La crisis que vive Venezuela no es un secreto para nadie, mucho menos para quienes vivimos acá, que vivimos bajo las consecuencias de una pésima gestión gubernamental. La inflación desbordada parece no tener fin, y en el horizonte no se ven medidas que se implanten para detener la vorágine, al contrario, el mensaje del estado siempre es dedicado en defensa del estado, nunca en defensa de la economía o el bienestar de las personas y su calidad de vida.
Ya en otro post hablé de como se vive la inflación en Venezuela, lo pueden leer aquí , y esto se vuelve insoportable a medida que vamos viendo como viven las personas asociadas al gobierno.
Un dólar en Venezuela equivale a 21 bolívares, y aumenta cada día, así como los costos de bienes y servicios. El salario no se actualiza desde hace tiempo, y está expresado en la moneda nacional, salvo quienes trabajan en empresas privadas y los comerciantes que son quienes mejor viven.
La moneda al ser devaluada en tantas ocasiones, durante los últimos años, ha necesitado pasar por un proceso de reconversión, quitando algunos ceros para no hacer tanto escándalo con el precio de los productos expuestos en el mercado. Lo que se traduce en una lamentable confusión. Por lo menos por mi parte siempre confundo el precio de bolívares y dólares, ya que los comercios pueden expresar los precios en ambas monedas, así que a veces, al ver el pan a 54 casi me da un desmayo, pensando que son dólares cuando en realidad son bolívares.
Hace poco abrió una tienda en un centro comercial, que abrió en noviembre, y que es una cachetada para el venezolano, que lo visita sin poder participar de transacción alguna por no disponer de los dólares necesarios para la compra de ningún producto, en la mayoría de los casos. La tienda es del gobierno y en ella venden todo a precios de dólares, incluso está expresado en esa moneda, pero lo que más perturba, es la sección de juguetes.
Donde el "Súper Bigotes" hace su macabra aparición, representación del presidente de Venezuela como figura de acción imitando a Superman o al Chapulín Colorado, todavía no sabemos. Con el 'módico' precio de 15$. Ahora veamos cuanto le cuesta eso al venezolano común.
Ya dijimos que 1$ equivale a Bs. 22,37370000 (vaya me descuidé un momento y ya aumentó) por lo tanto este horrible esperpento cuesta Bs. 319.5, y el salario mensual en Venezuela de de 544 bolívares mensuales, lo que equivale a 24 dólares, lo que no alcanza para comprar el juguete presidencial, mucho menos la canasta básica de alimentos. Parece un chiste macabro.
Sin contar lo que nos cuesta al país, volver a reconfigurar los billetes y cambiarlos de configuración, el estado de nuestros billetes nos cuentan la historia sobre durante cuanto tiempo fueron utilizados. Y no solo es el trabajo de volver a imprimir los billetes, también hablo del costo de volver a sincronizar la mente con el nuevo cono monetario.
Los billetes actuales tienen (además) un error de diseño, ya que se imprimieron para homenajear algún bicentenario, no recuerdo cual, y entonces llevan en el reverso el número 200, causando así más confusión de la debida. Particularmente no los uso, prefiero el pago mediante la tarjeta del banco, ya que una vez estaba comprando una malta a un vendedor callejero y contaba de 200 en 200, para pagar Bs. 4000, y resulta que estaba dando billetes de de 1000 y 2000 bolívares.
Los billetes de Venezuela tienen a los próceres patrios como parte del diseño, y están tan devaluados, que muchas veces son arrojados a la basura, devaluando nuestra identidad también, yo los colecciono, por eso tengo tantos.
The crisis in Venezuela is no secret to anyone, much less to those of us who live here, who live under the consequences of a terrible governmental management. The overflowing inflation seems to have no end, and on the horizon there are no measures in place to stop the vortex, on the contrary, the message of the state is always dedicated to the defense of the state, never in defense of the economy or the welfare of the people and their quality of life.
In another post I already talked about how inflation is experienced in Venezuela, you can read it here, and this becomes unbearable as we see how people associated with the government live.
One dollar in Venezuela is equivalent to 21 bolivars, and it is increasing every day, as well as the costs of goods and services. The salary has not been updated for a long time, and it is expressed in the national currency, except for those who work in private companies and merchants who are the ones who live better.
The currency, having been devalued so many times during the last few years, has needed to go through a process of reconversion, removing some zeros in order not to make such a fuss with the price of the products displayed in the market. This has resulted in unfortunate confusion. At least for my part I always confuse the price of bolivars and dollars, since stores can express prices in both currencies, so sometimes, when I see bread at 54 I almost faint, thinking they are dollars when in fact they are bolivars.
Recently a store opened in a shopping mall, which opened in November, and which is a slap in the face for Venezuelans, who visit it without being able to participate in any transaction because they do not have the necessary dollars for the purchase of any product, in most cases. The store is a government store where everything is sold at dollar prices, even in dollars, but what is most disturbing is the toy section.
Where the "Super Mustache" makes his macabre appearance, representing the president of Venezuela as an action figure imitating Superman or Chapulin Colorado, we still don't know. With the 'modest' price of $15. Now let's see how much that costs the common Venezuelan.
We have already said that 1$ is equivalent to Bs. 22.3737370000 (I was careless for a moment and it has already increased), therefore this horrible absurdity costs Bs. 319.5, and the monthly salary in Venezuela is 544 bolivars per month, which is equivalent to 24 dollars, which is not enough to buy the presidential toy, much less the basic food basket. It seems like a macabre joke.
Not counting what it costs the country to reconfigure the banknotes and change their configuration, the state of our banknotes tells us the story of how long they have been used. And it is not only the work of reprinting the bills, I am also talking about the cost of re-synchronizing the mind with the new monetary cone.
The current banknotes have (in addition) a design error, since they were printed to honor some bicentennial, I don't remember which one, and then they have the number 200 on the back, causing more confusion than it should be. Particularly I do not use them, I prefer to pay by bank card, as once I was buying a malt from a street vendor and I counted 200 by 200, to pay Bs. 4000, and it turned out that he was giving 1000 and 2000 bolivar bills.
The Venezuelan bills have the patriotic heroes as part of the design, and they are so devalued, that many times they are thrown in the trash, devaluing our identity as well, I collect them, that is why I have so many.
El contenido aquí presentado es de mi autoría.
Las fotografías fueron tomadas con mi teléfono.
Los separadores y banner fueron hechos por mi en Illustrator
The content presented here is my own.
The photographs were taken with my phone.
The separators and banner were made by me in Illustrator.