Muchos de los traumas que llegan a nosotros en la etapa adulta de la vida vienen por heridas emocionales que en algún punto de nuestra infancia o adolescencia fueron sembradas a través de una determinada experiencia que quizás al momento pareció un tanto inocente e inofensiva, pero que ahora ha llegado a condicionar nuestro presente de manera significativa. Todo parte desde lo que en algún momento viví como niño, y hoy como adulto me sigue afectando en ciertos aspectos de mi vida.
Precisamente el tema está relacionado con el miedo, eso que durante mi niñez me afectó muchísimo. ¿Por qué? Pues todo se resume en el enfoque que varios adultos a mi alrededor tenían con respecto al miedo y la forma en que trataban de infundirlo en mí y en otros niños. Algunos lo tomaban como algo gracioso y divertido, mientras otros lo hacían a fin de inculcar una buena conducta que más allá de ser efectiva e instructiva se convertía en algo muy traumático.
En el caso de mi mamá no era tan grave el asunto, pero si recuerdo que en varias ocasiones cuando veía que yo no le hacía caso y me portaba mal, ella decía: “Te van a venir asustando”. Al principio yo no le prestaba mucha atención, pero con el paso del tiempo empecé a pensar y esperar de que pasara de una u otra forma. Incluso hasta me preguntaba si a todos los niños les pasaba algo similar, como si alguien estuviera pendiente de ellos para asustarlos por portarse mal. Lo cierto es que con una simple frase, ya el temor y el miedo empezaban a estar cada vez más presente.
Many of the traumas that come to us in the adult stage of life come from emotional wounds that at some point in our childhood or adolescence were sown through a certain experience that perhaps at the time seemed somewhat innocent and harmless, but now has come to condition our present in a significant way. Everything starts from what I lived at some point as a child, and today as an adult continues to affect me in certain aspects of my life.
Precisely the topic is related to fear, that which affected me a lot during my childhood. Why? Well, it all boils down to the approach that several adults around me had towards fear and the way they tried to instill it in me and in other children. Some took it as something funny and amusing, while others did it in order to instill a good behavior that beyond being effective and instructive became something very traumatic.
In my mother's case the matter was not so serious, but I do remember that on several occasions when she saw that I did not pay attention to her and behaved badly, she would say: "They are going to scare you". At first I didn't pay much attention to her, but as time went by I began to think and hope that it would happen one way or another. I even wondered if something similar happened to all children, as if someone was watching them to scare them for misbehaving. The truth is that with a simple sentence, fear and dread began to be more and more present.
Luego estaban mis familiares adultos, entre ellos algunos tíos y primos. Ellos también se valían de ciertas acciones para infundir miedo en mí. A veces me mandaban a buscar algo a la cocina o a un lugar solo y apartado, para luego apagarme la luz o asustarme con voces extrañas que ellos mismos imitaban. Pasaron varios años para que yo pudiera superar ese miedo y a la misma vez entender de que no se trataba de fantasmas ni cosas paranormales como ellos mismos decían, sino que se trataba de juegos de mal gusto a los que a ellos les causaban mucha diversión.
A una de mis primas no le fue muy bien con esto, y hoy siendo ya una mujer adulta todavía padece las consecuencias de un susto que le dieron. En su caso, se escondieron debajo de su cama en la noche, y justo cuando se fue a dormir, la empezaron a llamar con gritos extraños. Ella admite que aún recuerda esa noche, y todavía siente temor de mirar debajo de la cama antes de dormir. Se podría decir que aquella experiencia le generó un trauma que jamás pudo superar y que hoy después de tantos años aún le cuesta manejar.
Por otra parte, nunca me gustaron las películas de terror, y mi mamá en ese aspecto si me educó bien porque, a diferencia de aquella frase que decía, en este caso me explicaba que eso no era sano para mí, que podría tener pesadillas y que todo eso eran puros inventos. Mi tío me decía que siendo grande si podía verlas pero mientras tanto no, pero como todo niño con curiosidad a veces escuchaba los comentarios y cuentos de los demás. Entre niños hasta nos asustábamos con historias inventadas, pero no era la misma sensación que cuando lo hacían los adultos.
Then there were my adult relatives, including some uncles and cousins. They also used certain actions to instill fear in me. Sometimes they would send me to look for something in the kitchen or in a lonely and secluded place, and then they would turn off the light or scare me with strange voices that they themselves imitated. It took several years for me to overcome that fear and at the same time understand that it was not about ghosts or paranormal things as they themselves said, but it was about bad taste games that caused them a lot of fun.
One of my cousins did not do very well with this, and today, as an adult woman, she still suffers the consequences of a scare they gave her. In her case, they hid under her bed at night, and just as she went to sleep, they started calling her with strange screams. She admits that she still remembers that night, and is still afraid to look under her bed before going to sleep. It could be said that that experience generated a trauma that she was never able to overcome and that today, after so many years, she still finds it hard to handle.
On the other hand, I never liked horror movies, and my mother educated me well in that aspect because, unlike that phrase she used to say, in this case she explained to me that it was not healthy for me, that I could have nightmares and that all that was pure invention. My uncle told me that when I grew up I could see them, but in the meantime I could not, but like any curious child I sometimes listened to the comments and stories of others. Among children we even scared each other with invented stories, but it was not the same sensation as when adults did it.
Antes no era tan recurrente que quitaran la luz, pero en temporadas de lluvias eso pasaba con cierta regularidad. Cuando ocurría de noche, todo parecía ideal para infundir miedo en medio de la oscuridad, y si no habían muchas personas en casa pues lo pensabas muchas veces a la hora de ir a buscar algo a la nevera, al cuarto y otro lugar. Recuerdo que mi abuela decía “Hay que tenerle miedo a los vivos, porque los muertos están dormidos”, y muchos lo que hacían era reírse de tales ocurrencias.
Con todo esto, admito que no fue sino después de la adolescencia donde pude controlar esos miedos y temores. Aún así, tal experiencia me generó una inseguridad que aún padezco y me cuesta manejar. Ya no es el miedo a una sombra o a un lugar oscuro, ahora es un miedo que me lleva a pensar más de la cuenta al momento de decidir sobre un punto determinado. Es impresionante como algo que parece inofensivo y gracioso puede ser un factor clave en la vida de una persona.
Más allá de infundir miedo, los adultos pueden valerse de otros medios para destacar la importancia de la obediencia, el buen comportamiento y la actitud de los niños. Incluso el poder orientarlos sobre el tema, los protegerá en momentos cuando otros adultos quieran engañarlos y causarles miedo, y en el caso del entretenimiento, buscar opciones sanas que apunten al buen desarrollo y crecimiento de los niños.
Before it was not so recurrent to remove the light, but in rainy seasons it happened with some regularity. When it happened at night, everything seemed ideal to instill fear in the middle of the darkness, and if there were not many people at home, you would think about it many times before going to get something from the fridge, the bedroom or any other place. I remember my grandmother used to say "You have to be afraid of the living, because the dead are asleep", and many people laughed at such witticisms.
With all this, I admit that it was not until I was a teenager that I was able to control those fears and apprehensions. Even so, such an experience generated an insecurity that I still suffer from and find difficult to manage. It is no longer the fear of a shadow or a dark place, now it is a fear that makes me think too much when deciding on a certain point. It is impressive how something that seems harmless and funny can be a key factor in a person's life.
Beyond instilling fear, adults can use other means to emphasize the importance of obedience, good behavior and attitude in children. Even being able to guide them on the subject will protect them at times when other adults want to deceive them and cause them fear, and in the case of entertainment, look for healthy options that aim at the good development and growth of children.
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