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«Cuando los hombres construyen sobre falsos cimientos, cuanto más construyan, mayor será la ruina».
«When men build on false foundations, the more they build, the greater will be the ruin».
— Thomas Hobbes
E S P A Ñ O L
EL TRATO
Quien no contó la historia como era solo quería crear el pánico. Mientras las aldeas de San Jaín eran asediadas por criaturas abominables, los líderes bajaban la cabeza y se escondían debajo de sus enormes escritorios. Repetían varias veces el pecado que cometieron por su ambición; un pacto que jamás olvidarán y que por ello pagarán por siempre.
Cuando era un niño, mi madre siempre decía que mi voluntad era más fuerte que la de la gente de este lugar, pues poco cedía al miedo y a la desesperanza de caer en la muerte. En varias ocasiones, salvé a Ariadna; mi pequeña hermana, de las contables abominaciones que venían por nosotros.
Siempre venían de a diez; crueles y despiadados, veían con sus ojos de lince algún descuidado incauto. Nos ocultábamos silenciosos en la habitación que alguna vez fue de mi abuelo, y resguardábamos nuestras cabezas sobre el pecho cálido de nuestra madre. Siempre fue así cuando ellos venían, hasta que, una desgracia se insertó en nuestra familia.
Yo ya era un hombre, había cumplido la mayoría de edad y estaba listo para hacer cosas nuevas, pero salir de San Jaín, no era una de ellas, pues quería salvar al pueblo de los malos tratos que nuestros líderes habían permitido. Mi motivación se hizo más grande cuando por descuido se llevaron a mi madre. Ariadna gritó despavorida mientras yo intenté confrontar a la criatura asesina, pero en un giro, causado por un inesperado golpe en la cabeza, quedé inconsciente y con los sentimientos hechos mil pedazos.
Al despertar, Ariadna estaba junto a mí. Tenía el rostro reseco de lágrimas y en sus manos sostenía el relicario preferido de nuestra madre. La abracé mientras dormía y le juré que acabaría con todos ellos por venganza. Entonces vino a mí la idea de entrar al bosque de donde ellos provenían, pero tuve miedo; y fue una sensación tan lacerante que por poco hizo que me retractara. No estaba asustado por morir, no, sino por Ariadna; soy su única familia, ¿cómo enfrentaría el mundo sola siendo apenas una adolescente?
Pensamientos en discordia se arraigaron en mi mente, sin embargo, deseaba un mejor futuro para mi hermana. Así que una tarde y a escondidas; mucho antes de que cayera la noche, tomé la escopeta que era de mi padre, la cargué y me llevé una bolsa llena de balas. Me adentré por la boca más ancha del bosque y fui abrumado por un silencio aterrador.
Nunca había entrado allí, pues estaba prohibido por lo peligroso que era. Los árboles eran enormes y frondosos, y creaban una ilusión para que te perdieras en sus caminos. De repente, mi andar fue guiado por murmullos que decían mi nombre. Fui en dirección a ellos sosteniendo fuertemente mi escopeta, llegué a una especie de claro donde los árboles daban espacio a una especie de altar, liderado por una enorme roca que se abría ante mis ojos.
De ella emergía una hermosa mujer, que, a mi entender, era una deidad que vivía en el centro del bosque. Sus ojos eran esmeraldas y su cabello rojo y rizado, me hizo un ademán de acercarme y yo obedecí. Aunque tuve un poco de desconfianza, su naturaleza irradiaba una tranquilidad avasallante.
—Dime forastero —dijo la bella dama—, ¿a qué has venido con arma en mano? ¿Vienes por mis hijos que atormentan la tranquilidad de tu pueblo?
No pude responder, no había palabra que saliera de mi boca, pero no hacía falta. Ella me sonrió, me leyó al instante y fue acercándose a mí un poco más.
—Te he estado esperando mucho tiempo. No eres como esos cobardes que han venido aquí para cumplir sus deseos ambiciosos. Tu fuerza de voluntad es más grande, hay algo más grave que domina tu conciencia. Me has impresionado, joven, te concederé tu deseo si tú me concedes el mío.
Quedé atónito, no sabía que me esperaría detrás de esas carnes divinas. Tomó mi mano y la colocó en unos de sus pechos. Lo apreté con suavidad. Comencé a tener pensamientos lujuriosos.
—Ven conmigo y mis hijos no volverán a molestar a tu pueblo. Serás su nuevo líder; alguien fuerte con poder de voluntad y amante mío.
Y le hice el amor en ese contenedor pedregoso y fue maravilloso. Después de nuestro acto, me dejó ir hacia afuera del bosque con vida. Llegué a casa y Ariadna estaba esperándome asustada. A partir de esa noche, las abominaciones no volvieron a aparecer.
Mi historia llegó a las diferentes aldeas de San Jaín. Los líderes fueron derrocados y me colocaron a mí como regente; tal y como ella lo había prometido. Años después me casé. Tuve una hermosa familia y una vida tranquila en mi pueblo, pero cuando todo salía de maravilla, abominaciones voladoras llegaron a San Jaín y comenzaron a devorar a las personas. Toda mi familia murió, mi hermana desapareció y yo me convertí en un temeroso cobarde.
FIN
E N G L I S H
THE DEAL
Whoever did not tell the story as it was only wanted to create panic. While the villages of San Jain were besieged by abominable creatures, the leaders lowered their heads and hid under their huge desks. They repeated several times the sin they committed because of their ambition; a pact they will never forget and for which they will pay forever.
When I was a child, my mother always said that my will was stronger than the will of the people of this place, for I yielded little to the fear and hopelessness of falling to my death. On several occasions, I saved Ariadne; my little sister, from the countable abominations that came for us.
They always came in groups of ten; cruel and merciless, they watched with their lynx eyes for some unwary careless person. We would hide quietly in the room that was once my grandfather's, and lay our heads on our mother's warm bosom. It was always like that when they came, until, a misfortune inserted itself in our family.
I was a man now, I had come of age and was ready to do new things, but leaving San Jain was not one of them, for I wanted to save the village from the mistreatment that our leaders had allowed. My motivation became greater when my mother was carelessly taken away. Ariadne screamed in terror as I tried to confront the murderous creature, but in a twist, caused by an unexpected blow to the head, I was knocked unconscious and my feelings shattered.
When I awoke, Ariadne was beside me. Her face was parched with tears and in her hands she held our mother's favorite locket. I held her in my arms as she slept and swore to her that I would kill them all with a vengeance. Then came to me the idea of entering the forest where they came from, but I was afraid; and it was such a lacerating sensation that it almost made me retract. I wasn't scared of dying, no, but for Ariadne; I am her only family, how would she face the world alone as a mere teenager?
Thoughts of discord took root in my mind, yet I wanted a better future for my sister. So one evening and on the sly; long before nightfall, I took my father's shotgun, loaded it and took a bag full of bullets. I entered the widest mouth of the forest and was overwhelmed by a terrifying silence.
I had never entered there, as it was forbidden because it was so dangerous. The trees were huge and leafy, and created an illusion for you to get lost in their paths. Suddenly, my gait was guided by murmurs calling my name. I went in their direction holding my shotgun tightly, I arrived at a kind of clearing where the trees gave space to a kind of altar, led by a huge rock that opened before my eyes.
From it emerged a beautiful woman, who, to my understanding, was a deity living in the center of the forest. Her eyes were emerald and her hair red and curly, she motioned me to approach and I obeyed. Although I was a bit wary, her nature radiated an overwhelming tranquility.
-Tell me, stranger -said the beautiful lady-, why have you come with weapon in hand? Have you come for my children who are tormenting the tranquility of your village?
I could not answer, there was no word that came out of my mouth, but there was no need. She smiled at me, read me instantly and came a little closer to me.
-I've been waiting for you for a long time. You are not like those cowards who have come here to fulfill their ambitious desires. Your willpower is greater, there is something more serious that dominates your conscience. You have impressed me, young man, I will grant you your wish if you grant me mine.
I was stunned, I didn't know what was waiting for me behind those divine flesh. She took my hand and placed it on one of her breasts. I squeezed it gently. I began to have lustful thoughts.
-Come with me and my children will no longer trouble your people. You will be their new leader; someone strong with will power and a lover of mine.
And I made love to him in that stony container and it was wonderful. After our act, she let me walk out of the forest alive. I arrived home and Ariadne was waiting for me in fear. From that night on, the abominations did not appear again.
My story reached the different villages of San Jain. The leaders were overthrown and I was placed as regent, just as she had promised, and years later I was married. Years later I got married, I had a beautiful family and a peaceful life in my village, but when everything was going great, flying abominations came to San Jain and started to devour people. My whole family died, my sister disappeared and I became a fearful coward.
THE END
Escrito por @universoperdido. 5 de abril del 2022
Written by @universoperdido. April 5, 2022
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