El gran error de cálculo de Thobias Smith [ES/EN]

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El anhelo de un hombre es lo que lo motiva a subsistir en el plano mortal, muchas veces esforzándose por cumplir sus deseos, otras dirigiéndose al límite de sus facultades de una manera que puede considerarse como su final.

Era la década de 1870 y era común ver distintos acróbatas sitiando la ciudad en busca de experiencias que animaran un espectáculo sobre ellos. A su vez, lograban sentir esa adrenalina propia de una experiencia sin igual, pues las alturas eran algo que los representaba.

Algo que Thobias Smith consideraba parte de su vida, de su entusiasmo por vivir, contrariamente a lo que pudiese representar ese peligro.

— ¡Déjame vivir mi vida mamá! No abandonaré mis estudios, pero esta es mi otra pasión.

Por momentos parecía descuidar bastante sus estudios, pues pasaba más tiempo intentando encontrar lugares a los que escalar que estudiar.

Apenas estaba en sus veinte años pero tenía mucho potencial y para contentar a su madre pensó en algo que cambiaría su vida por completo. Quizás no de la mejor manera, claro está.

Decidió que uno de sus proyectos sería la creación de un artefacto, el cual usaría para facilitar el traslado de la materia de un lado a otro, incluso tratándose de grandes distancias, sea hacia cualquier dirección. Por lo que se lo veía prácticamente a diario en el garaje de su casa avanzando cada día más y más.

Quizás nunca le dijo que uso le daría ni que él sería quien probase esta tecnología. Lo cierto es que así como era de novedoso podría ser totalmente imprevisto cualquier accidente o consecuencia.

Obviamente empezaría a experimentar en sitios bajos que no representaban peligro, pero en su mente, tenía la intención de superar a uno de sus más grandes acróbatas de riesgo absoluto, como el que intentó cruzar de un rascacielos a otro pasando por un delgado cable de metal, el cual parecía bailar frente a las corrientes de aire.

Por lamentable que parezca ese hombre no lo logró y cayó desde más de veinte pisos de altura. Por esta razón y para hacer historia es que Thoby, como le solían llamar sus amigos, quería conquistar ese reto a la vida utilizando su nuevo artefacto propulsado en ese entonces por un nuevo elemento llamado plasma.

Las primeras pruebas realizadas fueron más que satisfactorias. El aparato funcionaba a la perfección y de un salto logró avanzar siete metros. Algo inimaginable por cualquier ser en el planeta tierra. Sus próximas pruebas eran algo más exigentes, pues quería lograr dos metros más hacia otras direcciones, es decir hacia atrás, arriba y en diagonal.

Fue entonces que trabajó en esos detalles cada tarde que regresaba de la facultad de ciencias. Pero también cada mañana antes de partir hacia ella. Soñaba con hacer sus sueños realidad y el momento definitivo estaba por llegar, quizás demasiado pronto.

Habían pasado al menos seis meses y estaba por terminar el semestre en su facultad, lo que le daría el tiempo necesario para probar su proyecto y mostrárselo a todos para en el mejor caso, ser premiado y felicitado por todos.

Un día como cualquiera decidió que su prueba definitiva debía estar en ese rascacielos. La distancia era vasta, pues pasar de un lado a otro denotaba unos catorce metros.

Sus cálculos decían que podía lograrlo, pero en una de sus ecuaciones matemáticas confundió un número por otro, lo que el resultado fue muy diferente y era poco probable que lo lograra.

Sin embargo se animó a hacerlo porque sus amigos estaban allí y no quería decepcionarlos, menos a su madre quien quería exclusivamente que esté orgullosa de él.

El momento había llegado y desde más de veinte pisos de altura se encontraba él, con toda una muchedumbre en el gran abismo de un rascacielos. Cobró coraje, respiró hondo y tomó carrera para dar el salto más alto de su vida.

Lamentablemente su valor no fue suficiente como para poder contrarrestar los efectos de la gravedad y cayó hacia su propia muerte junto con el artefacto, el cual sujetó con todas sus fuerzas para que no se hiciese añicos.

Ese día había llegado la policía quién resguardó el cuerpo aplastado, desparramado por todo el pavimento, de ser visible por la multitud. Por otra parte, habían llegado a la escena varios militares comandados por un hombre vestido de traje blanco, como el de un científico, con sus gafas pegadas a la penetrante mirada de su curiosidad.

Nadie sabe qué más sucedió luego de ello. Pero en el futuro, las transmisiones de una guerra en un área remota al otro lado del mundo están lideradas por hombres quienes portan consigo un exoesqueleto que incluye en sí este tipo de tecnología muy similar a la descubierta y creada por Thoby Smith.

En ese futuro, se han decidido en tratar de borrar toda evidencia de quién fue su creador, porque de alguna manera, arruinaría cualquier concepto tenido sobre esta tecnología.