Zoe era una pequeña capibara que le gustaba con todos hablar,
su mamá le había enseñado que a todos tenía que ayudar,
y ella muy contenta con gusto sus palabras iba a escuchar,
porque así su mami orgullosa de ella iba a estar.
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Cuando alguien le decía algo su hermosa sonrisa ella mostraba,
sin importar lo triste que se sintiera ella con su cara amable siempre estaba,
por su gran carisma amistades nunca le faltaban,
todos sus amigos la querían mucho y por eso la cuidaban.
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Un día cuando estaba en él río un caimán la veía molesto,
─no es posible que no sea normal como todo el resto,
voy a aprovechar que está sola y me daré un gran banquete por supuesto,
no todo puede ser tan feliz esa sonrisa yo la detesto.
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Zoe no vió el peligro que hacia ella con rapidez venía,
de este gran caimán parece que nadie la salvaría,
pero por allí pasaba un enorme aguila que un día,
cuando estaba triste Zoe con sus palabras le dió alegría.
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Cuando el enorme caimán abrió su boca Zoe estaba muy asustada,
el águila se la arrebató de la boca y Zoe suspiraba aliviada,
la dejó sana y salva en la tierra cuando ya estaba calmada,
pero su hermosa sonrisa de su cara nunca fue borrada.
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Si tú con tu sonrisa llevas a todos felicidad,
nadie podrá hacerte daño ten la seguridad,
tendrás amigos que te cuidarán y querrán de verdad,
si tienes la mejor actitud todos tus sueños se harán realidad.
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Así como la capibara nunca dejes de brillar,
tus amigos serán muchos y todos te van a amar,
cuando más los necesites a tu lado van a estar,
esa es su manera de agradecerte por siempre su vida alegrar.
