Synopsis: In this new adaptation of a true classic, the plot focuses specifically on the adventures of a young Willy Wonka, how he met the Oompa-Loompas during one of his first adventures and also, on his struggle to defeat some unexpected enemies.
Originally based (although with much less explicit references) on the work written by the Welsh author by Roald Dahl, this new version has arrived bringing a completely new atmosphere to the journey of a young dreamer and chocolate connoisseur who has the dream of opening a chocolate shop based in his creations somewhat outside the standards of sweets that were known by society until then. Unlike the book and also any version that has previously been made for cinemas, here the script tries to take a completely different path, which at first glance may cause a feeling of “strangeness” in the audience, but will certainly captivate everyone.
Within its own “bubble”, the script invests in many creative freedoms to find its reason for existing. Starting with the fact that the movie is a musical. Until then, the project had been sold as anything other than a musical. Although the marketing strategy to promote this project was not the best, the essence of the story is good. Investing in interesting musical numbers full of good sound orchestrations (with some good lyrics being sung with satisfactory vocal qualities), as well as lots of vibrant colors and creative choreography spread across quite fun scenes (some even genuinely exciting and plural).
Completely moving away from practically all the ideas that were previously presented in the book, and in other well-known movies, this time, the plot is focused on a young and dreamy Willy Wonka, who dreams of opening his chocolate shop in the city where he lives. lives. However, for this to happen, he needs to fight against his enemies (who form a cartel of “chocolate magnates” known for dominating the chocolate manufacturing scene within the same space where Wonka wants to begin his journey, also as a chocolatier). In the midst of all this, Willy ventures into other situations, one of which is his meeting with the Oompa-Lommpas, and the beginning of a friendship.
Even though in the middle of its execution there are some exaggerations of clichés and abuse of formulas already used in other movies of the musical genre, what the script tries to do here is almost like a kind of recorded musical theater, and this brings a good impact to to the narrative in terms of argumentation and also helps with the visual aspect of the project (which is really very captivating). Betting on a more “complex” plot, the narrative has a dynamic that places the protagonist in the middle of a conspiracy planned by the trio of villains who recognize young Willy Wonka as a true threat, because in fact, his revolutionary ideas about the world of sweets represents a “threat”.
Not just because a young man is so good at the art of making chocolate, but mainly because of the way he does it (which is considered by them as something “unethical” and can disrupt the villains' business operations). This is reason enough for the cartel that dominates the confectionery industry to decide to stop it, and for that to happen, they will spare no effort. Once this Galera Gourmet chocolate empire is threatened, Willy Wonka will need to find a way to fight to make his dream come true, and show that people in the city can have access to very innovative sweets, with multicultural flavors and textures that even so they were never imagined by anyone.
A true explosion of creativity appears on the screen. The directing work done by Paul King is visibly of excellent quality, precisely because he knows exactly what he wants to show the public, and demonstrates a lot of caution, as well as a lot of knowledge in the work he is doing. Almost everything is very precise in terms of organization of ideas, execution of angles and a very solid convergence of arguments. Furthermore, he manages to get the best out of the cast he has, because the performances are really very interesting (even in the less expressive moments of the plot) and make this project something very fun to watch.
Musically speaking, I was positively surprised by practically all the songs (which are much above average than I was expecting) and how they all fit into the scenes to create an engaging narrative. In terms of acting, Timothée Chalamet delivers a simple work, but it is still convincing and full of sentimentality. It is also worth mentioning two other important names: Olivia Colman (who is always great at what she does) and Hugh Grant (who, despite being an actor of questionable quality, delivers a decent performance here). The supporting cast also has its qualities, and they help pave the way that builds all the magic of the movie.
Wonka is a much happier, sweeter and more unique version (although in the general context somewhat generic compared to the whole universe of musicals) than its predecessor movies. Strongly helped by its great technical quality (the practical and technical special effects are amazing, in addition to the tender soundtrack and an efficient art direction), the script has some brilliant moments that make it a unique experience. Creating its peculiar “identity” (fueled by a “sentimentalist madness”), the movie entertains without having to make an effort to do so. Purposefully extravagant, this is a high-quality imaginative show that manages to develop the value of art as a dream very well.
Sinopsis: En esta nueva adaptación de un verdadero clásico, la trama se centra específicamente en las aventuras de un joven Willy Wonka, cómo conoció a los Oompa-Loompas durante una de sus primeras aventuras y también, en su lucha por derrotar a algunos enemigos inesperados.
Basada originalmente (aunque con referencias mucho menos explícitas) en la obra escrita por el autor galés Roald Dahl, esta nueva versión llega trayendo una atmósfera completamente nueva al viaje de un joven soñador y conocedor del chocolate que tiene el sueño de abrir una chocolatera. tienda basada en sus creaciones un tanto fuera de los estándares de golosinas que conocía la sociedad hasta entonces. A diferencia del libro y también de cualquier versión realizada anteriormente para cines, aquí el guión intenta tomar un camino completamente diferente, que a primera vista puede provocar una sensación de “extrañeza” en el público, pero que sin duda cautivará a todos.
Dentro de su propia “burbuja”, el guión invierte en muchas libertades creativas para encontrar su razón de existir. Empezando por el hecho de que la película es un musical. Hasta entonces, el proyecto se había vendido como algo más que un musical. Aunque la estrategia de marketing para promocionar este proyecto no fue la mejor, la esencia de la historia es buena. Apostando por números musicales interesantes y llenos de buenas orquestaciones sonoras (con algunas buenas letras cantadas con cualidades vocales satisfactorias), así como muchos colores vibrantes y coreografías creativas repartidas en escenas bastante divertidas (algunas incluso genuinamente emocionantes y plurales).
Alejándose por completo de prácticamente todas las ideas que se expusieron anteriormente en el libro, y en otras películas muy conocidas, en esta ocasión, la trama se centra en un joven y soñador Willy Wonka, que sueña con abrir su chocolatería en la ciudad donde él vive vive. Sin embargo, para que esto suceda, necesita luchar contra sus enemigos (que forman un cartel de “magnates del chocolate” conocidos por dominar la escena de la fabricación de chocolate dentro del mismo espacio donde Wonka quiere comenzar su andadura, también como chocolatero). En medio de todo esto, Willy se adentra en otras situaciones, una de las cuales es su encuentro con los Oompa-Lommpas, y el inicio de una amistad.
Si bien en medio de su ejecución hay algunas exageraciones de clichés y abuso de fórmulas ya utilizadas en otras películas del género musical, lo que el guión intenta hacer aquí es casi como una especie de teatro musical grabado, y esto aporta una buena Impacta a la narrativa en términos de argumentación y también ayuda con el aspecto visual del proyecto (que es realmente muy cautivador). Apostando por una trama más “compleja”, la narrativa tiene una dinámica que sitúa al protagonista en medio de una conspiración planeada por el trío de villanos que reconocen al joven Willy Wonka como una verdadera amenaza, porque en realidad, sus ideas revolucionarias sobre el mundo de dulces representa una “amenaza”.
No sólo porque un joven sea tan bueno en el arte de hacer chocolate, sino principalmente por la forma en que lo hace (lo cual es considerado por ellos como algo “poco ético” y puede perturbar las operaciones comerciales de los villanos). Esta es razón suficiente para que el cártel que domina la industria de la confitería decida frenarlo, y para ello no escatimarán esfuerzos. Una vez amenazado este imperio del chocolate Galera Gourmet, Willy Wonka necesitará encontrar la manera de luchar para hacer realidad su sueño, y demostrar que la gente de la ciudad puede tener acceso a dulces muy innovadores, con sabores y texturas multiculturales que aún así Nunca fueron imaginados por nadie.
Una auténtica explosión de creatividad aparece en pantalla. El trabajo de dirección realizado por Paul King es visiblemente de excelente calidad, precisamente porque sabe exactamente lo que quiere mostrar al público y demuestra mucha prudencia, además de mucho conocimiento en el trabajo que realiza. Casi todo es muy preciso en cuanto a organización de ideas, ejecución de ángulos y una convergencia de argumentos muy sólida. Además, logra sacar lo mejor del elenco que tiene, porque las actuaciones son realmente muy interesantes (incluso en los momentos menos expresivos de la trama) y hacen de este proyecto algo muy divertido de ver.
Musicalmente hablando, me sorprendieron positivamente prácticamente todas las canciones (que están muy por encima del promedio de lo que esperaba) y cómo encajan en las escenas para crear una narrativa atractiva. En términos interpretativos, Timothée Chalamet ofrece una obra sencilla, pero igualmente convincente y llena de sentimentalismo. También vale la pena mencionar otros dos nombres importantes: Olivia Colman (que siempre es excelente en lo que hace) y Hugh Grant (que, a pesar de ser un actor de calidad cuestionable, hace aquí una actuación decente). El reparto secundario también tiene sus cualidades, y ayudan a allanar el camino que construye toda la magia de la película.
Wonka es una versión mucho más feliz, dulce y única (aunque en el contexto general algo genérica en comparación con el universo de los musicales) que sus películas predecesoras. Fuertemente ayudado por su gran calidad técnica (los efectos especiales prácticos y técnicos son geniales, además de la tierna banda sonora y uma dirección de arte eficiente), el guión tiene algunos momentos brillantes que lo convierten en una experiencia única. Creando su peculiar “identidad” (alimentada por una “locura sentimental”), la película entretiene sin necesidad de esforzarse en ello. Decididamente extravagante, se trata de un espectáculo imaginativo de gran calidad que consigue desarrollar muy bien el valor del arte como sueño.
Sinopse: Nesta nova adaptação de um verdadeiro clássico, a trama se concentra especificamente nas aventuras de um jovem Willy Wonka, em como ele conheceu os Oompa-Loompas durante uma de suas primeiras aventuras e também, na luta dele para derrotar alguns inimigos inesperados.
Originalmente baseado (ainda que com muito menos referências explícitas) na obra escrita pelo autor galês por Roald Dahl, esta nova versão chegou trazendo uma atmosfera completamente nova para a jornada de um jovem sonhador e apreciador de chocolates que tem o sonho de abrir uma chocolateria baseada em suas criações um tanto quanto fora dos padrões de doces que eram conhecidos pela sociedade até então. Diferente do livro e também de qualquer versão que já tenha sido anteriormente feita para os cinemas, aqui o roteiro tenta por um caminho totalmente diferente, que à primeira vista pode causar uma sensação de “estranhamento” no público, mas certamente conseguirá cativar a todos.
Dentro de uma “bolha própria”, o roteiro investe em muitas liberdades criativas para encontrar à sua razão de existir. Começando pelo fato de que o filme é um musical. Até então, o projeto havia sido vendido como qualquer outra coisa, menos como sendo um musical. Embora à estratégia de marketing para promover esse projeto não tenha sido das melhores, a essência da estória é boa. Investindo em números musicais interessantes e repletos de boas orquestrações sonoras (com algumas boas letras sendo entoadas com qualidades vocais satisfatórias), além de muitas cores vibrantes e coreografias criativas espalhadas por cenas bastante divertidas (algumas até genuinamente emocionantes e plurais).
Se afastando completamente de praticamente todas as ideias que já foram anteriormente apresentadas no livro, e nos outros filmes já conhecidos, desta vez, a trama é focada em um jovem e sonhador Willy Wonka, que sonha em abrir à sua loja de chocolates na cidade onde vive. No entanto, para isso acontecer, ele precisa lutar contra seus inimigos (que formam um cartel de “magnatas chocolateiros” conhecidos por dominar o cenário da fabricação de chocolates dentro do mesmo espaço que Wonka quer começar à jornada dele, também como chocolateiro). No meio disso tudo, Willy se aventura por outras situações, sendo uma delas o encontro dele com os Oompa-Lommpas, e o início de uma amizade.
Mesmo no que no meio de sua execução hajam alguns exageros de clichês e abusos de fórmulas já utilizadas em outros filmes do gênero musical, o que o roteiro tenta fazer aqui é quase como uma espécie de teatro musical gravado, e isso traz um bom impacto para à narrativa em termos de argumentação e também ajuda no aspecto visual do projeto (que é realmente muito cativante). Apostando em uma trama mais “complexa”, à narrativa tem uma dinâmica que coloca o protagonista em meio a uma conspiração planejada pelo trio de vilões que reconhece o jovem Willy Wonka como uma verdadeira ameaça, porque de fato, as ideias revolucionárias dele sobre o mundo dos doces representa uma “ameaça”.
Não apenas pelo fato de um jovem ser tão bom na arte de fazer chocolate, mas principalmente pela maneira como ele faz (que é considerada por eles como algo “antiético” e que pode atrapalhar as operações comerciais dos vilões). Isso é motivo suficiente para que o cartel que domina a indústria confeiteira decida impedi-lo, e para isso acontecer, eles não medirão esforços. Uma vez que esse império dos chocolates da Galera Gourmet se vê ameaçado, Willy Wonka precisará encontrar uma forma de lutar para realizar o seu sonho, e mostrar que as pessoas da cidade podem ter acesso a doces muito inovadores, com sabores multiculturais e texturas que até então nunca foram imaginadas por ninguém.
Uma verdadeira explosão de criatividade aparece na tela. O trabalho de direção feito por Paul King é visivelmente de ótima qualidade, justamente porque ele sabe exatamente o que ele quer mostrar ao público, e demonstra ter bastante cautela, além de muito conhecimento no trabalho que ele está fazendo. Quase tudo é muito bem preciso em termos de organização de ideias, execução de ângulos e uma convergência de argumentos bastante sólida. Além disso, ele consegue extrair o melhor do elenco que ele tem mãos, porque as performances são realmente muito interessantes (até mesmo nos momentos menos expressivos da trama) e torna esse projeto em algo muito divertido de ser assistido.
Musicalmente falando, eu me surpreendi positivamente com praticamente todas as músicas (que são muito acima da média do que eu estava esperando) e como todas elas foram encaixadas nas cenas para criar uma narrativa envolvente. Na parte da atuação, Timothée Chalamet entrega um trabalho simples, mas ainda sim é algo convincente e repleto de sentimentalismo. Vale à pena também mencionar outros dois nomes importantes: Olivia Colman (que é sempre ótima no que ela se faz) e Hugh Grant (que apesar ser um ator de qualidade questionável, aqui entrega uma atuação decente). O elenco de apoio também tem suas qualidades, e ajudam a pavimentar o caminho que constrói toda a magia do filme.
Wonka é uma versão muito mais alegre, mais doce e mais única (ainda que no contexto geral algo um tanto quanto genérico se comparado ao universo dos musicais) do que seus filmes antecessores. Fortemente ajudado por sua grande qualidade técnica (os efeitos especiais práticos e técnicos são ótimos, além da trilha sonora terna e uma eficiente direção de arte), o roteiro tem alguns momentos brilhantes que o tornam em uma experiência singular. Criando à sua “identidade” peculiar (alimentada por uma “loucura sentimentalista”), o filme diverte sem ter que fazer esforço para isso. Propositalmente extravagante, este é um espetáculo imaginativo de alta qualidade e que consegue desenvolver muito bem o valor da arte como um sonho.
