A la casa de la abuela, llegó la tía Mercedes, con mi nuevo primo Jorge. Él apenas tendrá unos 5 meses y mis tío lo trajeron de Barquisimeto, para que la familia lo conozca acá en la capital. Cuando llegué a la casa de la abuela, me reuní con mis otros primos, y después de un rato, nos llevaron a conocer a Jorge.

Me dio mucha curiosidad, ya que Jorge, estaba dormido en la cama de mi abuela, y la luz del sol que entraba por la ventana, tocaba su rostro, y su piel se veía brillante, y sus mejillas se veían gorditas como si fueran unas acemitas andinas. Lo cierto es que mi primito, se veía muy lindo mientras dormía en la cama.

Jorge, era el primer hijo de mi tía Mercedes, y según decían los tíos mientras conversaban, les había costado mucho ami tía y su esposo tener un bebé. Y lo cierto es que, Jorge, llenaba con su risa y sus balbuceos,de alegría y de esperanza, a todos los adultos de la familia. Que estaban reunidos en la sala de estar de la casa de la abuela.

Recuerdo que ese día era un domingo, y mis tías preparaban una gran comida, mientras mi abuela, estaba con Jorge en los brazos, cantándole canciones de cuna. Y esas, eran las mismas canciones que le cantaron a mi hermanito, y seguramente, también eran las mismas que me cantaron a mí, así, que esas canciones, eran tan viejas como la casa de mi abuela.

Recuerdo mucho, que los tíos decían que había que trabajar y que había que hacer todo lo posible, para que los niños no pasaran trabajo, y tuviesen las comodidades que ellos no tuvieron. Y yo y mis primos, no sabíamos de que se quejaban, ya que nosotros la estábamos pasando muy bien, comiendo y jugando, mientras. Los tíos hablaban y las tías, cuidaban a Jorgito.

Después, al final de la comida, cuando todos estábamos reunidos, los abuelos, mis padres y los tíos, comenzaron a hablar del futuro, y de lo que sería nuestra vida, de los que estudiaríamos y de lo que haríamos. Y lo cierto fue que yo y mis primos nos aburrimos enormemente, hasta que nuestro primo mayor, pidió la palabra, y pidió permiso para que fuésemos a jugar.

Así, fue como conocí a mi primos Jorgito, estando de visita en la casa de mi abuela, con toda la familia. Mientras jugaba, y escuchaba a los adultos decir cosas que no me interesaban, de lo que yo y mis primos íbamos a hacer con nuestra vida.

Gracias por leerme.