Era un día soleado, un ambiente fresco muy propicio para la pesca, así que Luis quiso llevar a su hijo Lucio a pescar esta no era la primera vez, era la tercera vez que iría con su hijo de catorce años, un adolescente que le gustaba pasar tiempo con su padre y sobre todo aprovechar esos momentos en el mar para pescar y poder tener largas conversaciones con su padre.
Se montaron en la lancha y se fueron mar adentro, pararon en el lugar de siempre donde el mar estaba tranquilo, comenzaron a preparar las cañas de pesca y lanzaron el anzuelo y esperaron mientras un pez tomará el anzuelo.
Mientras esperaban Lucio quien le encantaba las historias, le preguntó a su padre por la historia del Bacalao gigante que todos querían atrapar, pero nadie había podido.
Luis comenzó a contarle a su hijo:
- Mi padre me contó la historia y yo una vez lo vi, este Bacalao resbaladizo estando yo con mi padre lo atrapamos pero, era tan grande y pesado, yo creo que más de 200 kilos y eso que estaba pequeño no me quiero imaginar como seria de grande.
Estábamos pescando, era como esta hora las 8am estábamos aquí muy cerca y de repente el pez nos llevaba, había tomado el anzuelo y tuvimos que soltarlo porque si no nos hubiésemos ahogado, se hubiese volteado la barquilla que teníamos.
Mientras Luis contaba el cuento, se sintió un fuerte golpe en la lancha y se movieron de lado, ambos se asustaron un poco, Lucio comenzó a ver bien el agua y se fijó que veía algo marrón rodeando la barca, pero se veía muy poco, de repente la lancha vuelve a moverse por un fuerte golpe.
En eso uno de los Anzuelos lo han picado y han agarrado algo, Luis le dice Lucio que lo ayude a tomar la caña de pescar porque lo que había pescado era muy fuerte.
Ambos comienzan a halar y no pueden, el pez era más fuerte que ellos, por más que trataban no podía, de repente el pez salta a un lado de ellos y cuando ven el susto es inmenso, el pez era un gran Bacalao marrón y más grande que la lancha, se sintieron pequeños y con mucho temor por el gran Bacalao que los acechaban, del tiro soltaron la caña de pescar aunque ya se había roto el nylon.
El Bacalao estaba furioso, así que comenzó a golpear la lancha, ellos estaban aterrados, el pez dio unas cuantas vueltas debajo de la lancha de una forma tan fuerte que los estremeció, de repente el Bacalao tomó camino al horizonte y dio un gran salto, Luis y Lucio lo vieron ambos se abrazaron.
Vieron como el Bacalao se fue a lo lejos sin dejar rastros, Lucio le dijo a su padre:
- No volveré a preguntar por historias, ahora contaré la mía propia, como este Bacalao resbaladizo nos logró asustar a ambos.
Al pasar de los años, Lucio volvió a ir al mar esta vez con su hijo, donde le contó la historia del Bacalao resbaladizo y de cómo le jugo una mala pasada a el y su padre.
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