Feliz noche mis queridos amigos de Hive 🤗 Les extiendo un cordial saludo, acompañado de un sincero deseo de que se encuentren bien. En esta ocasión quiero contarles una experiencia muy conmovedora de una la nada abuelita que conocí. Espero que puedan leerla y apreciarla.
Happy evening my dear Hive friends 🤗 I extend to you a cordial greeting, accompanied by a sincere wish that you are well. On this occasion I would like to tell you a very touching experience of a very grandmotherly nothingness I met. I hope you can read it and appreciate it.
La semana pasada tuve el privilegio de ir a casa de unos amigos en un pueblo llamado Tapipa, el cual pertenece a Barlovento. Estando allí conocí a la mamá de una amiga y me quedé encantada al conversar con ella. Es impresionante el caudal de sabiduría que tienen los abuelos, la abuelita Luisa, quien es la mamá de mi amiga, habló más de una hora conmigo y me contó muchas de sus experiencias.
Con lágrimas en los ojos me contó de las muchas cosas difíciles que le tocó vivir para cuidar de sus cinco hijos, verla tan conmovida avivó muchos sentimientos de nostalgia en mí y tratando de aguantarme para no llorar me concentré en hacerle ver todas las bendiciones que tiene ahora por el duro trabajo que pasó. La abuelita Luisa es encantadora, fuerte y con un gran corazón. Me quedé sorprendida porque tiene 81 años de edad y aún es independiente; lava su ropa, cocina, está pendiente de sus nietos, en fin, se vale por sí misma.
A pesar de los sinsabores que la vida le ha presentado para degustar también cuentan los muchos regalos que posee y en estos le hice énfasis a que se aferrará. Nuestros abuelos se deprimen y necesitan ser escuchados con atención pero sobre todo con empatía. Es bonito poder verlos sonreír y escuchar sus vivencias para enriquecernos y nutrir nuestra alma.
Last week I had the privilege of going to a friends house in a town called Tapipa, which belongs to Barlovento. While there I met the mother of a friend and I was delighted to talk with her. It is impressive the wealth of wisdom that grandparents have. Grandma Luisa, who is my friend's mother, talked to me for more than an hour and told me many of her experiences.
With tears in her eyes she told me about the many difficult things she had to live through to take care of her five children, seeing her so moved stirred many feelings of nostalgia in me and trying to hold back from crying I concentrated on making her see all the blessings she has now because of the hard work she went through. Abuelita Luisa is lovely, strong and with a big heart. I was amazed because she is 81 years old and still independent; she washes her clothes, cooks, takes care of her grandchildren, in short, she takes care of herself.
In spite of all the hardships that life has given her to enjoy, the many gifts she has also count and I emphasized to her that she will hold on to them. Our grandparents get depressed and need to be listened to with attention but most of all with empathy. It is nice to be able to see them smile and listen to their experiences to enrich and nourish our soul.
Una de las cosas que la abuela me contó es que aprender a bordar fue una terapia para ella y aunque ya no recuerda como bordar, agradece el haberlo aprendido porque en múltiples ocasiones este fue su escape en situaciones de angustia. Cuando comenzamos a hablar de esa etapa en la que no paraba de bordar, de inmediato se paró a buscar unas fundas y unos manteles que bordó hace algunos años. Mirar esta obra de arte me encantó, comencé a tomar fotos y a analizar cuántas dificultades se disiparon en su mente al bordar estas telas.
One of the things that grandma told me is that learning to embroider was a therapy for her and although she no longer remembers how to embroider, she is grateful for having learned it because on many occasions it was her escape in situations of anguish. When we began to talk about that time when she couldn't stop embroidering, she immediately stopped to look for some covers and tablecloths that she embroidered some years ago. Looking at this work of art enchanted me, I started taking pictures and analyzing how many difficulties dissipated in her mind as she embroidered these fabrics.
La abuelita Luisa me contó que ella nunca vendió nada de lo que bordó, todo lo regalaba. No veía esto como algo para trabajar sino para desahogarse y lo que lamenta ahorita es no recordar cómo hacerlo. Sin embargo, ya esas situaciones pasaron, la marea bajó en gran manera y la abuelita Luisa se siente mejor. El dejarla hablar sin interrumpirla me permitió conocerla más, valorarla y quererla. Debemos hacer que nuestros abuelos se sientan amados porque esa etapa conlleva una carga de sentimientos de inutilidad que hay que ayudarlos a que se vayan.
Aunque mis abuelos fallecieron hace tiempo, los veo en cada abuelito y siento la necesidad de desplegar mi cariño. La vida se les hace cuesta arriba en esta etapa pero con un corazón lleno de amor podemos alegrar sus días y aprender todo lo que podamos de estos héroes de la vida.
Grandma Luisa told me that she never sold anything she embroidered, she gave it all away. She did not see this as something to work with, but rather to let off steam and what she regrets now is not remembering how to do it. However, those situations have passed, the tide has gone out in a big way and grandmother Luisa feels better. Letting her talk without interrupting her allowed me to get to know her better, to value her and to love her. We must make our grandparents feel loved because that stage carries a burden of feelings of worthlessness that must be helped to go away.
Although my grandparents have long since passed away, I see them in each grandparent and feel the need to display my affection. Life gets hard for them at this stage but with a heart full of love we can brighten their days and learn all we can from these heroes of life.
Todas las fotos son de mi propiedad, tomadas con un Realme 7i.
All photos are my own, taken with a Realme 7i.