hace algún tiempo que vengo pensando en lo que el Tigre dijo sobre la lucidez del sueño. Fue una conversación bizarra de la que solo recuerdo algunas cosas, y esta es una de ellas.
Ese día, el Tigre -del cual no conocía su nombre a pesar de que llevábamos un buen tiempo conociéndonos- y yo nos fuimos a casa de otros compas, y de ahí decidimos recorrer caminando la montaña Azulita, que estaba cerca de casa. Subir esa montaña no llevaba más de cuatro horas, y para ello estábamos preparados.
El tigre quería ir porque quería conectarse con las buenas vibras -y él siempre andaba conectado, si saben a lo que me refiero- y porque no quería calarse más la bronca de lo que estaba sucediendo en la ciudad.
Entonces arrancamos y subimos. Desde la cima de la montaña se podía ver toda la ciudad. Los edificios en miniatura, las casas como si fueran de juguete. Se podía ver la fila de carros esperando en una gasolinera y los sonidos del tránsito.
El Tigre miraba pasmado el paisaje. La ciudad estaba cercada por las montañas. Una pequeña meceta sostenía todo ese armatoste de concreto y acero, con millones de vidas que hacían lo que se les daba la gana -decía el Tigre- y nosotros acá, somos los amos del mundo, porque nadie nos ve y nadie nos puede decir lo que tenemos que hacer.
Estábamos exultados. Los otros muchachos iban y venían, se sentaban con nosotros y charlábamos de fútbol, de economía, y de lo doloroso que era ver partir a tus seres queridos y este día tan fatídico, tan malo, que no nos queda más esperanza.
Así transcurrieron las horas, y en un momento, el Tigre dijo que todo esto era un sueño lúcido, que nada de lo que estaba pasando era real porque no existía, que eramos solamente el mero subconsciente de alguien que nos sueña y que no puede despertar, y que por eso hay que estar tan chispeantes como podamos.
Siguió hablando de las cuentas pendientes que tenía el universo y de la próxima destrucción después de lo que ha pasado ese día. Todos lo tomábamos a broma, pensábamos que no hablaba en serio. Sin embargo, cuando escuché estas voces raras que hablaban de un gran despertar, de un terremoto que indicaría la destrucción -tal como lo había dicho el Tigre- logre abrir mis ojos, y con eso, la destrucción del mundo que había creado mientras estaba en el coma después de quién sabe cuánto.
English version
For some time now I have been thinking about what the Tiger said about the lucidity of sleep. It was a bizarre conversation of which I only remember a few things, and this is one of them.
That day, Tiger -whose name I did not know, although we had known each other for a long time- and I went to another compas' house, and from there we decided to walk up the Azulita mountain, which was close to home. Climbing that mountain took no more than four hours, and we were prepared for it.
The tiger wanted to go because he wanted to connect with the good vibes -and he was always connected, if you know what I mean- and because he didn't want to get more upset about what was happening in the city.
So we set off and climbed up. From the top of the mountain we could see the whole city. The buildings in miniature, the houses as if they were made of toys. You could see the line of cars waiting at a gas station and the sounds of traffic.
The Tiger stared at the landscape in awe. The city was surrounded by mountains. A small mech held up all that concrete and steel structure, with millions of lives doing whatever they wanted,” said the Tiger, ”and we here, we are the masters of the world, because nobody sees us and nobody can tell us what to do.
We were ecstatic. The other guys came and went, they sat with us and we talked about soccer, the economy, and how painful it was to see your loved ones leave and this fateful day, so bad, that we have no more hope left.
So the hours went by, and at one point, the Tiger said that all this was a lucid dream, that none of what was happening was real because it did not exist, that we were only the mere subconscious of someone who dreams us and cannot wake up, and that is why we have to be as sparkling as we can.
He went on to talk about the unfinished business of the universe and the coming destruction after what had happened that day. We all took him for a joke, we thought he was not serious. However, when I heard these strange voices that spoke of a great awakening, of an earthquake that would indicate destruction - just as the Tiger had said - I managed to open my eyes, and with that, the destruction of the world that I had created while I was in the coma after who knows how long.
