Almost always, when I am unmotivated or something is bothering me, pencils and colors are great allies to silently drain whatever is affecting me.
At my job, these cardboard tubes of different sizes are always empty, in which plastic bags come to store fruits, vegetables, and other small supplies.
Usually, they are set aside to sell to recyclers who come searching for cardboard and plastic every so often, however, with permission from my supervisor, I have brought some home to give to my younger son, who is always looking for materials he can use in his artistic inventions.
But since there are enough of them, and truth be told, my little one has been interested in creating color patterns on graph paper, I decided to roll up my sleeves and do therapy with them, especially on these days that have been full of discouraging news and it also seems like the light bulb at the end of the tunnel has burnt out.
The idea is to let everything that bothers flow through the strokes, without thinking too much, just focusing on that particular activity, on breathing, and setting aside any disturbing idea that interferes with the process.
I confess that I cried like I hadn't in a long time while tracing the first things that came to mind, and that at the end I felt a void inside, as if something that silently tormented me was no longer there.
Upon detailing it after finishing, I noticed that I used very little of my favorite color which is purple, with blue in different tones being the most predominant, and looking a bit online, the common denominator of the negative aspect of this color is emotional lack, so what I was doing was really in tune with what I was feeling.
Now I have many other little rolls to paint, but with no commitment, only with the purpose of finishing this process of sadness to start filling everything I feel oppressed with colorful joy, now a little less, but not entirely gone.
I am not an expert in art therapy, but I have experienced the positive aspects of it several times when I have practiced it: it's like having a date with yourself, where you don't have to impress or even dress well, all you have to do is put on paper or on the materials you have at hand, everything you have to offer, whether good or bad.
And now, what started out as something painful ended up being a new decoration for my home, reminding me that even if you cry or feel bad, there is a new opportunity to shine the next day.
Casi siempre, cuando estoy desmotivada o hay algo que me está perturbando, los lápices y colores son grandes aliados para drenar en silencio aquello que me está afectando.
En mi trabajo, siempre se desocupan estos tubos de cartón de diferentes tamaños, en los que vienen las bolsas plásticas para guardar las frutas, verduras y otros insumos pequeños.
Por lo general, son colocados para vender a los recicladores que pasan buscando el cartón y el plástico cada cierto tiempo, sin embargo, con permiso de mi supervisor, me he traído algunos a casa, para dárselos a mi hijo menor, quien siempre está buscando materiales que pueda usar en sus inventos artísticos.
Pero como hay suficientes, y la verdad, ahora mi pequeño ha estado interesado en elaborar patrones de colores en hojas cuadriculadas, decidí poner manos a la obra y realizar terapia con ellos, sobre todo en estos días que han estado cargados de noticias poco alentadoras y que además pareciera que el bombillo que da la luz al final del tunel se rompió.
La idea es dejar fluir a través de los trazos todo lo que incomoda, sin pensar mucho, solo concentrarse en esa actividad particular, en la respiración y dejando de lado cualquier idea perturbadora que interfiera en el proceso.
Confieso que lloré como tenía tiempo sin hacerlo mientras trazaba lo primero que me venía a la mente, y que al finalizar sentí como un vacío dentro, como si algo que me atormentaba en silencio, ya no estuviera ahí.
Al detallarlo luego de terminado, observé que utilicé muy poco mi color favorito que es el morado, siendo el azul en diferentes tonos el más predominante y buscando un poco en internet, el común denominador de la parte negativa de este color es la falta emocional, por lo que realmente estaba en sintonía lo que hacía con lo que sentía.
Ahora tengo muchos otros rollitos por pintar, pero sin compromiso, solo con la finalidad de terminar este proceso de tristeza para empezar a llenar de colores alegres todo lo que en este momento siento que me oprime, ahora un poco menos, pero que no se ha ido del todo.
No soy experta en el arte terapia, pero he experimentado en varias oportunidades las cosas positivas que tiene cuando la he practicado: es como tener una cita con uno mismo, en el que no tienes que impresionar o siquiera vestirte bien, solo basta con poner sobre el papel o en los materiales que tengas a mano, todo lo que tienes para dar, sea bueno o malo.
Y ahora, lo que empezó como algo doloroso, terminó siendo un nuevo adorno para mi casa, que me recuerda que aunque llores o te sientas mal, al día siguiente hay una nueva oportunidad para brillar.
Foto/Photo by: @mamaemigrante
Edición/Edited by @mamaemigrante using canva
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Translated and formatted with Hive Translator by @noakmilo.
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