Tercer Mandamiento / Third Commandment
Saludos, hermanos de @mcgicares. En esta oportunidad voy a compartir con ustedes un mensaje que compartí hace dos semanas en la congregación y que es la continuación de la serie acerca de los diez mandamientos.
Éxodo 20:7 »No hagas mal uso del nombre del Señor tu Dios. El Señor no te dejará sin castigo si usas mal su nombre (NTV).
Éxodo 20:7 No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano (RV1960).
Éxodo 20:7 »No usarás el nombre del Señor tu Dios en vano ni en forma irreverente. No dejaré sin castigo a quien se atreva a usar mi nombre sin el debido respeto (NBV).
Éxodo 20:7 »No uses el nombre del Señor tu Dios en falso. Yo, el Señor, no tendré por inocente a quien se atreva a usar mi nombre en falso (NVI).
Cuatro versiones de un mismo verso que nos sirven para entender este mandamiento del Creador, pero para eso es necesario desglosar el pasaje.
Lo primero que necesitamos entender es que quien está hablando es el Creador mismo y se está dirigiendo a ti, es decir, al lector, por lo que la primera persona a quien debes instruir en el uso correcto del nombre del Señor es a ti mismo.
Teniendo en cuenta las partes de este diálogo, pasamos a revisar el contenido del mandamiento:
El objeto del mandamiento: El nombre del Señor, es decir, no mencionarlo de las siguientes maneras:
- MAL, esto sucede cuando decimos que el Señor ha dicho algo cuando no ha dicho nada, cuando decimos que dijo algo de una manera errónea de manera intencional, cuando le añadimos a lo que ha dicho o por el contrario, lo quitamos a su mensaje.
Esto era común en los tiempos de los profetas, en los que las personas iban a buscar dirección de parte del Señor y los “profetas” decían cosas que no provenían de parte del Señor. Un pasaje muy conocido es cuando el rey Acab pretendía salir a la guerra y consultó a todos los profetas, recibiendo como respuesta lo que él deseaba escuchar, hasta que mandó a buscar al profeta Micaías, quien le dio el mensaje correcto de parte del Señor, aun a costa de ser encarcelado (2 Crónicas 18:9-27).
- EN VANO, esto sucede cuando mencionamos al Señor como una expresión emocional, bien por sorpresa, agrado o desagrado. También es común usar el nombre del Señor como excusa para realizar actos abominables, como sucedió con la “santa inquisición”, en la que asesinaron alrededor treinta y dos mil personas quemadas en la hoguera, más alrededor de cien mil que murieron encarceladas y otras trescientas mil que fueron obligadas a cumplir con ciertas penitencias, solamente en España, porque las cifras son incontables en Europa.
Es necesario acotar que la inquisición sigue sucediendo de manera figurada, incluso en las congregaciones, ya que si un hermano interpreta algún pasaje de manera diferente, usa algún método particular para estudiar, tiene su forma personal de llevar el mensaje, no sirve de la manera común o convencional, en fin, si no sigue la corriente de alguna denominación, ya es considerado hereje, apóstata, falso maestro, pero no solo que es considerado sino que es atacado por miembros de otras congregaciones, por miembros de la congregación donde asiste, y a veces es perseguido por el liderazgo de la congregación.
El mal uso del nombre del Señor siempre aleja a las personas de la verdad que es en Cristo, por lo que el culpable debe pagar caro su ofensa.
- SIN RESPETO, que es cuando se usa el nombre del Señor de manera despreciable como aún hacen los judíos, quienes insisten en llamarlo “Yeshu”, que significa “Sea su nombre y memoria borrados”. Otros que hacen uso del nombre del Señor de manera ofensiva son los que le ponen diminutivos como “Chuíto”, dicen “Diosito”, o se refieren al Señor como si estuvieran hablando de una persona común.
En la palabra del Señor se relata una historia en la que el capitán de la guardia del rey Senaquerib se refería al Señor como un ídolo mas y se burlaba de lo judíos al decir que harían con ellos como habían hecho con los demás pueblos que habían conquistado, e incluso se atrevió a decir que el Señor le había hablado y dicho que entregaría a los judíos en manos de Senaquerib.
Esta historia la encontramos en el segundo libro de los Reyes, capítulos dieciocho y diecinueve.
Lamentablemente, aun en estos tiempos, todavía hay personas que llevan mensajes a otras diciendo que el Señor los mandó, cuando en realidad fueron por sus propios intereses y deseos.
Otra manera de usar el nombre del Señor de manera irrespetuosa o irreverente es cuando nos identificamos como pueblo suyo, pero nuestra conducta es similar o peor que la de cualquier incrédulo… Personas que incluso predican la palabra del Señor, pero no se congregan, no saben orar, son avaros, no saben ni una alabanza, sus respuestas y consejos no se diferencian de los que se pueden escuchar de los injustos, no cumplen con sus obligaciones, no sirven de ninguna manera al Señor, entre otras cosas que los identifican como amigos del mundo y enemigos del Señor.
- CON FALSEDAD, que es cuando se dice lo contrario a lo que el Señor ha dicho, y un pasaje claro que nos enseña a estar atentos es el del joven profeta que llevó un mensaje de parte del Señor, con la advertencia que no comiera nada dentro de la ciudad y que no volviera por el camino por el que llegó a aquella ciudad, pero un viejo profeta, sin temor de Dios, le dijo que el Señor le había mandado a decir que comiera con él, cayendo el joven en la trampa del maligno y perdiendo la vida cuando inició la retirada, no sin antes recibir palabra del Señor por el viejo profeta con la que fue amonestado por no hacer caso a la advertencia.
Este pasaje lo podemos encontrar en el primer libro de los Reyes, capítulo trece.
Esto es común en muchas congregaciones, en las que se adultera la palabra del Señor de manera intencional para obtener un beneficio de los hombres, pero no sucede solo en las congregaciones, ya que, como se dijo antes, hay personas que no se congregan y dicen ser enviadas de parte del Creador, llevando mensajes que ni ellos quieren cumplir.
Un mensaje falso que se ha hecho común y se repite constantemente es el que dice: Dios ama al pecador pero aborrece el pecado… Cuando la realidad es que el Señor aborrece al pecador, pues es a este a quien echa a las cárceles eternas hasta que sean levantados para el juicio y condenación eternas. Esa famosa frase la dijo un hombre llamado Mahatma Gandhi, quien era político, no predicador, ni tampoco cristiano sino que era hinduista, por lo que mal podemos adoptar una frase de un incrédulo para usarla como doctrina dentro del evangelio.
También es muy repetida la frase que dice: Lleva tu ofrenda y diezmos al vecino necesitado… Resulta que es el hombre quien dice a quién debemos honrar con el fruto de nuestro trabajo. Esta frase evidentemente no proviene del Señor, pues en toda la Escritura se dice que el fruto de nuestro trabajo debemos llevarlo al altar como lo hicieron todos los héroes de la fe.
Debemos tener en cuenta que con el Señor no se juega, pues no tendrá por inocente a quien tome su nombre de manera irreverente. Es por este motivo que no debemos culpar al Señor de nuestras malas decisiones ni de los tropiezos que tengamos, pues nada malo viene de Él para su pueblo, por lo que siempre debemos recordar estos dos pasajes:
Romanos 12:2 No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta.
Romanos 8:28 Y sabemos que Dios hace que todas las cosas cooperen para el bien de quienes lo aman y son llamados según el propósito que él tiene para ellos.
Por último, cuando hagas algo que sabes que está mal, asume tu responsabilidad y no culpes al Señor por tu necedad, para que las consecuencias no sean peores, más bien confiesa tu pecado y arrepiéntete para que halles perdón en el día de la redención.
Greetings, brothers and sisters of @mcgicares. In this opportunity I am going to share with you a message that I shared two weeks ago in the congregation and that is the continuation of the series about the ten commandments.
Exodus 20:7 "Do not misuse the name of the Lord your God. The Lord will not let you go unpunished if you misuse his name (NTV).
Exodus 20:7 You shall not take the name of the LORD your God in vain; for the LORD will not hold him guiltless who takes His name in vain (NKJV).
Exodus 20:7 "You shall not use the name of the Lord your God in vain or in an irreverent manner. I will not leave unpunished anyone who dares to use my name without due respect (NKJV).
Exodus 20:7 "Do not use the name of the Lord your God falsely. I, the Lord, will not hold him guiltless who dares to use my name falsely (NIV).
Four versions of the same verse that help us to understand this commandment of the Creator, but for that it is necessary to break down the passage.
The first thing we need to understand is that the one who is speaking is the Creator Himself and He is addressing you, that is, the reader, so the first person you should instruct in the correct use of the Lord's name is yourself.
Keeping in mind the parts of this dialogue, we move on to review the content of the commandment:
The object of the commandment: the name of the Lord, that is, not to mention it in the following ways:
- WRONG, this happens when we say that the Lord has said something when he has said nothing, when we say that he said something in a wrong way intentionally, when we add to what he has said or on the contrary, we take away from his message.
This was common in the times of the prophets, when people went to seek direction from the Lord and the "prophets" said things that did not come from the Lord. A well-known passage is when King Ahab intended to go out to war and consulted all the prophets, receiving as an answer what he wanted to hear, until he sent for the prophet Micaiah, who gave him the right message from the Lord, even at the cost of being imprisoned (2 Chronicles 18:9-27).
- IN VANITY, this happens when we mention the Lord as an emotional expression, either out of surprise, pleasure or displeasure. It is also common to use the name of the Lord as an excuse to perform abominable acts, as happened with the "holy inquisition", in which they killed about thirty-two thousand people burned at the stake, plus about one hundred thousand who died in prison and another three hundred thousand who were forced to fulfill certain penances, only in Spain, because the numbers are uncountable in Europe.
It is necessary to point out that the inquisition continues happening in a figurative way, even in the congregations, because if a brother interprets some passage in a different way, uses some particular method to study, has his personal way of carrying the message, he does not serve in the common or conventional way, In short, if he does not follow the current of any denomination, he is considered a heretic, apostate, false teacher, but not only is he considered a heretic, but he is attacked by members of other congregations, by members of the congregation where he attends, and sometimes he is persecuted by the leadership of the congregation.
The misuse of the Lord's name always leads people away from the truth that is in Christ, so the guilty one must pay dearly for his offense.
- WITHOUT RESPECT, which is when the name of the Lord is used in a despicable manner as the Jews still do, who insist on calling him "Yeshu", which means "Let his name and memory be blotted out". Others who use the name of the Lord in an offensive way are those who use diminutives such as "Chuíto", say "Diosito", or refer to the Lord as if they were talking about a common person.
In the word of the Lord a story is told in which the captain of the guard of King Sennacherib referred to the Lord as just another idol and mocked the Jews by saying that they would do with them as they had done with the other peoples they had conquered, and even dared to say that the Lord had spoken to him and said that he would deliver the Jews into the hands of Sennacherib.
We find this story in the second book of Kings, chapters eighteen and nineteen.
Unfortunately, even in these times, there are still people who carry messages to others saying that the Lord sent them, when in reality they went for their own interests and desires.
Another way of using the name of the Lord in a disrespectful or irreverent way is when we identify ourselves as His people, but our behavior is similar or worse than that of any unbeliever.... People who even preach the word of the Lord, but do not congregate, do not know how to pray, are greedy, do not know one praise, their answers and advice do not differ from those that can be heard from the unrighteous, do not fulfill their obligations, do not serve the Lord in any way, among other things that identify them as friends of the world and enemies of the Lord.
- WITH FALSENESS, which is when one says the opposite of what the Lord has said, and a clear passage that teaches us to be attentive is that of the young prophet who carried a message from the Lord, with the warning not to eat anything inside the city and not to return by the way by which he came to that city, but an old prophet, without fear of God, told him that the Lord had sent him to tell him to eat with him, and the young man fell into the trap of the evil one and lost his life when he began his retreat, but not before receiving word from the Lord by the old prophet with which he was admonished for not heeding the warning.
This passage can be found in the first book of Kings, chapter thirteen.
This is common in many congregations, where the word of the Lord is intentionally adulterated to obtain a benefit from men, but it does not happen only in the congregations, since, as it was said before, there are people who do not congregate and claim to be sent from the Creator, carrying messages that even they do not want to fulfill.
A false message that has become common and is constantly repeated is the one that says: God loves the sinner but hates sin... When the reality is that the Lord hates the sinner, for it is the sinner that He casts into eternal prisons until they are raised to eternal judgment and condemnation. That famous phrase was said by a man named Mahatma Gandhi, who was a politician, not a preacher, nor a Christian, but a Hindu, so we cannot adopt a phrase of an unbeliever to use it as a doctrine within the gospel.
It is also very repeated the phrase that says: Take your offering and tithes to the needy neighbor... It turns out that it is man who says to whom we should honor with the fruit of our work. This phrase evidently does not come from the Lord, for throughout Scripture it is said that the fruit of our labor we should bring it to the altar as did all the heroes of the faith.
We must keep in mind that the Lord is not to be trifled with, for he will not hold innocent anyone who takes his name irreverently. It is for this reason that we should not blame the Lord for our bad decisions or for the stumbling blocks we have, because nothing bad comes from Him for His people, so we must always remember these two passages:
Romans 12:2 Do not imitate the behavior or customs of this world, but let God transform you into new people by changing your way of thinking. Then you will learn to know God's will for you, which is good and acceptable and perfect.
Romans 8:28 And we know that God causes all things to work together for good to those who love him and are called according to the purpose he has for them.
Finally, when you do something that you know is wrong, take responsibility and do not blame the Lord for your foolishness, so that the consequences will not be worse, but confess your sin and repent so that you may find forgiveness on the day of redemption.