El aparente de destino | Apparent destiny (SPA-ENG)

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Adolfo estaba ante la mayor incertidumbre de su vida, o al menos, eso pensaba en aquel momento. Era el mayor de tres hermanos, y acababa de terminar la escuela preparatoria, y se debatía entre ingresar a la universidad, o continuar en el negocio de su padre: la albañilería. Su madre no podía estar más orgullosa de él, un ejemplo en rectitud para Amanda y Antonio, a quienes les llevaba dos y cinco años respectivamente.

El joven veía cómo su padre, apremiado tras la severa crisis inmobiliaria, solo efectuaba reparaciones menores, y cuyas ganancias a duras penas cubrían lo justo en el hogar, y el acceso a la tecnología web: único medio de contacto para con el gran mundo, uno, que la familia soñó en conocer cuando la economía era aún pujante.

La inquietud de la duda sobre la relevancia del libre albedrío hizo que Adolfo concluyera que, en realidad, él estaba condenado, como los otros, por circunstancias azarosas fuera de su control; así que, la elección con base en las preferencias y en la lógica, era una simple ilusión. Si decidía ir a la universidad, tendría la oportunidad de convertirse en un gran ingeniero, pero imponiéndole una carga muy pesada a sus padres y hermanos. Por otro lado, si decidía quedarse a ayudar a su padre en el negocio, quizás, podría ayudar a abarcar a más clientes, y en consecuencia, aliviar el impacto de la carestía creciente. Parecía que su destino, era ser un albañil como su padre, y la idea, aunque no le desagradaba, truncaba alcanzar el siguiente escalón en la ruta de su padre.

Scarlett, una de sus vecinas, tocó a la puerta justo cuando Adolfo iba a comunicarle a sus padres la decisión.

—Hola, señora. ¿Está Adolfo?

A la madre de Adolfo le pareció raro lo directo de Scarlett y la premura de su actitud.

—¿Qué pasa? ¿Hay algo malo para mi hijo?

—¡No… o sí, todo depende!

—¡Muchacha, estás preocupándome!

—¡Discúlpeme, señora, no es mi intención alarmarla! Tan solo es un sueño, un mensaje que recibí para él.

Scarlett, una frágil y blanquecina joven, quien también acababa de graduarse, había tenido una relación muy cercana con Adolfo en el pasado. Una que venía desde niños, hasta que su madre le prohibiera hablar con ella, asustada por la extraña habilidad y certeza de la niña en la interpretación de sueños y vaticinios, en especial, sobre muertes de conocidos y figuras prominentes de la sociedad.

—Mamá, ¿quién es? —Preguntó Adolfo.

Con una voz quebrada contestó, Scarlett.

—¡Voy, voy…!

—No se preocupe, señora, nadie va a morir. ¡Al menos que yo sepa! Ya sabe, nadie escapa de la muerte. Solo sobreviven quienes están en el espíritu.

—¿Madre, me permites?

—Claro, hijo. Creo que no hay opción.

Los tres, en la puerta, distendieron la tensión en un breve momento eterno, hasta que Adolfo cruzó el umbral para acompañar a Scarlett hacia el porche, junto al enorme ciprés centenario.

—Hola, Scarlett, ¡qué de tiempo sin vernos!

—¡Cinco años, para ser exacto! —Respondió la enigmática joven de ojos azules y rizos pelirrojos.

—¿Qué te trae por aquí?

—Un mensaje de otra dimensión para ti.

—¡No empecemos otra vez! ¡Sabes que eso asusta a mis padres!

—¡Tranquilo, no morirás! Bueno, depende de ti.

—¡Scarlett, déjate de juegos!

—¿Quién está jugando? Sabes que no miento. Iré al grano.

Adolfo comenzaba a angustiarse, ¿qué tendría que decirle su amiga distanciada? Pensó en decirle que no estaba interesado en escucharle, pero la curiosidad fue mayor

—¡Ándale, soy todo oído!

—El libre albedrío existe, según el observador lo contemplé. Así que, para uno será predestinación, y para otros, la consecuencia de la condena de sus decisiones. Adolfo, elige bien, pero antes… evalúa todas las opciones que se te es permitido por las elecciones pasadas. Incluso, de aquellas que hicieron tus antepasados.

—¿Cómo sabes que cuestiono al libre albedrío? —preguntó con el corazón en la mano, al verse descubierto y al borde de un vaticinio que no pedía.

—Me lo dijo quién me envió a revelártelo. Nadie puede elegir por ti. Sin embargo, esto no es un impedimento para que otros observadores sepan antes de ti, tu decisión en otro plano más elevado: uno en donde el tiempo y el espacio no existen tal como lo percibimos nosotros, aunque no dejan de ser parte de este.

—Entonces, ¿qué debo hacer?

—¡No me preguntes a mí! ¡Ya tú lo sabes!

Scarlett le estampó un tierno beso en la mejilla derecha y se fue sin mirar atrás. Al regresar a la casa, pensativo, se retiró a su cuarto sin mediar palabras. Pasado una semana, algo eufórico le informó a su padre que trabajaría con él en la albañilería. Su madre, entristecida por el sacrificio de Adolfo, exclamó que lo sentía, pero el joven la confortó informándole que no tenía razón, él había aplicado para un programa bajo una modalidad virtual a distancia ofrecida por una prestigiosa universidad del extranjero, y había sido aceptado. Así que, él estaba predestinado por su libre albedrío a ser ingeniero, siempre y cuando se esforzará.

Fin


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Un microrrelato original de @janaveda

Imágenes de Tumisu y Franz Bachinger en Pixabay y editado por mí con MAC Keynote


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Adolfo was facing the greatest uncertainty of his life, or at least, that's what he thought at the time. He was the oldest of three siblings, and he had just graduated from high school, he was debating whether to go to college or continue in his father's business: masonry. His mother could not be more proud of him, an example of rectitude for Amanda and Antonio, who were two and five years younger than him, respectively.

The young man saw how his father, pressed by the severe real estate crisis, only made minor repairs, and whose earnings barely covered the bare necessities at home, and the access to web technology: the only means of contact with the outside world, one that the family dreamed of meeting when the economy was still thriving.

The uneasiness of the doubt about the relevance of free will led Adolfo to conclude that, in reality, he was condemned, like others, by random circumstances beyond his control; so, the choice based on preferences and logic was a simple illusion. If he decided to go to college, he would have had the opportunity to become a great engineer, but he would have imposed a very heavy burden on his parents and siblings. On the other hand, if he decided to stay and help his father in the business, perhaps, he could help to reach more customers, and in consequence, alleviate the impact of the growing scarcity. It seemed that his destiny was to be a bricklayer like his father, and the idea, although it did not displease him, did truncate the next step in his father's path.

Scarlett, one of his neighbors, knocked on the door just as Adolfo was about to tell his parents the decision.

“Hello, ma'am. Is Adolfo there?”

Adolfo's mother thought it was strange how direct Scarlett was and the urgency of her attitude.

“What's wrong? Is there something wrong with my son?”

“No... or yes, it all depends!”

“Girl, you're worrying me!”

“Excuse me, ma'am, I don't mean to alarm you! It's just a dream, a message I received for him.”

Scarlett, a fragile and fair-skinned young woman, who had also just graduated, had had a very close relationship with Adolfo in the past. One that came from childhood, until his mother forbade him to talk to her, frightened by the strange ability and certainty of the girl in the interpretation of dreams and prophecies, especially about the deaths of acquaintances and prominent figures in society.

“Mom, who is it?” Asked Adolfo.

With a broken voice, she answered, Scarlett.

“I'm coming…!”

“Don't worry, ma'am, no one will die. At least as far as I know! You know, no one escapes death. Only those who are in spirit survive.”

“Mother, may I?”

"Of course, son. I think there is no option.”

The three of them, at the door, relaxed the tension in a brief, eternal moment, until Adolfo crossed the threshold to accompany Scarlett to the porch, next to the enormous century-old cypress.

“Hello, Scarlett, it's been a long time!”

“Five years, to be exact!” Answered the enigmatic young woman with blue eyes and red curls.

“What brings you here?”

“A message from another dimension for you.”

“Don't start again! You know that scares my parents!”

“Don't worry, you won't die! Well, it depends on you.”

“Scarlett, stop playing games!”

‘Who's playing? You know I'm not lying. I'll get to the point.”

Adolfo was beginning to feel anxious, what would his estranged friend have to tell him? He thought about telling her that he wasn't interested in listening to her, but his curiosity was greater.

“Come on, I'm all ears!”

“Free will exists, as the observer contemplated it. So, for one it will be predestination, and for others, the consequence of the condemnation of their decisions. Adolfo, choose well, but before... evaluate all the options that are allowed to you by past choices. Even those made by your ancestors.”

“How do you know I question free will?” He asked with his heart in his hand, seeing himself discovered and on the brink of a prophecy he did not ask for.

“The one who sent me to tell you told me. No one can choose for you. However, this is not an impediment for other observers to know your decision before you, in another, higher plane: one where time and space do not exist as we perceive them, although they are still part of this.”

"Then, what should I do?”

“Don't ask me! You already know!”

Scarlett kissed him tenderly on the right cheek and left without looking back. When he returned home, thoughtful, he retired to his room without saying a word. A week later, he was somewhat euphoric when he informed his father that he would work with him in masonry. His mother, saddened by Adolfo's sacrifice, exclaimed that she was sorry, but the young man comforted her by informing her that she was wrong, he had applied for a virtual distance program offered by a prestigious foreign university, and he had been accepted. So, he was predestined by his free will to be an engineer, as long as he worked hard.

The end


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An original drabble by @janaveda in Spanish and translated to English with www.deepl.com (free version)

Imagens by Tumisu and Franz Bachinger on Pixabay and edited by me with MAC Keynote


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Sort:  

Quiso el destino que no lo leyera anoche, y ahora lo disfruto más. Por verlo reconocido y recompensado en estos momentos de votos escasos.
¿Predestinación o libre albedrío? Y si fuera posible que funcionaran las dos a la vez y en perfecta combinación.

Piénsalo un poco y después lo hablamos.

Feliz día.

Así es, mi amigo. El esfuerzo y la fortuna van de la mano. Me alegra que lo hayas disfrutado con los ojos frescos.

Saludos.

¡Qué interesante la manera en que planteaste la trama! Sin duda, atrapa. Y que bueno que el final es "feliz", que eso siempre me alegra la vida... 😊

Sí, a mí también me gustan los finales felices, en donde el bien para todos prevalezca. Gracias @Ylich por pasar y dejar un comentario, siempre, alentador.

Saludos.

¡Un placer para mí!

!BEER


Hey @janaveda, here is a little bit of BEER from @ylich for you. Enjoy it!

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Cuando tomamos una decisión nunca sabemos a ciencia cierta si saldrá bien o no, lo hacemos lo mejor que podemos, con lo que tenemos y esperamos obtener los mejores resultados.
Me gustó este relato y quiero pensar que Adolfo alcanzó sus metas y su vida fue feliz.
Un abrazo para ti @janaveda

Hola, @isauris

¡Claro, Adolfo es un chico muy determinado, y persistente, además de responsable! Quién me preocupa es la señorita Scarlett y su misterioso don. Espero que sepa manejarlo.

Gracias por tomarte un tiempo para visitar mi blog, supongo que habrás estado muy ocupada en labores del negocio familiar, junto a tu padre, mi estimado amigo virtual.

Sí, algunas cosas me tenían lejos del teclado, pero necesito hacer un espacio para estar más por aquí. Justo ahora me estoy peleando con una historia, vamos a ver si termina de nacer o si permanece atrapada en la nada.

Bueno, así es nuestra estadía en este mundo. Muchas cosas se pelean nuestra atención, y como seres humanos, estamos limitados, tal como afirmaba Herbert Simon. Espero que el alumbramiento literario en proceso te traiga muchas alegrías...

Feliz noche.

@janaved la historia me atrapó; tengo una tía que dice que es capaz de predecir la muerte a través de los sueños. Volviendo al relato, nada garantiza una meta al 100%, pero no hay azar, sin esfuerzo no hay objetivos cumplidos. Gracias por este ratito tan entretenido

Hola, @enraizar

Bueno, quizás, Serrat, parafraseando al poeta Machado, tuvo razón: caminante no hay camino, se hace camino al andar. En tal sentido, Adolfo es un caminante más, y Scarlett... esa persona que por extraña razón ve las estelas en la mar.

Saludos.

@janaveda Como soy un raro, creo de corazón que el mundo necesita de Adolfos y de Scarletts. Un saludo muy grande

Tenemos en teoría la libertad elegir a veces depende de en que parte del mundo vivamos para poder ejercerla.

Adolfo tomó una decisión razonada y meditada y con la opción de estudiar a distancia se ve que inteligente.

Ahora si lo que lo impulso a si quiera contemplar la opción de trabajar en el negocio familiar fue la conversación con Scarlett, diría que no creo en brujas pero de que vuelan, vuelan.

Un placer leerte y encontrarte en esta plataforma.

Hola, @uphec

Es un placer encontrarte aquí, entre mis lectores. Supongo que estás recién en #hive. Así que, considero que tu contenido puede prosperar con un trabajo tesonero. Veo que subistes un par de contenidos: meme y un vídeo que no está disponible; sin mucho éxito. Te recomiendo escribir una publicación de presentación para la comunidad usando la etiqueta introduceyourself como primera opción, de ser posible bilingüe (español e inglés). Te aseguro que encontrarás a más de uno dispuesto a ayudarte y a acompañarte en la iniciación. No descartes ver cómo otros se presentan, en especial, los más exitosos.

Al principio, Hive, puede parecer intimidante, pero pronto te sentirás como un pez en el agua. Por favor, cerciórate de comprender las normas generales de la plataforma, y por supuesto, de aquellas comunidades a las que decidas sumarte.

Me complace que te haya gustado el relato. Espero pronto, disfrutar de tu talento y verte prosperar.

Saludos.