Septiembre siempre es verde en este lar.
Eso que pasa. Que acontece; eso que se escribe en presente simple soñando ser tiempo perfecto. Eso no es más que la pretendida vanidad de creer que somos más que brizna en rubores de viento teñidos de tarde. Acaso en el sueño del sueño apenas dueños somos y nada más. El despertar del durmiente nos extingue en la melodía de la cigarra aferrada a veranos y ayeres, hurga en la resolana hosca que ella cantaba, escarba en la tierra reseca y gime una callada lágrima.
Antier, el papagayo de Juan se encumbró alto, su cola dibujó el poniente en el cerro de siempre, sonrió la nube y al romper el guaral se fue volando el papagayo de Juan. Ahora es algo que acontece, que pasa, irá a convertirse en pájaro o en la sonrisa de otras nubes, entonces alguna vez lloverá en cumbres y bajará hasta el valle para regar los brotes de caña amarga.
El cerro, paisaje inefable al oeste del desespero, se viste y desviste de a ratos; parpadeos bastan y va del ocre a la esperanza, y a veces las centellas de enero lo pintan de negro. Cuarenta inviernos atestiguan mis ojos de niebla que nada saben de solsticios o equinoccios y apenas intuyen el eclipse de las palabras dejando una cosa y sola una cosa por sabida y muy cierta y es que septiembre siempre es verde en este lar.
ENGLISH
September is always green in this lar land.
That which happens. That which happens; that which is written in simple present tense dreaming to be perfect time. That is nothing more than the pretended vanity of believing that we are more than a wisp in blushes of wind tinged with afternoon. Perhaps in the dream of the dream we are just owners and nothing more. The awakening of the sleeper extinguishes us in the melody of the cicada, clinging to summers and yesterdays, rummages in the sullen dusk that she sang, digs in the parched earth and moans a silent tear.
The day before, Juan's parrot soared high, its tail drew the west on the hill of always, the cloud smiled and when the guaral broke, Juan's parrot flew away. Now it is something that happens, that passes, it will become a bird or the smile of other clouds, then sometime it will rain on the summits and it will descend to the valley to water the sprouts of bitter cane.
The hill, ineffable landscape to the west of despair, dresses and undresses itself from time to time; flickers are enough and it goes from ochre to hope, and sometimes the sparks of January paint it black. Forty winters testify my foggy eyes that know nothing of solstices or equinoxes and barely intuit the eclipse of words leaving one thing and only one thing as known and very certain and that is that September is always green in this land.
Texto original de @joalheal, todos los derechos reservados
Imágen cortesía de Pixabay editada en Canvas
Original text by @joalheal, all rights reserved.
Image courtesy of Pixabay edited in Canvas
Translated with DeepL.com (free version)
Translated with DeepL.com (free version)