Desde el fin del Siglo XX y principios del presente XXI, padecemos de multiplicados profetas del desastre.
Las profecías del Calendario Maya, el desastre de Internet a causa del fenómeno X Y y cualquier cantidad de anuncios de desastres naturales, consecuencia de la supuesta queja de la naturaleza y el planeta por los abusos cometidos por la despreciable humanidad.
Una humanidad que anda valorando más la vida de los animales que la de sus propios hijos y en medio de cualquier cantidad de contradicciones, llegamos al primer cuarto de siglo sin que el mundo esté destruido.
Los problemas no faltan, como siempre y en medio tan negativas influencias, las nuevas generaciones, en especial, los más educados, quienes recibieron la mejor preparación, deciden no tener hijos.
La civilización occidental pareciera haber decidido suicidarse, y salvo unos pocos, prefieren dedicar sus vidas al trabajo y sustituir la familia y los hijos con los amigos y alguna mascota.
La verdad, me quede callado cuando un conocido en medio de una reunión familiar dijo: Mantener un gato o un perro es mucho más barato que un niño.
No era el lugar, ni el momento para discutir el tema. Creo que el asunto está mal planteado por quienes lo ven de esta manera y seguramente no les quedara más camino que asumir las consecuencias de sus decisiones. Para muchos, una decisión tomada a la luz, o sombra de su propia crianza y los ejemplos difundidos por los medios de comunicación.
Sumemos el estado de la economía, la devaluación y la carga impositiva de estados parasitarios, cuando no francamente criminales al servicio de mafias. Corporaciones, con el afán desmedido e incontrolado de lucro, planeando volver a un sistema feudal de economía, donde la democracia es una parodia, el estado una marioneta y los ciudadanos sus siervos, esclavos sometidos a las decisiones y controles tecnocráticos.
Todos estos temas se barajan sobre el tablero cotidiano, a la vista de quienes quieran mirar, aunque hay quien prefiere no enterarse y como se suele decir: Que sea lo que Dios quiera.
Así, por la inacción de todos los que nos consideramos buenos, dejamos las decisiones y acciones a los contrarios y así marcha el mundo.
Sospecho que en el futuro inmediato surgirán movimientos, consecuencia del despertar y cambio de actitud, con lo que puede suceder que el mundo se convulsione más todavía, pero sospecho que será para bien, que traerá un crecimiento y un cambio para mejor.
El instinto de supervivencia nos ha traído hasta aquí, y aunque parezca fallar, no creo tal cosa. Quienes compartimos creencias derivadas de la cultura judeocristiana, no debemos dejarnos influenciar por visiones apocalípticas de guerras termonucleares o comunidades de zombis.
No importa que seamos seismil millones de habitantes o más, el primer mandato de Dios fue crecer y multiplicarse, haciéndose muchos y someter la tierra, que yo sepa, en ningún momento manifestó, que seamos demasiados.
Por otra parte, al final de la Biblia, en medio de las terribles visiones de Juan, nos cuenta que el fin, es el principio de una nueva tierra en medio de nuevos cielos, donde la muerte no tendrá lugar.
Convulsiones de parto de lo que está por nacer. O como dijo el profeta Isaac Asimov: El fin de la Eternidad es el principio del Infinito.
Siguiendo la moda fílmica, dire que apenas estamos en la precuela.
Reflexión o divagación inspirada en la convocatoria de la comunidad #Soloescribe a partir de la frase ¨ El Principio del Final ¨
https://ecency.com/hive-164241/@hive-164241/el-principio-del-final-soloescribe
donde expreso mis opiniones personales y nada más. Sin tratar de convencer, si difieres o deseas manifestar tu parecer, será un placer leer tu comentario y trataré de responder en consecuencia. Gracias.
Foto tomada por mí y editada de la entrada de LABITCONF, Buenos Aires 2024
Antes de despedirme, invito a @isauris a participar con lo que considere oportuno, aunque un poema acerca del principio y el fin sería maravilloso.
Y ahora en inglés.
The End of Eternity is the Beginning of Infinity
The Beginning of the End.
The End of Times.
The Last Days.
Apocalyptic and premonitory expressions loaded with bad omens. Disasters, destruction.
Since the end of the 20th century and the beginning of the 21st century, we have suffered from multiple prophets of disaster.
The prophecies of the Mayan Calendar, the Internet disaster caused by the X Y phenomenon and any number of announcements of natural disasters, a consequence of the supposed complaint of nature and the planet for the abuses committed by despicable humanity.
A humanity that values the life of animals more than that of its own children and in the midst of any number of contradictions, we have reached the first quarter of a century without the world being destroyed.
There is no shortage of problems, as always, and in the midst of such negative influences, the new generations, especially the most educated, who received the best preparation, decide not to have children.
Western civilization seems to have decided to commit suicide, and except for a few, they prefer to dedicate their lives to work and replace family and children with friends and a pet.
The truth is, I remained silent when an acquaintance in the middle of a family gathering said: Keeping a cat or a dog is much cheaper than a child.
It was not the place, nor the time to discuss the subject. I think that the matter is poorly presented by those who see it this way and surely they will have no other choice but to assume the consequences of their decisions. For many, a decision made in the light, or shadow, of their own upbringing and the examples disseminated by the media.
Add to that the state of the economy, the devaluation and the tax burden of parasitic states, if not downright criminal states at the service of mafias. Corporations, with an excessive and uncontrolled desire for profit, plan to return to a feudal system of economy, where democracy is a parody, the state a puppet and citizens its servants, slaves subject to technocratic decisions and controls.
All these issues are shuffled on the daily board, in full view of those who want to look, although there are those who prefer not to find out and as they say: Let it be what God wants.
Thus, due to the inaction of all of us who consider ourselves good, we leave the decisions and actions to those against us and that is how the world goes.
I suspect that in the immediate future movements will arise, as a consequence of the awakening and change of attitude, with which it may happen that the world will become even more convulsed, but I suspect that it will be for the better, that it will bring growth and change for the better.
The survival instinct has brought us here, and although it may seem to fail, I do not believe such a thing. Those of us who share beliefs derived from Judeo-Christian culture should not let ourselves be influenced by apocalyptic visions of thermonuclear wars or zombie communities.
It doesn't matter if we are six billion inhabitants or more, God's first command was to grow and multiply, becoming many and subduing the earth. As far as I know, at no time did he say that we are too many.
On the other hand, at the end of the Bible, in the midst of John's terrible visions, he tells us that the end is the beginning of a new earth in the midst of new heavens, where death will not take place.
Convulsions of childbirth of what is about to be born. Or as the prophet Isaac Asimov said: The end of Eternity is the beginning of Infinity.
Following the film fashion, I will say that we are barely in the prequel.
Reflection or rambling inspired by the call of the #Soloescribe community based on the phrase "The Beginning of the End"
https://ecency.com/hive-164241/@hive-164241/el-principio-del-final-soloescribe
where I express my personal opinions and nothing more. Without trying to convince, if you differ or wish to express your opinion, it will be a pleasure to read your comment and I will try to respond accordingly. Thank you.
Photo taken by me and edited from the LABITCONF entrance, Buenos Aires 2024