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Los grandes momentos de la infancia ✈️
Louis era un niño curioso y lleno de imaginación, siempre soñaba con nuevas aventuras y exploraciones. Su juguete favorito era un avión de madera que su abuelo le había regalado en su cumpleaños. Pero este avión no era solo un juguete: era el vehículo que le permitía recorrer mundos desconocidos cada vez que él lo deseaba.
Todas las tardes después de llegar de la escuela, corría emocionado al parque más cercano con su avión en mano. Allí, Louis se convertía en un piloto intrépido que surcaba los cielos y que seguía descubriendo más lugares asombrosos, llenos de otras razas inteligentes y animales nunca antes vistos.
Y así pasaba sus tardes este niño aventurero, cuando un día se produjo un giro inesperado en sus juegos: se encontró una vieja caja enterrada debajo de uno de los árboles del parque. La caja estaba cubierta de tierra y musgo y parecía haber estado allí durante muchos años.
Con nerviosismo, se aseguró de que nadie lo estuviese mirando para abrir la caja y revisar su contenido. Para su sorpresa encontró dentro de ella un mapa antiguo y una brújula; el mapa trazaba la ruta de una isla misteriosa en medio del océano, y la brújula parecía estar hecha, únicamente, para señalarle la dirección que debía tomar hacia esa isla sin importar cuantas veces la girara.
Louis, eufórico por su descubrimiento, decidió que debía conocer la isla. Regresó a su casa y le contó a su abuelo, el cual sonrió y le dijo que esa isla era conocida como la Isla de lo Posible, un lugar donde todos los sueños podían hacerse realidad.
Esa noche, el niño no pudo dormir, pues su mente estaba llena de imágenes de la Isla y de todas las aventuras que le esperaban en ella. A la mañana siguiente se levantó más temprano que de costumbre, empacó algunas provisiones junto a su avión de madera, el mapa, la brújula y se dirigió al puerto.
En el puerto encontró un pequeño bote de remos que parecía haber sido abandonado. Sin pensarlo dos veces se subió en él y comenzó a remar hacia el horizonte, siguiendo la dirección que la brújula le indicaba. Remó durante horas, tenía los brazos tan cansados que ya no los sentía.
Cuando pensó que todo su esfuerzo había sido en vano, empezó a divisar en la distancia una pequeña isla rodeada de aguas cristalinas. No lo podía creer, era cierto lo que le había dicho su abuelo. Louis desembarcó y decidió explorar el lugar.
Todo estaba lleno de árboles frutales, de flores exóticas y animales diminutos de especies que no lograba definir, los cuales lo observaban fijamente y lo seguían “a escondidas” mientras se desplazaba. Pero lo más sorprendente de todo era una cueva, ubicada en el centro de la isla de la cual emanaba una luz dorada.
Con el corazón golpeando fuertemente en su pecho, decidió entrar en la cueva.
Una vez dentro, vio un montón de juguetes y libros, los cuales parecían haber sido dejados por otros niños que habían encontrado la isla antes que él. Aunque lo más valioso de todo era un viejo diario, escrito con pluma por un niño llamado George que había vivido en la isla hace muchos años atrás.
En el diario, George describía cómo había encontrado la Isla de lo Posible y cómo había pasado sus días explorando y jugando. También, había dejado un mensaje para cualquier niño que encontrara la isla después de él: "Nunca dejes de soñar porque los sueños nos mantienen vivos".
Louis pasó el resto del día en la isla jugando con su avión y con los demás juguetes que había encontrado. Cuando el sol comenzó a ponerse, decidió que era hora de volver. Con el corazón lleno de alegría y la mente llena de nuevas historias, remó de vuelta al puerto y corrió a casa para contarle a su abuelo sobre su increíble aventura.
Desde ese día, Louis nunca dejó de soñar. Cada vez que miraba su avión de madera, recordaba la Isla de lo Posible y las maravillosas experiencias que había vivido allí. Y aunque nunca volvió a encontrar la isla, sabía que siempre estaría allí, esperando a que otro niño curioso y valiente como él la descubriera.
The great moments of childhood ✈️
Louis was a curious and imaginative child, always dreaming of new adventures and explorations. His favorite toy was a wooden airplane that his grandfather had given him for his birthday. But this airplane was not just a toy: it was the vehicle that allowed him to travel through unknown worlds whenever he wanted to.
Every afternoon after coming home from school, he would excitedly run to the nearest park with his airplane in hand. There, Louis would become an intrepid pilot taking to the skies and continuing to discover more amazing places, filled with other intelligent races and animals never seen before.
And so spent his afternoons this adventurous boy, when one day there was an unexpected twist in his games: he found an old box buried under one of the trees in the park. The box was covered with dirt and moss and appeared to have been there for many years.
Nervously, he made sure no one was watching him to open the box and check its contents. To his surprise he found inside it an ancient map and a compass; the map traced the route to a mysterious island in the middle of the ocean, and the compass seemed to be made only to point him in the direction he should take to that island no matter how many times he turned it.
Louis, elated by his discovery, decided that he must see the island. He returned home and told his grandfather, who smiled and told him that the island was known as the Island of the Possible, a place where all dreams could come true.
That night, the boy could not sleep, for his mind was filled with images of the Island and all the adventures that awaited him there. The next morning he got up earlier than usual, packed some provisions along with his wooden plane, map, compass and headed for the harbor.
In the harbor he found a small rowboat that seemed to have been abandoned. Without thinking twice he got into it and began to row towards the horizon, following the direction that the compass indicated. He rowed for hours, his arms so tired he could no longer feel them.
When he thought that all his effort had been in vain, he began to see in the distance a small island surrounded by crystal clear waters. He could not believe it, it was true what his grandfather had told him. Louis disembarked and decided to explore the place.
Everything was full of fruit trees, exotic flowers and tiny animals of species that he could not define, which stared at him and followed him “on the sly” as he moved. But most surprising of all was a cave, located in the center of the island from which emanated a golden light.
With his heart pounding heavily in his chest, he decided to enter the cave.
Once inside, he saw a pile of toys and books, which seemed to have been left by other children who had found the island before him. Most valuable of all, though, was an old journal, written in pen by a boy named George who had lived on the island many years ago.
In the journal, George described how he had found the Island of the Possible and how he had spent his days exploring and playing. Also, he had left a message for any child who found the island after him, “Never stop dreaming because dreams keep us alive.”
Louis spent the rest of the day on the island playing with his airplane and the other toys he had found. As the sun began to set, he decided it was time to head back. With a heart full of joy and a mind full of new stories, he rowed back to the harbor and ran home to tell his grandfather about his incredible adventure.
From that day on, Louis never stopped dreaming. Every time he looked at his wooden airplane, he remembered the Island of the Possible and the wonderful experiences he had had there. And although he never found the island again, he knew it would always be there, waiting for another curious and brave boy like him to discover it.
This was my entry for the @freewritehouse contest, hope you like it. As English is not my native language, I used the translator DeepL to make myself understood as well as possible 🙏. A big hello to all the community.
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By @ylich
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