Pequeña bailarina
Ahí estaba, bella y serena como la noche de luna llena,
pasos inaudibles al compás de una melodía increíble,
la gente expectante con ojos punzantes de buenas maneras,
seguían su gracia por el escenario, no había agravio,
solo un silencio imaginario.
El tiempo no avanza, ella lo detiene,
llora, desespera, lucha y vence,
qué gracia tan grande le sobreviene,
llena el espacio y después muere.
El público no aguanta, la sangre les hierve,
se levanta y expresa el sentimiento adquirido,
el honor de la pieza se llena y converge,
con una lluvia de aplausos bien merecidos.
Esta es mi estrada para el concurso Club de poesía de la Freewritehouse. Puedes consultar los detalles Aquí