Cómo comenzar este post para resumir los últimos 6 años de mi vida y explicar cómo llegué a ese punto.
Sin duda es muy difícil, pero les puedo contar que me enamoré de una persona que iba a un ritmo muy muy distinto al mío, y por una y mil razones terminamos separándonos, pero quedó entre nosotros un vínculo irrompible, nuestro bebé que pronto cumple 4 años.
Así como nuestros ritmos de vida, nuestros estilos de crianza también son totalmente diferentes, yo soy un poco estilo militar y lo más importante para mí es enseñarle el respeto hacia los demás, la responsabilidad y la independencia.
Su papá, a pesar de su carácter fuerte, es como un copo de nieve que se derrite delante de su hijo.
Desde que nació nuestro bebé, me di cuenta sin dudar, que el sería mi espejo, el que me pone a prueba todos los días y me ha hecho conocerme más que nada en este mundo. Tiene una carita de ángel, y muchos dicen que se ve muy tierno, pero en el fondo es un niño muy maduro, dominante como el solo y determinado, ah, y bastante rabioso. No es muy fans de los besos y es un negociador innato.
Ha sido una lucha constante explicarle a su papá que tiene que ponerle límites, y que si no lo hace criará un pequeño malcriado, irresponsable y sin empatía por nada ni nadie.
Me ha tocado a mí ser, por decirlo de alguna manera, la mala del cuento, y cuando comenzamos con el colegio (desde casa) todo fue peor.
Comenzar a exigirle una cantidad de tareas diarias, días donde los niveles de estres llegaban a un punto al que no estoy acostumbrada a llegar, muchas más limitaciones de las que tenía antes, establecerle una rutina muy demandante y poco divertida para los dos ha sido muy difícil.
A veces he querido rendirme y simplemente dejarlo ser como el quiera, pero se que no puedo, el es mi responsabilidad y su educación depende de mi.
Ayer fue una de esas tantas noches, en la que llegó a casa luego de pasar unos días con su papá. Tenía como siempre una muy mala actitud, estaba grosero, odioso y gritón. Y lo que debería ser un momento de felicidad por volver a verlo, rápidamente se convierte en regaños y llamados de atención. Y aunque siempre pienso que mis conversaciones con el "esta vez si funcionarán", esto no es precisamente lo que ocurre.
En el Colegio le hacen evaluaciones semanales, para mí desagradable sorpresa, los días que estuvo ausente no estudio lo que necesitaba, porque simplemente no quiso. Sin embargo para mí la culpa no era de el.
Yo había hecho planes para salir con el al día siguiente, ya que era domingo y es el único día que puedo compartir con el alejados de las tareas, pero dado las circunstancias, tuve que decirle que no podríamos salir y que debíamos quedarnos en casa para prepararlo para el día lunes.
Desde ese momento no paró de llorar, a decirme que se quería ir de nuevo con su papá y no estar conmigo. Entre la rabia y frustración que sentía por esa situación, lo abrazaba, lo besaba y le explicaba que era algo que se salia de nuestras manos, pero el no paraba de llorar.
Llegamos a un acuerdo de estudiar temprano en la mañana y salir en la tarde si lo hacía bien, y aceptó, pero no paraba de llorar. <\3
Finalmente y ya sin saber que más decirle, lo abracé y le pregunté si no le gustaba estar con mamá, me dijo que si pero que prefería a su papá.
Sentí como mi corazón se rompió en pedazos, el amor de mi vida me estaba diciendo que prefería a alguien más :|
Y aunque me digan los demás que lo estoy haciendo bien y estoy haciendo lo correcto, como madre es doloroso tener que construir una relación con mi hijo en base a acuerdos y negociaciones, a veces quisiera que todo fuesen besos, abrazos y juegos.
Las publicaciones en redes sociales sobre consejos de crianza me ayudan mucho, no solo por los consejos, sino también por los comentarios de madres reales y humanas que también disfrutan, pero tienen sus diferentes crisis de crianza. Así sabemos que no estamos solas.
Me gustaría leer si en esta comunidad, también hay otras madres reales con las que compartir estás experiencias y sentirnos un poco más comprendidas <3