Este es el capítulo 3 de esta micro novela por entregas titulada La Luna nos espera en 23. Se trata de una historia original tratada en contraste con sucesos de mi vida real, toca pues al lector, descubrirlos.
Duermes por pequeños espacios de tiempo, a veces despiertas con la sospecha de haber sido abducido. Recuerdas imágenes, ruidos, frío y una sensación de tiempo perdido. El brazo de tu acompañante te devuelve a la realidad. A pesar de su figura enferma, esta mujer tiene la fuerza suficiente para soltar un sopapo y dejarte en vela toda la noche. Miras con asco sus huesudos brazos, las venas anchas y moradas te producen escalofríos, los apartas por la manga del abrigo, para no tocarlos, el temor del contagio ahí latente, sumándose a su maldormir…
Un altavoz da la bienvenida al vehículo cuatro noventa y dos en su arribo a la ciudad de Camagüey, el anuncio solo consigue decepcionarte, apenas han pasado tres horas desde que saliste de Holguín.
Tu vejiga te obliga a bajar de la guagua, hay una cola en la puerta del baño, «del carajo que uno tenga que hacer colas hasta para mear» Pagas un peso y el cuidador te dice que lo hagas en el meadero porque están tupidos los inodoros, —la maldita circunstancia de la mierda por todas partes–. A tu lado también lo hacen dos tipos que no dejan de mirar tu miembro encogido por el aire acondicionado. Tienes ganas de sisear como lo hacía tu madre cuando te sacaba a orinar al patio antes de acostarte, pero no tienes tiempo para eso, ya están llamando a la puerta. Sientes como el líquido se retiene en la uretra y regresa su recorrido hasta la vejiga y viceversa, cuando está a punto de salir es succionado nuevamente. Miras a los tipos con la sospecha de que tienen algún poder psíquico que controla tus órganos y los maldices, porque sabes que la próxima parada será en Sancti Spíritus y el bus no tiene baño «¿por qué coño no tiene baño?»
A la salida un vendedor de bocaditos te hace señas para que te arrimes a la cerca, te ofrece su mercancía. Para el viaje –dice– y mete sus manos por la malla de perles. Es casi imposible que una mano humana quepa por esa hendija, entonces piensas que la abducción puede que no haya sido un sueño después de todo y que este, al igual que los tipos del baño perfectamente, pueden ser extraterrestres asentados en la fecunda tierra del centro oriental de la Isla, alienígenas agramontinos rascabuchadores y negociantes.
El altavoz despide a la nave Yutong-492. Aprovechas la situación para librarte del extraterrestre comerciante y regresas al cómodo asiento reclinable. Reniegas de esta ciencia ficción insular y rezas por no despertarte más hasta que despunte el Morro o el Capitolio o cualquier cosa que te dé un indicio de suelo habanero.
Cierras los ojos, te abandonas, sientes como se desplaza suavemente el ovni-bus…
Micronovela LA LUNA NOS ESPERA EN 23 Inédito.
Autor: @noakmilo
Portada: Imagen tomada de [asere.com]
