Hoy quiero compartir con todos ustedes, el por qué estuve ausente durante tres meses de Hive y sobre el por qué decidí publicar este momento de mi vida en @motherhood y no en @catarsis. Para resumir les diré que a mi suegra le dió Covid-19 y tardó en recuperarse unos veinte días, aproximadamente dos días después de la recuperación de mi suegra, a la que quiero muchísimo, enfermó mi mamá, quien sufre de diabetes, que vive con mi abuela de 94 años y que está viviendo en otro país muy lejos de mí. Cuando ya por fin salió de peligro y se recuperó al 100% gracias a Jehová Dios todo poderoso, me enfermé yo durante quince días y también mi esposo. Hoy estamos todos sanos y felices, pero no dejo de pensar en lo que significó para mí y en lo que significa para cualquier hijo o hija tener a su madre enferma. Incluso, haber tenido a mi madre enferma después de la de mi esposo, me hizo comprender las emociones de mi cónyuge, ser más empatica con él y con todas las personas que han tenido a sus padres enfermos con el virus durante esta pandemia o peor, quienes los han perdido, por eso he traído un texto reflexivo al que titulé: Cuando enferma una madre.
Cuando una madre enferma y más en estos tiempos críticos de pandemia, no hay palabras que describan vivamente la sensación que puede apoderarse de un hijo. En mí caso, fue como tener dentro del pecho a un pájaro herido, acurrucado, casi inmóvil, pero de latido acelerado y nervioso, un miedo sordo y distante, casi imperceptible, pues nunca pensé -por lo menos, no de forma consciente- en las consecuencias fatales, porque pienso que, ningún hijo pronuncia o si quiera se atreve a pensar en lo que pasaría si le faltará su madre. Yo tengo dos mamás, mi mamá y mi abuelita materna y aunque sé que nadie es eterno, nunca, jamás he pensado en una vida sin ellas. Sin embargo, dentro, en lo más profundo de mi ser, era como llevar, ese latido acelerado, ese roce de alas ligeras, que por momentos me estremecía, como un escalofrío.
Sólo abriendo mi corazón a Dios y suplicando protección y calma, día tras día, fui acallando esa extraña sensación que revoloteaba veces en mis huesos.
Así llegó el día en el que, el pájaro huyó, no me di cuenta ni en que momento, mi mamá seguía enferma, pero yo estaba completamente en calma, tranquila, serena, sabiendo que con la ayuda de nuestro Padre Celestial saldría adelante y las dos estarían bien.
Hoy reflexionando sobre estas cosas, me doy cuenta que no estoy preparada para lidiar con lo efímero de la vida y la fragilidad humana todavía, que tengo que seguir meditando, leyendo, orando y fortaleciendo aún más mi espiritualidad. También puedo decir que me siento agradecida con Dios por darnos la vida, la salud y la oportunidad de seguir aprendiendo más de él y compartiendo con otros lo que he aprendido, de su personalidad, sus promesas y lo qué hará en un futuro, como por ejemplo eliminar para siempre las enfermedades y la muerte del planeta entero.
Como saben, yo aun no tengo hijos biológicos y he escuchado decir vez tras vez a grandes amigas, que el amor que una madre siente hacia su hijo es insuperable, que no se compara con ningún otro amor, probablemente es cierto, pero mientras que un ser humano o una mujer no vive esa hermosa experiencia en la vida, creo que el amor a la madre o las madres ( si como yo tienen dos) es el amor más grande que existe. Quizás porque Dios en su infinita sabiduría, implantó en nuestro corazón y en nuestra naturaleza humana, esta conexión profunda, este vinculo inquebrantable, que ni la ciencia es capaz de explicar. Por eso cuando una madre enferma, enferma también una parte de nuestro ser, porque emocionalmente seguimos siendo uno con nuestras madres, porque aun hay un cordón emocional que nos une a ellas, un puente que trasciende las distancias, el tiempo, un nexo de amor que ni la muerte puede romper.
Por eso hijos, hijas que aun tienen con vida a sus madres, ámenlas ahora, disfrútenlas ahora que pueden y el tiempo lo permite. Si ya eres padre o madre, piensa que lo que hoy sientes por tus hijos, fue lo que ella sintió por ti, ella te cargó, te alimentó, te cuido y te amo, piensa que todavía te ama aunque no te lo diga. Reflexiona sobre estas cosas y dale todo el amor que ella se merece en este instante, antes deque te toque vivir experimentar en carne propia lo que se siente, cuando una madre enferma.
Today I want to share with all of you, why I was absent for months months from Hive and why I decided to post this moment of my life in @motherhood and not in @catarsis. To summarize I will tell you that my mother-in-law got Covid-19 and it took her about twenty days to recover, approximately two days after my mother-in-law's recovery, whom I love very much, my mom, who suffers from diabetes, who lives with my 94 year old grandmother and who is living in another country far away from me, got sick. When she finally got out of danger and recovered 100% thanks to Jehovah God Almighty, I got sick for fifteen days and so did my husband. Today we are all healthy and happy, but I can't stop thinking about what it meant to me and what it means to any son or daughter to have a sick mother. Even, having had my mother sick after my husband's, made me understand my husband's emotions, to be more empathetic with him and with all the people who have had their parents sick with the virus during this pandemic or worse, of those who have lost them, that is why I have brought a reflective text which I titled: When a mother gets sick.
When a mother becomes ill, especially in these critical times of pandemic, there are no words that vividly describe the feeling that can take hold of a child. In my case, it was like having a wounded bird inside my breast, curled up, almost motionless, but with an accelerated and nervous heartbeat, a dull and distant fear, almost imperceptible, because I never thought -at least, not consciously- about the fatal consequences, because I think that no child ever utters or even dares to think about what would happen if his or her mother were missing. I have two moms, my mother and my maternal grandmother, and although I know that no one is eternal, I have never, ever thought of a life without them. However, inside, in the deepest part of my being, it was like carrying, that accelerated heartbeat, that brush of light wings, that at times made me shiver, like a shiver.
Only by opening my heart to God and begging for protection and calm, day after day, I was silencing that strange sensation that sometimes fluttered in my bones.
So the day came when the bird fled, I did not even realize at what moment, my mother was still sick, but I was completely calm, quiet, serene, knowing that with the help of our Heavenly Father I would get through it and both would be fine.
Today, reflecting on these things, I realize that I am not prepared to deal with the ephemerality of life and human frailty yet, that I have to continue meditating, reading, praying and strengthening my spirituality even more. I can also say that I feel grateful to God for giving us life, health and the opportunity to continue learning more about him and sharing with others what I have learned, about his personality, his promises and what he will do in the future, such as eliminating disease and death from the entire planet forever.
As you know, I still do not have biological children and I have heard time after time from great friends, that the love that a mother feels towards her child is unsurpassable, that it is not compared to any other love, probably true, but while a human being or a woman does not live that beautiful experience in life, I believe that the love for the mother or mothers (if like me you have two) is the greatest love that exists. Perhaps because God in his infinite wisdom, implanted in our hearts and in our human nature, this deep connection, this unbreakable bond, that not even science is able to explain. That is why when a mother gets sick, a part of our being also gets sick, because emotionally we are still one with our mothers, because there is still an emotional cord that unites us to them, a bridge that transcends distances, time, a nexus of love that not even death can break.
So sons, daughters who still have their mothers alive, love them now, enjoy them now that you can and time allows it. If you are already a father or mother, think that what you feel today for your children, was what she felt for you, she carried you, fed you, took care of you and loved you, think that she still loves you even if she does not tell you. Reflect on these things and give her all the love she deserves right now, before you experience firsthand what it feels like to be a sick mother.
La imagen de portada para esta publicación en ambos idiomas ha sido tomada de
Pixabay y editada por mí, usando la aplicación gratuita para fotografías llamada Pixiz. Así mismo, los separadores usados en esta publicación han sido tomados de