EL BURRO Y EL GALLO
Regresando el burro un día
encontró en la encrucijada
al gallo que igual venía
para su granja y traía
la cabeza ensangrentada.
―Gallo, ¿de dónde viene?
―preguntó el burro―, me aterra
la mala facha que tiene
y esa descuidada higiene,
¿viene acaso de una guerra?
―De guerra particular
en el ruedo de la plaza
donde en duelo singular
me llevaron a pelear
contra otro gallo de raza
―dijo el gallo y al momento
de manera descriptiva
echó completico el cuento
y se cayó sin aliento
muertico patas arriba.
Y pensó el burro enseguida,
observando al gallo inerte:
qué insensatez fratricida,
por nada perder la vida,
por nada encontrar la muerte.
Qué estúpido proceder
yo comprender no consigo,
matar por puro placer
sin siquiera conocer
y sin tener de enemigo.
Enfrentarte a un vecino
a matarlo o que te mate
me parece un desatino
más propio de un asesino.
¡Un tremendo disparate!
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Texto e imagen de Tomás Jurado Zabala
Gracias por sus amables lecturas