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God's love is founded on who God is, NOT on who we are.
12 For now we see in a mirror, darkly; but then face to face. Now I know in part; but then I shall know as I am also known. 13 And now abide faith, hope and love, these three; but the greatest of these is love.
1 Corinthians 13.12-13
Love is the most powerful feeling that exists, love can motivate us to do surprising things, to care for other people, to be much more generous and many other things. Loving someone can be experienced with the depth of our entire being, we even love in inexplicable ways and challenge many other experiences, but here the question is: how can we love God, that person we cannot see or hear?
Jesus Christ demonstrated his love for the Father in every word, in every attitude and action of obedience to God, through every thought and action from the moment he left heaven to become a child in Bethlehem. From his birth, his whole life was life by the will of God. The Lord Jesus Christ had such an intimate relationship with God that he knew what his father wanted and he also delights in obedience to God.
Then I said, "Behold, I come;
In the scroll of the book it is written about me;
To do Your will, O my God, I have been pleased;
And Your law is within my heart.
Psalm 40:7-8
We want to grow and have more intimacy with the Lord, and this is only one way to achieve it: we must get closer to Him by studying His word and spending some time in prayer, we must pay attention and listen to Him and then put all of this into practice daily.
As we await the coming of the Savior, as we celebrate the birth and redemptive death of Jesus Christ, we can think of that great love that He has poured out on us, that love that impels us to love others. We think of that love of Jesus that impelled Him to die for us on the cross of Calvary. His death was not in vain and His love was boundless for all humanity. We alone must be willing to receive that love and live in it.
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El amor de Dios está fundado en quien es Dios, NO en quienes somos nosotros.
12 Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido. 13 Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.
1 Corintios 13.12-13
El amor es el sentimiento más poderoso que existe, el amor nos puede motivar a hacer cosas sorprendentes, a cuidar a otras personas, a ser mucho más generosos y muchísimas cosas más. Amar a alguien podemos llegar a experimentarlo con la profundidad de todo nuestro ser inclusive amamos de manera inexplicables Y desafían muchas otras experiencias pero aquí la pregunta es: ¿cómo podemos amar a Dios, a esa persona que no podemos ver ni oír?.
Jesucristo demostró su amor para con el padre en cada palabra, en cada actitud y acción de obediencia para con Dios, por medio de cada pensamiento y acción desde aquel momento que dejó el cielo para convertirse en un niño así en Belén. Desde su nacimiento toda su vida fue vida por voluntad de Dios. El señor Jesucristo tenía una relación tan íntima con Dios que sabía lo que su padre deseaba también se deleita en la obediencia a Dios.
Entonces dije: He aquí, vengo;
En el rollo del libro está escrito de mí;
El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado,
Y tu ley está en medio de mi corazón.
Salmos 40:7-8
Deseamos crecer y tener más intimidad con el señor, para ello es solamente una forma de poder lograrlo: debemos acercarnos a él estudiando su palabra y pasar algún tiempo en oración, debemos poner atención y escucharle para luego todo esto poner en práctica a diario.
Mientras esperamos la venida del Salvador, mientras celebramos el nacimiento y la muerte redentora de Jesucristo, podemos pensar en ese gran amor que ha derramado en nosotros, ese amor que nos impulsa a amar a los demás. Pensamos en ese amor de Jesús que lo ha impulsado a morir por nosotros en la cruz del calvario. Su muerte no fue en vano y su amor sin límites sobre toda la humanidad, solamente nosotros debemos estar dispuestos a recibir ese amor y a vivir en el.
Muchas Gracias por compartir esta lectura, deseo que el Espíritu Santo de Dios traiga revelación de su palabra a nuestras vidas.
