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Escribir es un acto solitario. Que implica tener que escucharse. Un suceso donde te encuentras contigo mismo y, según decidas, les haces caso o ignoras lo que tu mente o corazón te dictan.
Miedo a ti mismo
Por ser un evento íntimo, a muchos les da miedo hacerlo. Les da pánico tener que conectarse con ellos mismos. Es como si nos desnudáramos ante nosotros y eso, a muchos les avergüenza. (A unos les da miedo, ¿a otros? simple pereza).
Miedo a otros
Pero el acto de escribir también implica desnudarse ante otros. Por eso a algunas personas les aterra escribir en público. Es lo que llaman grafofobia o escriptofobia, que es el miedo a escribir en presencia de otros, en un salón de clases por ejemplo o firmar un documento en el banco con el ejecutivo viéndote.
El otro temor es el mostrar a otros lo que hay dentro, así lo escribas en soledad. A muchos nos avergüenza expresar opiniones, ideas y sentimientos. Creemos que no son interesantes, que no son válidas. Si nadie nos lo preguntó ¿por qué habríamos de escribirlo? Más aún, mostrarlo al mundo. Es como llegar a una a la que no fuimos invitados y empezar a hablar, comer y bailar, sin ton ni son.
De eso se trata el temor a escribir. De sentirnos expuestos, de correr el riesgo a que nos critiquen, nos juzguen, o por el contrario, que les guste tanto a los demás que el éxito nos sorprenda y no sepamos luego qué hacer con él.
He pasado por eso. Sentí esos mismos temores durante muchos meses cuando iniciaba mi aventura como aprendiz de escritor, hace más de 15 años. Y todavía lo siento hoy cuando escribo y publico en mis blogs o redes sociales.
Tal como lo lees. Tengo miedo. A que me juzguen. Que me critiquen. Que tenga errores ortográficos o gramaticales. Que me quede corto ante lo que quiero decir o lo que deseo mostrarles a mis lectores.
¿Síndrome del impostor?
Y es que me falta mucho por aprender. Afuera hay personas que saben, conocen y están mucho más y mejor preparados que yo. Por lo que pienso que es muy pretencioso de mi parte intentar enseñar a otros.
Pero a pesar de eso, afuera hay muchos que no saben lo que yo sé. Desde niños de nueve a ancianos de 75 que desconocen lo que yo he aprendido, y estoy seguro que les convendrá y valorarán lo que les pueda compartir. Y eso me motiva en gran manera a arriesgarme a escribir pesar del miedo.
Por eso te digo que esos temores hay que desterrarlos. Hay que atreverse a escucharse y escribir. Y hay que arriesgarse a compartirlo con otros. Nuestro conocimiento, visión de las cosas y experiencia pueden ayudar e inspirar a muchos que nos lean. No nos sintamos impostores o arrogantes, tontos o ridículos.
🔥 Es más, para que empecemos a vencer ese miedo a escribir, te daré algunas sugerencias que me han servido para superar el miedo y arriesgarme a escribir. Toma nota que esos son los ejercicios de esta primera lección: 💪
🗣️ 1.Escribe. Toma un cuaderno o usa alguna aplicación de tu teléfono o en tu computadora y EMPIEZA A ESCRIBIR. Sí, escribe lo que te venga a la mente. Lo que sea. No pienses en si tiene sentido, en que alguien ya lo dijo. No consideres que no se va a entender. SOLO ESCRIBE. Aunque no sepas cómo se escribe cierta palabra. SOLO ESCRIBE. Sea un párrafo de 20 palabras o de 2000. No importa, ESCRIBE y léelo luego y por favor, NO LO BORRES.
🗣️ 2.Muéstralo alguien de confianza: un hijo, tu pareja, a algún hermano o padre. Tu primo preferido o tu mejor amigo que está en el extranjero. Dile que es un ejercicio de un curso y que no esperas ninguna opinión, solo necesitas mostrar tu escrito. (si la persona quiere darla y estás dispuesto a recibirla, perfecto).
🗣️ 3.Comparte ese escrito con alguien de menos confianza. No tan íntimo. De esta manera aumentas el riesgo de juicio. Un maestro, vecino, tío, compañero de trabajo o estudio. Pero arriésgate a mostrarlo a otros.
🗣️ 4.Publícalo en tus redes sociales o blog. Si tienes WhatsApp, móntalo en tu estado o en tus historias de Instagram. Públicalo en Facebook o Twitter. Donde sea, pero PUBLÍCALO.
NOTA: El segundo paso lo podemos adaptar con esos escritos que tenemos guardados y que aún no se los mostramos a nadie. Hoy puede ser el día.
Gracias por leer este artículo. Deseo pueda serte útil para superar o terminar de vencer cualquier atisbo de miedo que aún quede en tu interior.
Gary Samuel Bilbao
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