Hay historias que comienzan con había una vez y hay otras que comienzan con le creí por esta vez. Muchas veces nos rodeamos del amor eterno en nuestras mentes, sin saber que el amor en si nunca se va, solo se transforma en un espectáculo de colores que van desde el gris, pasando por el claro oscuro hasta el negro final.
La soledad que no buscaba llego en formas que no conocía, a pesar del bullicio del televisor, la música de la radio estaba sentada allí y ya no tenía a nadie a quien rendir cuentas. No tenía a nadie con quien tomar mi café.
Así que tuve que llenar los espacios con plantas y mascotas. La soledad que no buscaba estaba llena de otros seres que me acompañaban cada día. Ellos me enseñaron cosas nuevas y llenaron de felicidad y fotografías las aventuras en mis páginas.
La soledad que no buscaba,
lleno espacios de verde, colores y ladridos
me acompaño en mis caminos
y lleno los espacios de vida.
Buscaba llenar de música los oídos,
las manos con trabajos,
las salidas con risas
y los días con palabras.
Tuve que re-aprender a cuidarme
y quedarme quieta en casa,
andar más lento en cada paso,
y mirarme de lejos en el espejo.
La soledad que no buscaba
fue a buscarme en fiestas
pero me encontró tranquila en casa,
mascullando una soledad necesaria.
Me queda esta lucha constante
por mirar un pasado feliz,
que deseamos retornar
pero que nunca será igual.
La soledad que no buscaba,
no me encontrará mirando el mar,
porque el tiempo se está acortando
y sólo me queda la palabra libertad.
Esta es mi participación en la comunidad Soloescribe concurso #07. Invitando a darse una vuelta termina el día 15: @robotgirl2024, @katleya @yole @yolimarag.