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«La manera más profunda de sentir una cosa es sufrir por ella».
«The deepest way to feel a thing is to suffer for it».
— Gustave Flaubert
E S P A Ñ O L
ISABEL
¡Oh, Isabel! ¿Cuánto tiempo ha pasado desde tu cruel desgracia? ¿Ocho o nueve años? He perdido la cuenta cuando comencé a eliminar los recuerdos de mi memoria. Todo lo que queda de ti es un espectro, con las manos enfrente en busca de venganza. Pareciera que solo vienes por mí a recordarme aquellas cosas, o ya estoy paranoico de tantos relatos y coincidencias sobre ti.
El Santo Oficio no tuvo misericordia contigo, y después de ser sometida a varias torturas, fuiste incinerada por las llamas que ellos consideran sagradas. No me tildaron como tu cómplice, sino como un demente manipulado por la influencia de tu embrujo. ¡Oh, como quisiera olvidar de verdad!, pero siento que tu no me dejas, siempre hay un detalle; un ínfimo corpúsculo de tu esencia. Un aroma, un hilo de cabello, un andar, una voz sonora, un todo.
Recuerdo cuando nos perdíamos voluntariamente en el bosque, y tu decías que la luna había aceptado nuestra unión. Recuerdo cuando hicimos el amor por primera vez a orillas del riachuelo, a expensas de ser descubiertos por la guardia real que vigilaba mezquinamente los territorios de los árboles.
Hicimos muchas locuras, admiraba tu gracia y tu sapiencia sobre las cosas simples de la vida, y darle una opinión a todo solo con una indagación empírica, pero todo esto fue peligroso, pues, la Santa Inquisición pisaba con dureza los límites de la oscuridad, alumbrando con severidad cualquier anomalía que se presentara bajo su jurisdicción.
Temerosa, te cotoneabas como una ninfa sobre los bellos paisajes sobre tu mando. Me aclaraste que todo estaría bien, que no había nada malo en ello, hasta que irrumpieron en nuestra casa y a ti te llevaron como a una criminal. Los juicios fueron terribles y nada favorecedores. Te hicieron ver como una villana sin corazón y luego vino la hoguera. Me inculcaron que todo lo que me dijiste era capricho de un encantamiento; que tus palabras impías me convencieron que todo lo que hacíamos era normal, y comencé a odiarte; a verte como la peor de las aberraciones que pisaron la faz de la tierra. Deseaba tu muerte como cualquiera de esos criminales.
Después de tu ejecución, me encerré por varios días y noches en mi habitación. Aislado, solo venía a mi mente tu nombre. Cada atisbo de tu presencia me volvía loco, paranoico y temiendo a mi muerte a cada rato. Escuchaba los rumores de la gente de Barcelona, sobre una extraña aparición oscura que rondaba las calles de la ciudad. El verdugo que encendió la hoguera donde te quemaron, murió de manera inexplicable sobre su lecho una madrugada, luego lo hicieron los guardias que te apresaron y te mantuvieron cautiva, y por último el inquisidor que te condenó; quien se dice que tuvo la muerte más horrible con una estaca de madera en su pecho.
Por un tiempo pensé que vendrías también por mí, y tuve miedo hasta de mi propia sombra, pero nunca hiciste nada, al contrario, solo me dejaste retazos abstractos de que aún seguías aquí. Ya no tengo percepción del tiempo, ni de las cosas que me rodean; todo lo refiero a ti, a tu inolvidable presencia que, quizás, solo quiere mantenerme en este limbo de locura por siempre.
FIN
E N G L I S H
ISABEL
Oh, Isabel, how long has it been since your cruel misfortune? Eight or nine years? I lost count when I began to erase the memories from my recollection. All that is left of you is a specter, with your hands in front of you seeking revenge. It seems you only come for me to remind me of those things, or I am already paranoid from so many stories and coincidences about you.
The Holy Office had no mercy on you, and after being subjected to various tortures, you were incinerated by the flames they consider sacred. I was not branded as your accomplice, but as a madman manipulated by the influence of your spell. Oh, how I would really like to forget, but I feel that you do not let me, there is always a detail; a tiny corpuscle of your essence. A scent, a strand of hair, a gait, a sonorous voice, a whole.
I remember when we would willingly lose ourselves in the forest, and you would say that the moon had accepted our union. I remember when we made love for the first time on the banks of the stream, at the expense of being discovered by the royal guard who pettily guarded the territories of the trees.
We did many crazy things, I admired your grace and your sapience about the simple things of life, and give an opinion to everything just with an empirical inquiry, but all this was dangerous, for, the Holy Inquisition stepped hard on the limits of darkness, shining a harsh light on any anomaly that came under its jurisdiction.
Fearful, you coasted like a nymph over the beautiful scenery at your command. You made it clear to me that everything would be fine, that there was nothing wrong with it, until our house was broken into and you were taken away like a criminal. The trials were terrible and unflattering. They made you look like a heartless villain and then came the bonfire. I was inculcated that everything you told me was the whim of an enchantment; that your ungodly words convinced me that everything we did was normal, and I began to hate you; to see you as the worst aberration that ever walked the face of the earth. I wished for your death as much as any of those criminals.
After your execution, I locked myself up for several days and nights in my room. Isolated, only your name came to my mind. Every glimpse of your presence drove me crazy, paranoid and fearing my death at every turn. I listened to the rumors of the people of Barcelona, about a strange dark apparition that haunted the streets of the city. The executioner who lit the bonfire where they burned you, died inexplicably on his bed one early morning, then did the guards who imprisoned you and held you captive, and finally the inquisitor who condemned you; who is said to have died the most horrible death with a wooden stake in his chest.
For a while I thought you would come for me too, and I was afraid even of my own shadow, but you never did anything, on the contrary, you only left me abstract remnants that you were still here. I no longer have any perception of time, nor of the things that surround me; I refer everything to you, to your unforgettable presence that, perhaps, only wants to keep me in this limbo of madness forever.
THE END
Escrito por @universoperdido. 23 de marzo del 2022
Written by @universoperdido. March 23, 2022
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