cielo cada vez que ella lo manipulaba. El hombre extraño apareció nuevamente y con gran destreza cubrió el objeto con un trozo de tela.

—No debe hacer eso, — le dijo, —es peligroso, hay algunas personas que darían mucho dinero por ese objeto.
—¡Oh! La Joven Alba mantenía la boca abierta por el asombro.
—¡Venga aquí! — le dijo el hombre, —aléjese de esa ventana. Le voy a explicar. Pero primero me presentaré, soy Arlequino Holsen, vengo del planeta Cinderella, donde solo podemos ver un sol. Soy un agente sideral, nos encargamos de proteger el universo y estoy buscando a cierta organización malvada que está detrás de este objeto.
—¡De este objeto señor Arlequino!...
—Sí, porque con él, pueden controlar los soles de Auroria y…
—¿Y qué señor Arlequino?...
—Dominarían parte del universo.
—¿Y cómo es que llegó hasta mi sopa, digo mis verduras?
—Todo estaba planeado por el Racunino, viene del planeta
Racúnin, cuna de la raza pigmea, este enano es un científico físico-cuántico, el participó de su invención, él, la trajo hasta Auroria y es un fanático de su sopa...
El hombre daba vueltas como buscando las palabras necesarias para seguir con la explicación, Alba lo seguía con la vista.
—Este Racunino, — prosiguió — es de la tribu carmaleona, pueden convertirse en cualquier cosa y necesitaba llegar al sitio donde había escondido el objeto, pero sin llamar la atención.

—¿Qué tiene eso que ver conmigo? El objeto está aquí, pero el Racunino no está.
El hombre extraño se frotó la barbilla, dio unas vueltas y prosiguió:
—Le dije que él podía convertirse en cualquier cosa, ¡levante el pie!
—¡Tengo un agujero! —gritó.
—Usted dijo que sus zapatos eran nuevos... Ahí está el detalle, el Racunino se convirtió en una piedra, rompió su zapato y usted lo transportaría al mercado. Lo que él, no pensó, fue en la molestia que le causaría, lo que hizo que en una sacudida usted expulsara la piedra y adiós Racunino.
—¡Oh! Así que el agujereó mi zapato nuevo, lo tiene que pagar.
—¡Y lo pagará!... Pero eso hizo que él, no pudiera recuperar el objeto y ahora, tiene que venir a comer sopa, pero, para eso, tiene que hacerse visible y los malvados de este cuento, también vendrán a comer, así que prepare la sopa.
—¡Sí!, ¡mi sopa! les daré la sopa más espectacular que haya hecho.
—Ahora tengo que irme, estaré aquí a la hora de la sopa, será un placer ayudarla a servir las mesas.

Cuando quedó sola, dio unos pases de baile y cantaba mientras con gran maestría pelaba las verduras.

Cuando todo estuvo listo puso a funcionar la gran campana y en las afueras de su casa se formó una larga fila de comensales, esperaban en el más absoluto silencio. Cuando las campanas se apagaron iban entrando a una sala espaciosa, el hombre extraño había servido los recipientes llenos de sopa. Alba, miraba por una ventanilla para ver cómo iba todo, allí lo vio, sintió un fuerte calor en sus orejas de saber que aquel insignificante ser había roto sus zapatos, él se sentó solo y no dejo que nadie más se ubicara en aquella mesa.

Arlequino Holsen, que ahora no llevaba capucha, sino un sombrero de copa alto y una levita gris se acercó con el pedido de las sopas.

El Racunino estaba quieto, sin mover ni un músculo, el agente terminó de servir y se retiró, no le preguntó nada.

Pasaron pocos minutos cuando entraron dos personas extremadamente altos y gordos, el agente se apresuró a colocarle unas sillas más grandes, ellos miraban con curiosidad al enano. comieron la sopa, despues hicieron la señal de querer otra ronda.
—Este es el momento Joven Alba, tome esto, —le entregó un paquete, — vierta eso en sus platos, es todo.
—¿Y si cambia su sabor?
—No lo hará, son verduras sintéticas, y por lo que usted vio, esos seres, ni siquiera mastican. El hombre salió con el pedido.

Alba tenía miedo, un cambio en su sopa sería el fin, se asomó por la ventanilla y vio cuando todos bebían su sopa, por primera vez el Racunino sonreía, los tipos altos y gordos se levantaron y salieron con rapidez, el enano no se movió.
—¿Y ahora qué pasa?
Arlequino Holsen salió tan rápido como pudo, la joven Alba, apenas lo pudo ver, ella también quiso correr, pero vio que había muchos comensales esperando.

Los tipos altos y gordos se metieron en un callejón, el agente sideral Arlequino Holsen, vio cómo se iban desmembrando y se convirtieron en una serie de pequeñas sombras que iban desapareciendo en diferentes direcciones, hasta que solo quedó un viento frío y solitario. Sonrió, todo iba muy bien.

El agente sacó un pequeño teléfono de su traje y llamó:
—Agente Holsen reportando, todo está controlado, ellos tienen el material en su interior, van hacia su destino, pueden proceder. Ahora debo regresar, la joven Alba me necesita.
Cuando llegó, Alba ya había terminado y estaba sentada frente al Racunino.
—Eres muy rápida, —ella sonrió, —y qué tenemos aquí, un buen trozo de piedra esculpida, quedará bien en tu huerta.
—¿Qué le pasó a este enano?
—Yo diría que le cayó mal la sopa.
—¡Eso no puede ser!
—¡Tranquila! miremos los soles, hay cosas dignas de ver.

En ese momento los soles resplandecieron y una gran aureola parecía unirlos, los habitantes de Auroria anotaron ese día como algo extraordinario, el objeto buscado perdió todo su brillo. Arlequino Holsen sabía que el universo por los momentos estaba a salvo. luego sintió un escalofrío cuando las manos de la joven Alba tomo las de él.

All for a Soup

Auroria was a planet that had 2 suns and the sky was constantly changing color was inhabited by people from different parts of the universe, but there was always a lot of movement of its inhabitants, especially in what was known as the great market where everyone came to do their shopping.

Alba was a tall and thin young woman well known by everyone because she cooked an exquisite soup and on the days when that happened, her house was very visited, although she was always looking for other recipes to vary the menu, the soup was what was most requested.

One of those days, on her way to the market, she felt a discomfort in her foot and noticed that her shoe was perforated. She lifted her foot to see why she felt pebbles as she walked.
—Your shoe has a hole in it, — said a rather bulky lady who always wore a smile on her face.
—What a hole! I don't know what happened, Mrs. Angeles, they are new shoes.
Everyone who passed by laughed to see young Alba showing that hole.
— Everyone who passed by laughed to see young Alba showing that hole.
—It's a strange hole, —said a somewhat strange man, who was wearing a dark suit and a hood. He put his casual face close to her and said:
—There are certain dangers that need a good soup, Young man. —Alba smiled at him, not understanding. So she stopped worrying about the hole in her shoe and finished buying what she needed, she returned home. When she was preparing the vegetables she noticed that one of them had something strange inside, it was a round object covered with engraved symbols. She approached the window and began to examine it carefully, it seemed to throw sparks and she noticed that something moved in the sky every time she handled it. The strange man appeared again and with great dexterity covered the object with a piece of cloth.

—You must not do that, —he said, —it is dangerous, there are some people who would give a lot of money for that object.
—Oh! Young Alba kept her mouth open in amazement.
—Come here! — said the man, —Stay away from that window. I'll explain. But first I will introduce myself, I am Arlequino Holsen, I come from the planet Cinderella, where we can only see one sun. I am a sidereal agent, we are in charge of protecting the universe and I am looking for a certain evil organization that is behind this object.
—Of this object Mr. Arlequino!...
—Yes, because with it, they can control the suns of Auroria and....
—And what Mr. Arlequino?...

—They would dominate part of the universe.
—And how did it come to my soup, I mean my vegetables?
—Everything was planned by the Racunino, he comes from the planet Racúnin, cradle of the pygmy race, this dwarf is a physical-quantum scientist, he participated in its invention, he brought it to Auroria and he is a fan of its soup...

The man was walking around as if looking for the necessary words to continue with the explanation, Alba was following him with her eyes.
This Racunino - he continued - is from the Carmaleon tribe, they can turn into anything and he needed to get to the place where he had hidden the object, but without attracting attention.

—What does that have to do with me? The object is here, but the Racunino is not.
The strange man rubbed his chin, spun around and continued:
—I told you he could become anything, lift your foot!
—I have a hole! -She shouted.

—You said his shoes were new? There's the rub, the Racunino turned into a stone, broke his shoe and you would transport him to the market inside the hole. What he didn't think of, was the inconvenience it would cause you, which made you shake the stone out and bye-bye Racunino.

—Oh! So he punctured my new shoe, he has to pay for it.
—And he will pay!... But that made him unable to get the object back and now he has to come to eat soup, but for that he has to make himself visible and the bad guys of this story will come to eat too, so prepare the soup.
—Yes, my soup! I will give them the most spectacular soup I have ever made.
—Now I have to go, I'll be here at soup time, it will be a pleasure to help you serve the tables.
When she was left alone, she did a few dance steps and sang while she expertly peeled the vegetables.

When everything was ready, she set the big bell ringing and a long line of diners formed outside her house, waiting in absolute silence. When the bell had extinguished its call, they all filed into a spacious room. The strange man had served the bowls full of soup. Alba, looking through a window to see how everything was going, saw the Racunino, and felt a strong heat in her ears knowing that this insignificant being had broken her shoes. The dwarf sat alone and did not let anyone else sit at the table.

Arlequino Holsen, now wearing no hood, but a tall top hat and a gray frock coat approached with the order for the soups.
The Racunino was still, without moving a muscle, the agent finished serving and left, he did not ask him anything.
A few minutes passed when two extremely tall and fat people came in, the agent hurried to place some bigger chairs, they looked at the dwarf with curiosity.

—This is the moment Young Alba, take this, —he handed her a packet,—pour that on your plates, that's all.
—What if it changes its taste?
—It won't, they are synthetic vegetables, and from what you saw, those beings, they don't even chew. The man left with the order.

Alba was afraid, a change in her soup would be the end, she looked out the window and saw when everyone drank her soup, for the first time the Racunino smiled, the tall fat guys got up and left quickly, the dwarf didn't move.
—What's the matter now?
Arlequino Holsen came out as fast as he could, young Alba, she could barely see him, she wanted to run too, but she saw that there were many diners waiting.
The tall, fat guys got into an alley, the sidereal agent Arlequino Holsen, saw how they were dismembering and became a series of small shadows that were disappearing in different directions, until only a cold and lonely wind remained. He smiled, everything was going very well.
The agent pulled a small phone out of his suit and called:
—Agent Holsen reporting, everything is under control, they have the material inside, they are on their way to their destination, you may proceed. Now I must return, young Alba needs me.
When he arrived, Alba had already finished and was sitting in front of the Racunino.
—You are very quick, —she smiled, —and what do we have here, a nice piece of carved stone, it will look good in your orchard.
—What happened to this dwarf? —she said.
—I think the soup hurt him.
—That can't be!
—Calm down! Let's look at the suns, there are things worth seeing.
At that moment the suns shone and a great halo seemed to unite them, the inhabitants of Auroria noted that day as something extraordinary, the searched object lost all its brightness. Arlequino Holsen knew that the universe was safe for the moment. Then he felt a shiver as young Alba's hands took his. He smiled.


Invito para que se unan a @eleazarvo y @elemarg25



Las imágenes fueron generadas con la inteligencia artificial Photoleap y editadas con PhotoScape.The images were generated with artificial intelligence: Photoleap and edited with PhotoScape.
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