No robarás / Thou shalt not steal

in #hive-1820742 years ago

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No robarás / Thou shalt not steal

Saludos, hermanos de @mcgicares. En esta oportunidad voy a compartir con ustedes un mensaje que compartí el sábado en la congregación y que es la continuación de la serie acerca de los diez mandamientos. En esta ocasión se trata del octavo mandamiento, en el que se nos prohíbe tomar lo que no es nuestro, bien porque lo agarremos, que no devolvamos lo prestado o que no paguemos lo adeudado.

Éxodo 20:15 No hurtarás (RV1960).
Éxodo 20: 15 »No robarás (NBV).
Éxodo 20: 15 »No robes. (NTV).
Éxodo 20: 15 »No robes (NVI).

En las cuatro versiones utilizadas, se puede notar el uso de dos verbos diferentes conjugados en dos tiempos diferentes, por lo que es necesario escudriñar el significado de este mensaje para poder entenderlo, aplicarlo y enseñarlo.

Lo primero que vamos a estudiar son los dos verbos usados, que son hurtar y robar. Veamos lo que dice el diccionario sobre ellos:

Hurtar: Quitar a una persona algo que le pertenece con ánimo de lucro, sin utilizar para ello la violencia o la intimidación.

Robar: Quitar a una persona algo que le pertenece con ánimo de lucro, por medio de la violencia o la intimidación o utilizando la fuerza.

Se puede notar que la principal diferencia es que en el hurto no se usa la violencia ni la intimidación, pero en el robo se puede usar alguna o ambas; otra cosa que se puede notar es el ánimo con el que se produce la acción, como lo es el ánimo de lucro, por lo que es necesario revisar tal concepto:

Lucro: Ganancia o beneficio que se obtiene en un asunto o en un negocio.

Si no ponemos atención a los conceptos señalados, podríamos caer en el error de pensar que toda persona que se lucre, o tenga ánimo de lucrarse, está pecando, pero no es así, el pecado está en quitar, es decir, tomar lo que no se le ha entregado, en el caso del hurto, y tomarlo por medio de amenazas o por el uso de la violencia, en el caso del robo.

El Maestro nos enseña que a nadie debemos quitarle lo que le pertenece o le corresponde, por lo que nos deja muchos mandamientos, o mejor dicho, muchas instrucciones acerca del mismo mandamiento referido al pago de las obligaciones. En este sentido, vamos a mirar la forma de violar este mandamiento desde ambos lados de la relación contractual, es decir, del deudor y del acreedor.

Desde el punto de vista del deudor, que es el caso más común, veamos los siguientes pasajes:

1 Timoteo 5: 17 Los ancianos que cumplen bien su función deberían ser respetados y bien remunerados, en particular los que trabajan con esmero tanto en la predicación como en la enseñanza. 18 Pues la Escritura dice: «No le pongas bozal al buey para impedirle que coma mientras trilla el grano». Y dice también: «¡Los que trabajan merecen recibir su salario!

En esta carta del Apóstol Pablo a Timoteo, a quien delegó el nombramiento de Obispos en las congregaciones, le está diciendo que quienes dirigen los grupos de creyentes deben ser bien remunerados, es decir, no basta con ser remunerados, pero es de hacerse notar que dice: Los que cumplen bien su función, lo que significa que sean de edificación para el cuerpo del Señor y cumplan sus funciones ministeriales.

El mismo mandamiento de pagar a sus obreros está en la carta que el Apóstol escribe a las iglesias en el siguiente pasaje:

Santiago 5: 4 Así que ¡escuchen! Oigan las protestas de los obreros del campo a quienes estafaron con el salario. Los reclamos de quienes les cosechan sus campos han llegado a los oídos del Señor de los Ejércitos Celestiales.

Este clamor es general, tanto en creyentes como en no creyentes, porque lo común es que haya empleadores que roban el salario del trabajador. Ahora bien, es necesario revisar si ese obrero cumple con los mandamientos del Señor que vienen a ser la verdadera justicia, porque si estos obreros retienen el pago a sus obreros, no están recibiendo injusticia sino el pago de su siembra, tal como dice el Apóstol Pablo a los gálatas en el siguiente pasaje:

Gálatas 6: 6 Los que reciben enseñanza de la palabra de Dios deberían proveer a las necesidades de sus maestros, compartiendo todas las cosas buenas con ellos. 7 No se dejen engañar: nadie puede burlarse de la justicia de Dios. Siempre se cosecha lo que se siembra. 8 Los que viven solo para satisfacer los deseos de su propia naturaleza pecaminosa cosecharán, de esa naturaleza, destrucción y muerte; pero los que viven para agradar al Espíritu, del Espíritu, cosecharán vida eterna. 9 Así que no nos cansemos de hacer el bien. A su debido tiempo, cosecharemos numerosas bendiciones si no nos damos por vencidos. 10 Por lo tanto, siempre que tengamos la oportunidad, hagamos el bien a todos, en especial a los de la familia de la fe.

Es fácil clamar al Señor para que nos paguen de manera correcta, completa y abundante, pero que difícil honrar nuestras obligaciones de manera correcta, completa y abundante. Miremos esta instrucción del Maestro:

Lucas 6: 38 Den, y recibirán. Lo que den a otros les será devuelto por completo: apretado, sacudido para que haya lugar para más, desbordante y derramado sobre el regazo. La cantidad que den determinará la cantidad que recibirán a cambio».

Tal vez dirás: “Yo honro al Señor, honro a mis padres, honro a los ancianos de mi iglesia, pero no recibo el salario que deseo”, a lo que podría responderte: Revisa la medida que usas para honrar al Señor, a tus padres y a los ancianos de tu iglesia, pero más allá de entrar en esa discusión, debemos recordar que vivimos en una nación que rinde culto a los demonios, a los muertos y a las personas, menospreciando al Señor. Veamos la gran amonestación que hace el Señor a toda la nación de Israel, aun cuando dentro de ella había quien hiciera las cosas bien, en el siguiente pasaje:

Malaquías 3: 6 «Yo soy el Señor y no cambio. Por eso ustedes, descendientes de Jacob, aún no han sido destruidos. 7 Desde los días de sus antepasados, han despreciado mis decretos y los han desobedecido. Ahora, vuelvan a mí y yo volveré a ustedes», dice el Señor de los Ejércitos Celestiales. «Pero ustedes preguntan: “¿Cómo podemos volver cuando nunca nos fuimos?”. 8 »¿Debería el pueblo estafar a Dios? ¡Sin embargo, ustedes me han estafado! »Pero ustedes preguntan: “¿Qué quieres decir? ¿Cuándo te hemos estafado?”. »Me han robado los diezmos y ofrendas que me corresponden. 9 Ustedes están bajo maldición porque toda la nación me ha estado estafando. 10 Traigan todos los diezmos al depósito del templo, para que haya suficiente comida en mi casa. Si lo hacen—dice el Señor de los Ejércitos Celestiales—, les abriré las ventanas de los cielos. ¡Derramaré una bendición tan grande que no tendrán suficiente espacio para guardarla! ¡Inténtenlo! ¡Pónganme a prueba! 11 Sus cosechas serán abundantes porque las protegeré de insectos y enfermedades. Las uvas no caerán de las vides antes de madurar—dice el Señor de los Ejércitos Celestiales—. 12 Entonces todas las naciones los llamarán benditos, porque su tierra será un deleite», dice el Señor de los Ejércitos Celestiales.

Al leer el anterior pasaje, tal vez seas de los que dicen: “Eso era antes, eso era para la nación de Israel, ahora damos lo que el Señor pone en nuestro corazón”, y cosas similares a esa, por lo que te invito a leer de nuevo Lucas 6:38 y mires quién lo dijo, porque es posible que ni aún lo que dijeron los Apóstoles te convenza de tu deber de cumplir con tus obligaciones. Veamos otro pasaje similar:

Romanos 13: 8 No deban nada a nadie, excepto el deber de amarse unos a otros. Si aman a su prójimo, cumplen con las exigencias de la ley de Dios. 9 Pues los mandamientos dicen: «No cometas adulterio. No cometas asesinato. No robes. No codicies». Estos y otros mandamientos semejantes se resumen en uno solo: «Ama a tu prójimo como a ti mismo». 10 El amor no hace mal a otros, por eso el amor cumple con las exigencias de la ley de Dios.

En el pasaje anterior vemos cuatro de los diez mandamientos, siendo tres de ellos ya estudiados, como son el no cometer adulterio, no matar y no robar, quedando por estudiar la prohibición de codiciar los bienes ajenos, pero cuando incumplimos nuestras obligaciones violamos esos cuatro mandamientos, y lo hacemos de la siguiente manera:

Adulteramos cuando alteramos las condiciones del contrato;
Robamos cuando nos lucramos con lo que no nos pertenece;
Matamos al aborrecer a nuestro acreedor, y
Codiciamos cuando queremos quedarnos con lo que es de otra persona.

Ahora bien, revisemos cómo se roba siendo el acreedor, es decir, quien presta un servicio o vende algo:

En el caso del prestamista, dice el Señor que no preste con usura, tal como lo señala el siguiente pasaje:

Éxodo 22: 25 »Si prestas dinero a cualquiera de mi pueblo que pase necesidad, no le cobres interés como acostumbran hacer los prestamistas.

No dice el Señor que no se cobre interés sino que no se cobre con usura, ni tampoco se cobren intereses entre hermanos.

Proverbios 11: 1 El Señor detesta el uso de las balanzas adulteradas, pero se deleita en pesas exactas.

Es común en el caso de los vendedores injustos que alteran los pesos para cobrar una cantidad que no es la que vende realmente. También aplica a las personas que dan poco, pero exigen mucho, tal como dice Lucas 6:38.

Hasta el rey David pagó por tomar lo que no era suyo, y el costo fue muy alto. Revisemos el siguiente pasaje:

2 Samuel 12: 7 Entonces Natán le dijo a David: —¡Tú eres ese hombre! El Señor, Dios de Israel, dice: “Yo te ungí rey de Israel y te libré del poder de Saúl. 8 Te di la casa de tu amo, sus esposas y los reinos de Israel y Judá. Y si eso no hubiera sido suficiente, te habría dado más, mucho más. 9 ¿Por qué, entonces, despreciaste la palabra del Señor e hiciste este acto tan horrible? Pues mataste a Urías el hitita con la espada de los amonitas y le robaste a su esposa. 10 De ahora en adelante, tu familia vivirá por la espada porque me has despreciado al tomar a la esposa de Urías para que sea tu mujer”.

David tenía bastante, incluyendo muchas mujeres, pero codició y tomó una mujer que no era suya, por lo que el pago por su pecado fue una gran maldición en su familia ¿Vale la pena el riesgo por tomar algo que no te pertenece?

Este mandamiento es fácil entenderlo cuando hablamos de tomar lo que no es nuestro, como el caso de agarrar un teléfono de la mesa del vecino sin que se dé cuenta, o amenazándolo con un arma, pero cuán difícil es reconocer que quitamos a los demás lo que le corresponde usando estrategias perversas y diabólicas. Seamos honestos y procuremos ser íntegros, porque por cada cosa que hagamos y digamos nos juzgará el Señor.

Podemos concluir que si retenemos el pago de nuestra obligación con nuestros padres porque consideramos que no administran bien, si no damos al Señor lo que corresponde porque consideramos que los ancianos de nuestra iglesia administran mal, si no pagamos nuestros impuestos porque decimos que los gobernantes se roban el dinero, deja decirte que nos hemos convertido en jueces de la ley del Señor, adulterando su contenido conforme a nuestra justicia, por lo que recibiremos el pago que el Señor dijo a los sacerdotes de Israel que menospreciaban su mesa. Dejemos de tomar lo que no es nuestro para que el Señor obre a nuestro favor y haga llegar a nosotros lo que nos corresponde así sea usando a los cuervos. Tomemos los buenos ejemplos como el de la viuda de Sarepta o la viuda de las dos blancas, que fueron grandemente bendecidas por su confianza en el Señor.

Cierro con este mandato:

Efesios 4: 28 Si eres ladrón, deja de robar. En cambio, usa tus manos en un buen trabajo digno y luego comparte generosamente con los que tienen necesidad.

Greetings, brothers and sisters of @mcgicares. In this opportunity I am going to share with you a message that I shared on Saturday in the congregation and that is the continuation of the series about the ten commandments. This time it is about the eighth commandment, in which we are forbidden to take what is not ours, either because we take it, do not return what we have borrowed or do not pay what is owed.

Exodus 20:15 Thou shalt not steal (KJV1960).
Exodus 20: 15 "You shall not steal (NKJV).
Exodus 20: 15 "Do not steal (NKJV).
Exodus 20: 15 "Do not steal (NIV).

In the four versions used, we can notice the use of two different verbs conjugated in two different tenses, so it is necessary to scrutinize the meaning of this message in order to understand, apply and teach it.

The first thing we are going to study are the two verbs used, which are to steal and to rob. Let's see what the dictionary says about them:

To steal: To take from a person something that belongs to him or her for profit, without using violence or intimidation.

To steal: To take from a person something that belongs to him for profit, by means of violence or intimidation or by using force.

It can be noted that the main difference is that in theft neither violence nor intimidation is used, but in robbery either or both can be used; another thing that can be noted is the spirit with which the action is produced, such as the profit motive, so it is necessary to review such concept:

Profit: Gain or benefit obtained in a matter or business.

If we do not pay attention to the concepts indicated, we could fall into the error of thinking that every person who profits, or has the spirit of profit, is sinning, but it is not so, the sin is in taking, that is, taking what has not been given to him, in the case of theft, and taking it by means of threats or by the use of violence, in the case of robbery.

The Master teaches us that we must not take from anyone what belongs to him or what is due to him, so he leaves us many commandments, or rather, many instructions about the same commandment referring to the payment of obligations. In this sense, we are going to look at how to violate this commandment from both sides of the contractual relationship, that is, from the debtor and the creditor.

From the debtor's point of view, which is the most common case, let us look at the following passages:

1 Timothy 5: 17 Elders who fulfill their function well should be respected and well remunerated, especially those who work diligently both in preaching and teaching. 18 For the Scripture says: "Do not muzzle the ox to keep it from eating while it is threshing grain." And it also says: "Those who work deserve to receive their wages!

In this letter of the Apostle Paul to Timothy, to whom he delegated the appointment of Bishops in the congregations, he is telling him that those who lead the groups of believers must be well paid, that is, it is not enough to be paid, but it is to be noted that he says: Those who fulfill their function well, which means that they are of edification to the body of the Lord and fulfill their ministerial functions.

The same commandment to pay their workers is in the letter that the Apostle writes to the churches in the following passage:

James 5: 4 So listen! Hear the protests of the field laborers who were cheated out of their wages. The complaints of those who harvest their fields have reached the ears of the Lord of Heavenly Hosts.

This outcry is general, both among believers and non-believers, because it is common for employers to steal the worker's wages. Now, it is necessary to check if that worker complies with the commandments of the Lord that come to be the true justice, because if these workers withhold the payment to their workers, they are not receiving injustice but the payment of their sowing, as the Apostle Paul says to the Galatians in the following passage:

Galatians 6: 6 Those who are taught the word of God should provide for the needs of their teachers, sharing all good things with them. 7 Do not be deceived: no one can mock the righteousness of God. You always reap what you sow. 8 Those who live only to satisfy the desires of their own sinful nature will, from that nature, reap destruction and death; but those who live to please the Spirit will, from the Spirit, reap eternal life. 9 So let us not grow weary in doing good. In due time we shall reap numerous blessings if we do not give up. 10 Therefore, whenever we have the opportunity, let us do good to all, especially to those in the household of faith.

It is easy to cry out to the Lord to pay us correctly, fully and abundantly, but how difficult to honor our obligations correctly, fully and abundantly. Let us look at this instruction from the Master:

Luke 6: 38 Give, and you will receive. What you give to others will be returned to you in full: pressed down, shaken out so that there is room for more, overflowing and poured into your lap. The amount they give will determine the amount they will receive in return."

Perhaps you will say, "I honor the Lord, I honor my parents, I honor the elders of my church, but I do not receive the salary I desire", to which I could answer you: Check the measure you use to honor the Lord, your parents and the elders of your church, but beyond entering into that discussion, we must remember that we live in a nation that worships demons, the dead and people, despising the Lord. Let us look at the great admonition that the Lord makes to the whole nation of Israel, even when within it there were those who did things right, in the following passage:

Malachi 3: 6 "I am the Lord and I do not change. That is why you descendants of Jacob have not yet been destroyed. 7 Since the days of your ancestors, you have despised my decrees and disobeyed them. Now, return to me, and I will return to you," says the Lord of Heavenly Hosts. "But you ask, "How can we return when we never left?" 8 "Should the people defraud God? Yet you have defrauded me!"But you ask, "What do you mean, when did we defraud you?" "You have robbed me of the tithes and offerings due me. 9 You are under a curse because the whole nation has been cheating me. 10 Bring all the tithes to the temple storehouse, so that there will be enough food in my house. If you do," says the LORD of Heaven's Armies, "I will open the windows of heaven for you. I will pour out a blessing so great that you will not have enough room to store it! Try it! Test me! 11 Your crops will be plentiful because I will protect them from insects and disease. The grapes will not fall from the vines before they are ripe," says the LORD of Heavenly Hosts. 12 Then all the nations will call you blessed, for your land will be a delight," says the LORD of Heavenly Hosts.

As you read the above passage, maybe you are one of those who say: "That was before, that was for the nation of Israel, now we give what the Lord puts in our heart", and things similar to that, so I invite you to read again Luke 6:38 and see who said it, because it is possible that not even what the Apostles said will convince you of your duty to fulfill your obligations. Let's look at another similar passage:

Romans 13: 8 Owe nothing to anyone except the duty to love one another. If you love your neighbor, you fulfill the demands of God's law. 9 For the commandments say, "Do not commit adultery. Do not commit murder. Do not steal. Do not covet." These and other such commandments are summed up in one, "Love your neighbor as yourself." 10 Love does no wrong to others, so love fulfills the demands of God's law.

In the above passage we see four of the ten commandments, being three of them already studied, such as not to commit adultery, not to kill and not to steal, remaining to be studied the prohibition of coveting the goods of others, but when we fail to fulfill our obligations we violate those four commandments, and we do it in the following way:

We adulterate when we alter the conditions of the contract;
We steal when we profit by what does not belong to us;
We kill when we hate our creditor, and we covet when we want to keep what is ours.
We covet when we want to keep what belongs to someone else.

Now then, let us review how one steals by being the creditor, that is, the one who renders a service or sells something:

In the case of the lender, the Lord says not to lend with usury, as the following passage points out:

Exodus 22: 25 "If you lend money to any of my people who are in need, do not charge them interest as the moneylenders are wont to do.

The Lord does not say do not charge interest, but do not charge usury, and do not charge interest between brothers.

Proverbs 11: 1 The Lord hates the use of adulterated scales, but delights in accurate weights.

It is common in the case of unjust sellers who alter the weights to charge an amount that is not what they actually sell. It also applies to people who give little, but demand much, as Luke 6:38 says.

Even King David paid for taking what was not his, and the cost was very high. Let us review the following passage:

2 Samuel 12: 7 Then Nathan said to David, -You are that man! The LORD, the God of Israel, says, "I anointed you king over Israel and delivered you from the power of Saul. 8 I gave you your master's house, his wives, and the kingdoms of Israel and Judah. And if that had not been enough, I would have given you more, much more. 9 Why, then, did you despise the word of the Lord and do this horrible deed? For you killed Uriah the Hittite with the sword of the Ammonites and stole his wife. 10 From now on, your family will live by the sword because you have despised me by taking Uriah's wife to be your wife."

David had plenty, including many wives, but he coveted and took a wife that was not his, so the payment for his sin was a great curse on his family Is it worth the risk to take something that does not belong to you?

This commandment is easy to understand when we talk about taking what is not ours, as in the case of taking a phone from the neighbor's table without him noticing, or threatening him with a weapon, but how difficult it is to recognize that we take from others what belongs to them using perverse and diabolical strategies. Let us be honest and try to be upright, because the Lord will judge us by everything we do and say.

We can conclude that if we withhold the payment of our obligation to our parents because we consider that they do not administer well, if we do not give to the Lord what is due because we consider that the elders of our church administer badly, if we do not pay our taxes because we say that the rulers steal the money, let it be said that we have become judges of the law of the Lord, adulterating its content according to our justice, so we will receive the payment that the Lord said to the priests of Israel who despised his table. Let us stop taking what is not ours so that the Lord may work in our favor and bring to us what is due to us, even if we use ravens. Let us take the good examples like that of the widow of Zarephath or the widow of the two white women, who were greatly blessed by their trust in the Lord.

I close with this command:

Ephesians 4: 28 If you are a thief, stop stealing. Instead, use your hands in good and worthy work and then share generously with those in need.

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