No matarás / Thou shall not kill

Saludos, hermanos de @mcgicares. En esta oportunidad voy a compartir con ustedes un mensaje que compartí hace unas semanas en la congregación y que es la continuación de la serie acerca de los diez mandamientos. En esta ocasión se trata del sexto mandamiento, en el que se nos prohíbe matar a otra persona, pero no solo literalmente hablando.

Éxodo 20:13 No matarás. (RV1960)

Éxodo 20:13 »No matarás. (NBV)

Éxodo 20:13 »No cometas asesinato. (NTV)

Éxodo 20:13 »No mates. (NVI)

El sexto mandamiento, no es casual que se relacione con el hombre, creado en el sexto día, por lo que el mandamiento va directo a la vida de la persona. Ahora bien, debemos saber a quien el Señor prohíbe quitarle la vida, para lo que es necesario revisar lo que nos dice en otros pasajes de su palabra:

Génesis 4:6 «¿Por qué estás tan enojado?—preguntó el Señor a Caín—. ¿Por qué te ves tan decaído? 7 Serás aceptado si haces lo correcto, pero si te niegas a hacer lo correcto, entonces, ¡ten cuidado! El pecado está a la puerta, al acecho y ansioso por controlarte; pero tú debes dominarlo y ser su amo». 8 Cierto día Caín dijo a su hermano: «Salgamos al campo». Mientras estaban en el campo, Caín atacó a su hermano Abel y lo mató. 9 Luego el Señor le preguntó a Caín: — ¿Dónde está tu hermano? ¿Dónde está Abel? —No lo sé—contestó Caín—. ¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano? 10 Pero el Señor le dijo: — ¿Qué has hecho? ¡Escucha! ¡La sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra! 11 Ahora eres maldito y serás expulsado de la tierra que se ha tragado la sangre de tu hermano. 12 La tierra ya no te dará buenas cosechas, ¡por mucho que la trabajes! De ahora en adelante, serás un vagabundo sin hogar sobre la tierra.

En el pasaje anterior vemos la narración del primer asesinato cometido en la creación, y la víctima fue un ser humano, es decir, la prohibición de quitar la vida es para un semejante nuestro, no es para los animales, y eso se evidencia en que la ofrenda de Abel fue de animales muertos, agradando al Señor la ofrenda de Abel.

Este pasaje tumba la doctrina diabólica que se hace más común entre los necios, quienes dicen que los animales valen igual o más que una persona, olvidando que fue el hombre quien es hecho a imagen y semejanza del Creador y los animales están para ser dominados por el hombre.

Es necesario añadir que tampoco es lícito delante del Señor matar al animal de otra persona, porque quien lo haga debe reparar el daño. Miremos el siguiente pasaje:

Éxodo 21:33 »Supongamos que alguien cava o destapa un pozo y, por no taparlo, un buey o un burro cae adentro. 34 El dueño del pozo compensará en forma total al dueño del animal, pero podrá quedarse con el animal muerto.

En el anterior pasaje vemos que aunque la muerte sea accidental, hay que reparar el daño.

Teniendo claro que a quien no debemos matar es al hombre, pasemos ahora a revisar las diferentes formas de matar a una persona:

LITERALMENTE: Que implica producir el cese de las funciones vitales en otra persona, bien de manera intencional o accidental. La forma en que se produce la muerte de la víctima tiene consecuencias morales y espirituales, porque quien mata de manera intencional es abominable delante del Señor y los hombres, pudiendo librarse de la ira del Señor solo si se convierte a Cristo, pero para escapar de la justicia de los hombres deberá huir durante muchos años, siendo el caso que nunca se sienta seguro ni libre de sus actos.

Si el asesinato se produce de manera accidental por culpa de la víctima, el asesino no tendrá consecuencias delante del Señor, pero puede suceder que delante de los hombres sufra algún daño. Por otra parte, si la muerte accidental se produce por imprudencia, negligencia o desconocimiento por parte del autor de las acciones que debía realizar para evitar causar daños a terceras personas, tiene consecuencias delante del Señor y de los hombres.

Veamos los siguientes pasajes que nos hablan sobre esto:

Éxodo 21:12 »Cualquiera que agreda y mate a otra persona será ejecutado, 13 pero si solo fue un accidente permitido por Dios, yo designaré un lugar de refugio adonde el responsable de la muerte podrá huir para ponerse a salvo. 14 Sin embargo, si alguien mata a otra persona a propósito, tendrán que agarrar al responsable, aunque esté frente a mi altar, y matarlo.

Aquí vemos ambos casos y sus consecuencias.

Éxodo 21: 20 »Si un hombre golpea a su esclavo o a su esclava con un palo y debido a ello el esclavo muere, el amo tendrá que ser castigado. 21 Pero si en uno o dos días el esclavo se recupera, el amo no recibirá ningún castigo porque el esclavo es su propiedad.

En este pasaje vemos que la vida de los esclavos también es valorada por el Señor y así evita los excesos de los amos sobre sus esclavos.

Éxodo 21:28 »Si un buey mata a cornadas a un hombre o a una mujer, habrá que apedrear al buey y se prohíbe comer su carne. En ese caso, sin embargo, el dueño del buey no será responsable. 29 Pero supongamos que el buey tenía fama de cornear, y el dueño ya había sido advertido pero no lo mantenía bajo control; si el buey posteriormente mata a alguien, habrá que apedrearlo, y el dueño también tendrá que morir. 30 Sin embargo, los familiares del muerto podrán aceptar un pago a modo de compensar por la pérdida de vida. El dueño del buey podrá salvar su vida pagando lo que se le exija.

Uno de los ejemplos de muerte accidental, siendo absuelto en el caso que el animal se descontrole sin dar aviso, pero debiendo responder si el animal ya había avisado sobre su peligrosidad.

FIGURADAMENTE: Sucede en los casos de aborrecimiento, rencor, y deseos de muerte hacia la otra persona, aunque no los manifieste públicamente, tal como lo enseña el Espíritu Santo en los siguientes pasajes:

Proverbios 6: ¿Cómo son las personas despreciables y perversas? Nunca dejan de mentir; 13 demuestran su engaño al guiñar con los ojos, al dar golpes suaves con los pies o hacer gestos con los dedos. 14 Sus corazones pervertidos traman el mal, y andan siempre provocando problemas. 15 Sin embargo, serán destruidos de repente, quebrantados en un instante y sin la menor esperanza de recuperarse.

Proverbios 6: 16 Hay seis cosas que el Señor odia, no, son siete las que detesta: 17 los ojos arrogantes, la lengua mentirosa, las manos que matan al inocente, 18 el corazón que trama el mal, los pies que corren a hacer lo malo,
19 el testigo falso que respira mentiras y el que siembra discordia en una familia.

1 Juan 3: 15 Todo el que odia a un hermano, en el fondo de su corazón es un asesino, y ustedes saben que ningún asesino tiene la vida eterna en él.

Como podemos ver, las malas intenciones también son condenadas por el Señor y traen consecuencias para la persona que las alberga, tal como dice el siguiente verso:

Hebreos 12: 15 Cuídense unos a otros, para que ninguno de ustedes deje de recibir la gracia de Dios. Tengan cuidado de que no brote ninguna raíz venenosa de amargura, la cual los trastorne a ustedes y envenene a muchos.

ESPIRITUALMENTE: Se produce cuando hacemos cosas que disminuyen la fe en otra persona, bien de manera intencional o accidental, con conocimiento o por ignorancia, pero en todo caso la solución es la misma: Corregir las acciones, pedir perdón y ayudar a la persona a fortalecer su fe, siendo esto último lo que debemos procurar hacer con toda persona, tal como dice el Señor:

Efesios 4: 25 Así que dejen de decir mentiras. Digamos siempre la verdad a todos porque nosotros somos miembros de un mismo cuerpo. 26 Además, «no pequen al dejar que el enojo los controle». No permitan que el sol se ponga mientras siguen enojados, 27 porque el enojo da lugar al diablo.

Efesios 4: 28 Si eres ladrón, deja de robar. En cambio, usa tus manos en un buen trabajo digno y luego comparte generosamente con los que tienen necesidad. 29 No empleen un lenguaje grosero ni ofensivo. Que todo lo que digan sea bueno y útil, a fin de que sus palabras resulten de estímulo para quienes las oigan.

Efesios 4: 30 No entristezcan al Espíritu Santo de Dios con la forma en que viven. Recuerden que él los identificó como suyos, y así les ha garantizado que serán salvos el día de la redención.

Efesios 4: 31 Líbrense de toda amargura, furia, enojo, palabras ásperas, calumnias y toda clase de mala conducta. 32 Por el contrario, sean amables unos con otros, sean de buen corazón, y perdónense unos a otros, tal como Dios los ha perdonado a ustedes por medio de Cristo.

En pocas palabras, el Señor nos dice que evitemos ser mentirosos, agresivos, iracundos, ladrones, avaros, ofensivos, mal portados y rencorosos, porque nadie quiere tener cerca a este tipo de personas, quienes no ganan almas para el Señor sino que las alejan.

ANÍMICAMENTE: Son ese tipo de personas que no dicen cosas agradables sino que siempre buscan alguna cosa para hacer sentir mal a los demás, como sucede en los siguientes casos:

Personas que saludan exaltando el peso de otra persona ¿Cuántos meses de embarazo tienes? Siendo que la persona no está embarazada; ¿Estás enferma? Cuando la persona está sana; entre múltiples casos;

Personas que trasladan a los demás sus aflicciones y no permiten que los demás disfruten algún momento;

Personas que quieren ser el centro de atención en todo momento, sin importar lo que tengan que hacer;

Personas que intentan apagar los deseos de crecimiento de los demás basados en su falta de interés por crecer.

En conclusión, seamos de los que riegan la palabra del Señor en nosotros mismos y en las demás personas, haciendo que fluya ese río de agua viva que el Señor puso en nosotros por medio de su Espíritu, dando vida, ánimo, esperanza, edificación, pero sobre todo, llevando la palabra de reconciliación entre el Señor y los hombres.