The topic of trust between parents and children was casually discussed in a class I had in high school on values. It was quite a rewarding experience for my classmates because they were able to express a bit of the reality of their homes.
My mind classified at that time three types of parents: those who had a special bond of trust with their children, who could tell them absolutely everything and be condescending with them, others who suffered total abandonment from their parents either because of overwork or differences between parents and finally, a small group that was the one I belonged to; those of us who were overprotected by our parents.
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I had already forgotten that old class of thirteen years ago until these days, when I was watching Sofia sleep, I wondered if I would be able to raise her in a healthy and trusting environment. This worried me right away because I have no idea how to start and what to do when my daughter starts to gain some independence. It's still a long time away, but to be honest I'm already panicking.
I think my fears of being an overprotective mother come from the childhood and adolescence I experienced. I always belonged to the overprotected group. I was often frustrated that I missed out on all the fun activities at school. The vast majority of school field trips I did not experience, as my parents feared that something would happen to me. I will never forget going on field trips to the zoo or college and I set a goal that when I grew up, I would go there.
On the other hand, I would also miss out on family outings if my parents didn't want to go. It was frustrating not being able to go to the movies or the Lakeside with my cousins. Those lock-ins frustrated me and I couldn't wait to be an adult. Now I understand why they wouldn't let me go when I was little, but I wanted a little more confidence as a teenager.
I wish my parents would have trusted me more and allowed me to go on family trips or gatherings with friends they knew. I know they wanted the best for me and to take care of my safety themselves, but at that age, I was not able to understand them. As a result, I had so much anger built up that more than once I wished I was in the group of classmates who were being neglected by their parents.
Now that I am a mom I can understand what they experienced with us, but I do not want to overprotect Sofia. I want her to be able to have beautiful memories in a healthy and safe way. That she can trust me if something bad happens to her and not be afraid to tell me when she falls in love for the first time or panic to confess to me if she made a mistake.
I don't want her to try for years to gain my trust and then realize that I will never give it to her and that it will be a reason for her to move away from me. I hope that together with Jesus I can reach the goal of a solid parent-daughter relationship where there is love, respect and trust.
Today my parents and I get along quite well. After a few years, they were getting better at trusting each other. I know that despite everything they were wonderful and many of the good things they taught me I want to instill in my daughter.
There is no manual for being the perfect mother, but I will do my best to make Sofia happy. I will have to deal with the shadow of my past, and I hope I can overcome it. I want her to be proud of the mom she has, who is not perfect, but she gave everything she had and even more so that she would have an excellent future.
I hope you liked my publication, you can leave your comments and suggestions at the end of this post. A big hug and see you next time.
Spanish
Quería que confiaran en mí
El tema de la confianza entre padres e hijos fue conversado casualmente en una clase que tuve en secundaria de valores. Fue una experiencia bastante gratificante para mis compañeros porque pudieron expresar un poco de la realidad de su hogares.
Mi mente clasificó en aquel momento tres tipos de padres: aquellos que tenían un vínculo especial de confianza con sus hijos, que podían contarles absolutamente todo y ser condescendientes con ellos, otros que sufrían total abandono de sus padres ya sea por exceso de trabajo o por diferencias entre los padres y por ultimo, un pequeño grupo que era al que yo pertenecía; los que éramos sobreprotegidos por nuestros padres.
Ya había olvidado esa vieja clase de hace trece años atrás hasta que en estos días, cuando contemplaba a Sofía mientras dormía, me pregunte si sería capaz de criarla en un entorno sano y lleno de confianza. Esto me preocupó en seguida porque no tengo idea de como comenzar y que hacer cuando mi hija empiece adquirir cierta independencia. Todavía falta mucho tiempo para ello, pero siendo honesta ya tengo pánico.
Creo que mis miedos a ser una madre sobreprotectora viene de la niñez y adolescencia que yo experimenté. Siempre pertenecí al grupo de los sobreprotegidos. Muchas veces me sentía frustrada por perderme todas las actividades divertidas en la escuela. La gran mayoría de los paseos escolares no los experimenté, pues mis padres temían que me pasara algo.
Muy pocas veces me permitieron ir a algún lugar y por eso son recuerdos muy preciados para mí. Jamás olvidaré cuando fui de excursión al zoológico o la universidad y me fijé la meta que cuando fuera grande, llegaría a ir allí.
Por otro lado también me perdía de los paseos familiares si mis padres no querían ir. Era frustrante no poder ir al cine o a la Vereda del lago junto con mis primos. Esos encierros me frustraron mucho y no podía esperar a ser adulta. Ahora entiendo porque no me dejaron ir estando pequeña, pero quería un poquito más de confianza cuando ya era adolescente.
Me hubiese gustado que mis padres confiaran más en mí y que me hubieran permitido ir a viajes familiares o a reuniones con amigos que ellos conocían. Sé querían lo mejor para mí y encargarse ellos mismos de mi seguridad, pero a esa dad no era capaz de comprenderles. Como consecuencia tenía tanta rabia acumulada que más de una vez deseé ser el grupo de compañeros que sufría abandono por parte de sus padres.
Ahora que soy mamá puedo comprender lo que ellos vivían con nosotros, pero no es mi deseo sobreproteger a Sofía. Quiero que pueda tener bonitos recuerdos de una manera sana y segura. Que pueda confiar en mí si algo mala le pasa y no tener miedo de contarme cuando se enamore por primera vez o sienta pánico de confesarme si cometió algún error.
No quiero que intente por años ganar mi confianza y que se de cuenta que nunca se la voy a otorgar y que después sea un motivo para que se aleje de mí. Espero junto a Jesús poder alcanzar el objetivo de una relación solida padres-hija donde haya amor, respeto y confianza.
Hoy en día mis padres y yo nos llevamos bastante bien. Después de algunos años fueron mejorando en el tema de la confianza. Sé que a pesar de todo fueron maravillosos y muchas de las cosas buenas que me enseñaron se las quiero inculcar a mi hija.
No hay un manual para ser la madre perfecta, pero haré todo lo posible para que Sofía sea feliz. Tendré que lidiar con la sombra de mi pasado y espero poder vencer. Quiero que ella esté orgullosa de la mamá que tiene, que no es perfecta, pero dio todo lo que tenía y aún más para que tuviera un excelente futuro.
Espero les haya gustado mis publicación, pueden dejar sus comentarios y sugerencias al final de este post. Un fuerte abrazo y hasta la próxima.