Cuando era niña, recuerdo que el día del árbol tenía siempre una celebración formal en la escuela, en la que se hablaba sobre la importancia de ellos en el equilibrio ecológico, sembrábamos los brotes que semanas antes habíamos preparado en pequeños vasos plásticos, en una especie de huerto al fondo del patio trasero y cantábamos el himno al árbol.
De hecho, antes de escribir este post, le pregunté a mis hijos si en la escuela se lo habían enseñado y los dos me miraron como preguntando si realmente había un himno para ello! Por supuesto, lo canté hasta donde me acordaba, pero el coro y un par de estrofas les hice escuchar.
Quizás ese desconocimiento actual es lo que propicia que se le dé poca importancia a las cosas sencillas, y que el consumo excesivo tenga más presencia que la preservación de las cosas.
Pero volviendo al tema de los árboles, creo que esa práctica en la escuela, me sembró no solo el conocimiento y el respeto hacia la naturaleza, sino también la conciencia de dar algo a cambio de lo que se toma.
Cuando pudimos comprar nuestra casa, decidimos invertir en un conjunto que se construía en lo que antes fuera un campo agrícola, por lo que imagino que fue necesario cortar árboles y hacer un trabajo previo para poder construir. De hecho, esa tierra resultaba ser fértil para cualquier semilla que cayera en ella!
Así que apenas nos dieron las llaves, yo me apropié del patio trasero, y dispuse que sembráramos dos arbolitos de Moringa ahí, uno cerca de la ventana de la habitación de los niños, para que les diera sombra y otro un poco más alejado, lo suficiente para que luego de grandes, pudieramos colgar una hamaca y descansar bajo su sombra.
También colocamos una mata de plátanos, de la que llegamos a recoger frutos dos veces. Mi idea era hacer de ese espacio, un pequeño huerto que nos diera de comer, y vaya que lo logré.
No era un patio amplio, pero la naturaleza se encargó de hacer que todo creciera en armonía ahí. Muchas matas de lechosa (papaya) que eran la merienda de mis hijos, maracuya también para los jugos, lentejas, limones y hasta hierbas aromáticas para condimentar mis comidas, todo salió de ese pequeño patio.
Un árbol no es solo raíz, tallo, hojas, flores y frutos, como nos hacían repetir en la escuela. Va mucho más allá, pues es parte vital de nuestra permanencia como especie, solo que pocos le dan la importancia que tienen, aunque muchos hagan alarde de sembrarlos una vez al año, pero de nada vale que luego no se cuiden.
Los árboles son vidas, y como tal, debemos cuidarlos todos los días, por lo menos hacernos responsables de los que tenemos cerca. Si lograramos ese nivel de sensibilidad, de seguro muchas otras actitudes sociales también cambiarían.
De mi patio, creo que solo quedaron los recuerdos, y las fotos que les comparto, ya que al vender mi casa, probablemente sacaron todo para agrandarla, pues la señora que la compró no era capaz de distinguir para qué servía cada una de mis plantas. Eso fue lo que más me dolió al venderla.
Ahora no tengo plantas comestibles, algunas ornamentales, pero igual cuido los árboles que tengo cerca, abonando con mis desechos orgánicos procesados en la licuadora, y echándoles agua sobre todo en los días de verano. Quizás no sea mucho, pero creo que peor es no hacer nada.
When I was a little girl, I remember that Arbor Day always had a formal celebration at school, where we talked about their importance in the ecological balance, planted the sprouts that we had prepared in small plastic cups weeks before, in a kind of garden at the back of the backyard, and sang the tree anthem.
In fact, before writing this post, I asked my children if they had been taught about it at school and they both looked at me as if asking if there really was an anthem for it! Of course, I sang it as far as I remembered, but I made them listen to the chorus and a couple of verses.
Perhaps this current ignorance is what leads to little importance being given to simple things, and excessive consumption taking more precedence than preservation.
But coming back to the topic of trees, I think that practice in school not only instilled in me the knowledge and respect for nature, but also the awareness of giving something in return for what is taken.
When we were able to buy our house, we decided to invest in a development that was being built on what was once farmland, so I imagine that it was necessary to cut down trees and do some previous work to be able to build. In fact, that land turned out to be fertile for any seed that fell on it!
So as soon as we were given the keys, I took over the backyard and arranged for us to plant two Moringa trees there, one near the children's bedroom window to provide shade for them, and another a bit further away, enough so that when they grew big, we could hang a hammock and rest under their shade.
We also planted a banana plant from which we managed to harvest fruits twice. My idea was to turn that space into a small garden that would provide us with food, and I really achieved that.
It wasn't a large patio, but nature took care of making everything grow in harmony there. Many papaya plants that were my children's snack, passion fruit for juices, lentils, lemons, and even aromatic herbs to flavor my meals, all came from that small patio.
A tree is not just roots, stem, leaves, flowers, and fruits, as they made us repeat in school. It goes far beyond that, as it is a vital part of our existence as a species, only few give them the importance they deserve, although many boast about planting them once a year, but it's useless if they are not cared for afterward.
Trees are lives, and as such, we should take care of them every day, at least be responsible for those we have nearby. If we could reach that level of sensitivity, surely many other social attitudes would also change.
From my patio, I think only memories remain, and the photos I share with you, as when I sold my house, they probably removed everything to expand it, because the lady who bought it couldn't distinguish what each of my plants was for. That was what hurt me the most when selling it.
Now I don't have edible plants, some ornamental ones, but I still take care of the trees I have nearby, fertilizing them with my organic waste processed in the blender, and watering them especially on summer days. Perhaps it's not much, but I think it's better than doing nothing.
Foto/Photo by: @mamaemigrante
Edición/Edited by @mamaemigrante using canva
Tattooworld animated banner
Translated and formatted with Hive Translator by @noakmilo.
Posted Using InLeo Alpha