Over the years we have learned and been amazed at various topics that were originally thought of and written as science fiction and then became reality, almost as accurate as their thinkers and writers devised many years before they became science fiction. on concrete facts.
In recent times there have been countless debates and comments, many of them apocalyptic, between defenders and detractors of artificial intelligence, including a few days ago there was a very interesting counterpoint between two prominent personalities, the prestigious historian Yuval Noah Harari and Yann LeCun, Meta's chief investigator. The first was one of the more than 30,000 thinkers who signed the open letter "The Future of Life" which requested, among other things, a pause in the research and development of powerful AI tools, mainly the GPT-4 model. of language that enabled the massive adoption of ChatGPT and its emulation by other technological leaders on the planet.
At the same time and within greater silence, the development and evolution of the quantum computer are advancing by leaps and bounds, a monstrosity capable of leaving AI as we know it up to the present like a kindergarten book.
The little we know about quantum physics and computers capable of carrying out processes using those principles is that everything can change from the establishment of a machine that can process calculations in an amount and speed that cannot be measured even by the most powerful computers. from the actuality. According to experts in the field, the perception of the universe itself could change radically. AN example that draws attention is how the throw of dice could be analyzed. Until now, predicting how it will fall is a random event, but if we could know exactly what the position of the dice is when it is thrown, what is the force with the one that is thrown, the position and movement of the surrounding air molecules, what material is the surface on which the die is thrown, we would know for sure what would happen. For now, they are just testing and prototypes, a huge infrastructure is still required for them to work and that keeps them from more widespread use for now, however, we know that it is only a matter of time.
Some say that, if we continue on this path, the survival of the human being is at risk. It sounds very alarmist, but it is more a wishful thinking of the detractors than a full knowledge of what the future holds for us with the evolution of these new technological discoveries. No one knows for sure what may happen in the coming years.
In addition to all this, there are already AI-based bots to manage and carry out investments, purchases, and sales of financial assets, diversification, and risk; Cryptocurrencies are included in this package; They do the work for us, avoiding the problem of many, including myself, where we don't know anything about it and we always invest at the wrong time. Maybe we should take advantage of this moment, and enjoy it while we can.
La ficción es realidad
A lo largo de los años hemos aprendido y nos hemos sorprendido acerca de diversos temas que originalmente fueron pensados y escritos como ciencia ficción y que luego se convirtieron en realidad, casi tan exacto como sus pensadores y escritores los idearon muchos años antes de que se convirtieran en hechos concretos.
En los últimos tiempos se han producido una infinidad de debates y comentarios, muchos de ellos apocalípticos, entre los defensores y detractores de la inteligencia artificial, inclusive, hace pocos días se produjo un interesantísimo contrapunto entre dos destacadas personalidades, el prestigioso historiador Yuval Noah Harari y Yann LeCun, jefe de investigadores de Meta. El primero fue uno de los más de 30.000 pensadores que firmaron la carta abierta “The Future of Life” donde se solicitaba, entre otras cosas, una pausa en la investigación y el desarrollo de las poderosas herramientas de IA, principalmente GPT-4 el modelo de lenguaje que posibilitó la masiva adopción de ChatGPT y su emulación por parte de los demás líderes tecnológicos del planeta.
Paralelamente y dentro de un mayor silencio, avanza a pasos agigantados el desarrollo y evolución de la computadora cuántica, un engendro capaz de dejar como un libro de jardín de infantes a la IA tal como la conocemos hasta el presente.
Lo poco que sabemos sobre la física cuántica y las computadoras capaz de realizar procesos utilizando esos principios es que todo puede cambiar a partir del afianzamiento de una máquina que pueda procesar cálculos en una cantidad y velocidad cuya medición no es comparable siquiera con los ordenadores más poderosos de la actualidad. Según expertos en el tema, la percepción del universo mismo podría cambiar radicalmente. UN ejemplo que llama poderosamente la atención es como podría analizarse el lanzamiento de un dado, hasta ahora predecir como caerá es un hecho aleatorio, pero si pudiéramos saber con exactitud cuál es la posición del dado al momento de ser lanzado, cuál es la fuerza con la que se tira, la posición y movimiento de las moléculas del aire del entorno, de qué material es la superficie sobre el que se tira el dado, sabríamos con certeza qué pasaría. Por ahora son solo prototipos de prueba y testeo, aún se requiere una enorme infraestructura para que funcionen y eso las aleja de un uso más difundido, sin embargo, sabemos que es solo cuestión de tiempo.
Algunos dicen que, de seguir por este camino, corre riesgos la supervivencia del ser humano. Suena muy alarmista, pero es más una expresión de deseos de los detractores que un cabal conocimiento de lo que el futuro nos depara con la evolución de estos nuevos hallazgos tecnológicos. Nadie sabe a ciencia cierta que podrá ocurrir en los próximos años.
A todo esto, ya existen bots basados en IA para administrar y realizar inversiones, compras y ventas de activos financieros, diversificación y riesgo; en este paquete se incluyen a las criptomonedas; hacen el trabajo por nosotros eludiendo el problema de muchos entre los que me incluyo, donde no sabemos nada de eso y siempre invertimos a destiempo y mal. Quizás debamos aprovechar este momento, disfrutar mientras podamos.
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Héctor Gugliermo