Camino con paso firme,
cargando a mis espaldas mi equipaje,
pensando en todo aquello que voy dejando atrás,
evitando caer en sentimentalismos.
Me preguntó de qué color será el final.
Detrás de mí,
van quedando los pedazos de aquel hombre que una vez fui,
aquel que no volverá a ser.
Lamentarme ya no servirá de nada,
ya no hay nada que perdonar,
no hay nada del pasado que podamos cambiar,
solo cambiaremos nuestro futuro
con aquellas acciones que hagamos hoy...
¿A dónde voy ahora?
A donde me lleven mis pies, sin rumbo fijo
avanzando hacia lo desconocido.
Me he cambiado de país,
de amistades y hasta de nombre,
aquí donde estoy, nadie me conoce ni sabe quién soy.
Avanzó sin titubear en este mar de silencios y miradas furtivas,
y mi equipaje cada vez se vuelve más ligero,
ya que deje atrás aquellos pensamientos negativos
que pesaban sobre mí y sobre mi alma.
Algunos me llamarán loco,
diciendo que voy huyendo de mi verdad,
la única verdad que existe es la vida que quiero crear.
¿A dónde irá la poesía cuando no es leída por nadie?
¿Dónde se esconderán los versos de este pobre escritor?
¿Cuándo será el final de la melodía de la vida?
He dejado atrás toda lógica,
todo recuerdo,
solo sigo avanzando,
hasta el final de mis tiempos.