Today school activities have started again, and it saddens me that during these holidays, my children were only confined at home. They truly do not know what a real vacation is, and it is a debt I have had with them since always, because when they were little, we used to go to my mother's house, but it was like going from one house to another!
That was also my childhood, and the truth is that as an adult I thought that real vacations meant going to a new place, doing different things, recharging energy with new experiences. And although I have wanted to give that to my little ones, the economic reality hits you in the face and that idea remains just that: an idea...
However, I try to do some things with them that are within my reach. One of those is to go to a nice place that we don't know, to eat or drink something delicious and spend quality time, even if it's brief.
And the last day of the holidays was no exception. It was Sunday and the cold of winter was back, but still my youngest son and I left the house. Initially, the idea was to have a picnic, but due to the hour and the temperature, we decided to go to a place with heating, and ended up again at one of the La Veneciana branches, but this one we didn't know.
One of the things I was thinking in my mind was "only you would think of going out without money!" because my funds didn't even reach a thousand pesos, but it was a promise I had to keep. My older son preferred not to go out, so it would be just my little one and me again.
We looked for a place where I could pay by scanning the market payment QR code, to use the little that remains of my credit line to please him, even though it wasn't much, but you don't need much to have a good time.
We decided to each have a hot chocolate, without eating anything, as the budget only allowed for that. But my little one didn't care, as it was enough for him that we were there, and my promise that we would come back later to enjoy the crepes he had been eyeing.
We took the opportunity to watch a movie on the television they had on the wall, because we don't have cable service at home, let alone a flat screen, so we have to make use of everything we can in the places we go.
And although our outing may seem bland, believe me we had a great time, since before leaving we went to the second floor where we found a foosball table that of course we also used for a good while, but I will tell you about that in another post.
Perhaps they were not the dream vacation, not by a long shot, but we enjoyed this time and I believe in teaching them that we can be happy as long as the essence of love and companionship is present among us. For now, I am saving as much as I can, to give them a vacation like the one I would have liked to have in my childhood.
Hoy ya empezaron nuevamente las actividades escolares, y me pesa que en estas vacaciones, mis niños solo estuvieron encerrados en casa. Realmente ellos no saben qué son realmente unas vacaciones y es una deuda que tengo con ellos desde siempre, pues de pequeños nos íbamos con el mayor a casa de mi madre, pero era salir de una casa a entrar en otra!
Así fue también mi infancia, y la verdad es que ya de adulta pensaba que unas verdaderas vacaciones eran irse a un lugar nuevo, hacer cosas diferentes, recargar las energías como nuevas experiencias. Y aunque he querido darle eso a mis pequeños, la realidad económica te golpea la cara y esa idea queda solo en eso: una idea...
Sin embargo, trato de hacer con ellos algunas cosas que si están al alcance de mi mano. Una de esas es irnos a algún lugar lindo que no conozcamos, para comer o tomar algo rico y pasar tiempo de calidad, así sea poco.
Y el último día de las vacaciones no fue la excepción. Era domingo y el frío del invierno volvía al ataque, pero igual mi hijo menor y yo salimos de casa. En principio, la idea era hacer un picnic, pero por la hora y la temperatura, optamos por irnos a un lugar con calefacción, y terminamos nuevamente en una de las sucursales de La Veneciana, pero esta no la conocíamos.
Una de las cosas que decía en mi mente era "solo a ti se te ocurre salir sin dinero!" pues mi capital no llegaba ni a mil pesos, pero era una promesa que debía cumplir. Mi hijo mayor prefirió no salir, así que nuevamente seríamos mi pequeño y yo.
Buscamos un lugar donde pudiera pagar scaneando el QR de mercado pago, para usar lo poco que me queda de mi línea de crédito para complacerlo, aunque igual no era mucho, pero para pasarlo bien no es necesario tener demasiado.
Optamos por tomarnos una chocolatada caliente cada uno, sin comer nada, pues el presupuesto llegaba solo a eso. Pero a mi pequeño no le importó, pues era suficiente para él que estuvieramos ahí, y mi promesa que luego volveríamos para comernos las crepes que veía con deseo.
Aprovechamos para ver una película en el televisor que tenían en la pared, pues tampoco tenemos servicio de cable en casa, ni mucho menos un pantalla plana, así que debemos hacer uso de todo lo que podemos en los lugares a donde vamos.
Y aunque parezca algo insulsa nuestra salida, creanme que la pasamos muy bien, ya que antes de irnos subimos al segundo piso en donde encontramos una mesa de futbolito que por supuesto también usamos un buen rato, pero eso se los contaré en otro post.
Quizás no fueron las vacaciones soñadas ni mucho menos, pero disfrutamos de este tiempo y creo que enseñarle que se puede estar bien mientras la esencia del amor y de la compañía esté presente entre nosotros. Por los momentos, sigo ahorrando como puedo, para darles unas vacaciones como me hubiese gustado tener en mi infancia.
Foto/Photo by: @mamaemigrante
Edición/Edited by @mamaemigrante using canva
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