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The peace that the Lord Jesus Christ offers us does not depend on what circumstance we are living, it simply depends on us when we decide to give our lives and surrender to God.
Therefore, since we have been justified by faith, we have peace with God through our Lord Jesus Christ; 2 through whom also we have access by faith into this grace in which we stand, and we rejoice in hope of the glory of God. 3 Not only so, but we also rejoice in tribulations, knowing that tribulation produces perseverance; 4 and perseverance, trial; and trial, hope; 5 and hope does not disappoint, because the love of God has been poured into our hearts through the Holy Spirit who was given to us.
6 For when we were still weak, in due time Christ died for the ungodly. 7 For scarcely anyone will die for a righteous man; yet it might be that someone would dare to die for a good man. 8 But God demonstrates his own love toward us in that while we were still sinners, Christ died for us. 9 Much more then, having now been justified by his blood, we shall be saved from wrath through him. 10 For if when we were enemies we were reconciled to God through the death of his Son, much more, having been reconciled, we shall be saved by his life. 11 And not only so, but we also rejoice in God through our Lord Jesus Christ, through whom we have now received reconciliation.
Romans 5:1-11
When we talk about peace, what really gives us peace? Generally people may say that tranquility, that inner peace, depends on the circumstances. If everything is fine, we are at peace, but if there are problems and complications, we are not at peace. An example could be a fluid and solid relationship with our partner, enjoying a good job or simply being in good health, but what happens if fights begin within the couple, the body begins to present complications or simply a dismissal occurs at work? We think in those moments about peace, everything that we thought was in perfect harmony and under control begins to crumble and we realize that the true peace has very little to do with the circumstance we are going through.
Where can we make this peace that is independent of the circumstances we are living? In Jesus Christ we can find a solid and deep peace, once it lasts and does not bend to circumstances. But it is impossible to experience this type of peace when we are not living according to his will, that is to say: we do not know or we are not certain that the Lord Jesus has control of our lives and is our intercessor offering us that genuine peace at all times, when we know him better we allow his plan to become a reality in our lives, we are sure that in him we are completely safe and all that simply translates into genuine peace.
5 Therefore, since we have been justified by faith, we have peace with God through our Lord Jesus Christ;
Romans 5:1
The Lord Jesus is born in our lives and develops as a new being, the Holy Spirit is also in us and guides us to live each day trusting in God's plans, but we can only live this if we have that security in what God has promised, in what is written in his word, how will we know if we have not read?
The apostle Paul clarifies that to declare ourselves not guilty, that is, to be justified, we must accept the sacrifice of Jesus Christ on the cross of Calvary since he took our place, in this way we find peace with God and this allows us to live in perfect harmony with God and with men.
If you are still experiencing those difficult times but are not finding the peace that has been provided for us, the children of God, accept with love and sacrifice Jesus Christ since that sacrifice has brought us peace, we give him his word and trust that God is always working for our good and let us allow the peace of God to flood our hearts to live a full life.
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La paz que nos ofrece el señor Jesucristo no depende de qué circunstancia estemos viviendo, depende simplemente de nosotros cuando decidimos entregar nuestra vida y rendirnos a Dios.
Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; 2 por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. 3 Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; 4 y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; 5 y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.
6 Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. 7 Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. 8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. 9 Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. 10 Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. 11 Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación.
Romanos 5:1-11
Cuando hablamos de paz, ¿qué realmente es lo que nos da la paz? Generalmente las personas pueden decir que la tranquilidad esa paz interior depende de las circunstancias, si está todo bien es que estamos en paz pero si hay problemas hay complicaciones no estamos en paz. Un ejemplo puede ser una relación fluida y sólida con nuestra pareja, disfrutar de un buen trabajo o simplemente gozar de buena salud, pero ¿qué sucede si comienzan las peleas en la pareja, el cuerpo comienza a presentar complicaciones o simplemente se presenta un despido en el trabajo?, Que pensamos en esos momentos acerca de la paz, todo aquello que pensamos que estaba en perfecta armonía y bajo control comienza a desmoronarse y nos damos cuenta que la verdadera muy poco tiene que ver con la circunstancia que estemos atravesando.
¿Dónde podemos hacer esta paz que es independiente de las circunstancias que estamos viviendo?, en Jesucristo podemos hallar una paz sólida y profunda, una vez que perdura y no se dobla ante las circunstancias. Pero es imposible experimentar este tipo de paz cuando no estamos viviendo conforme a su voluntad, es decir: no conocemos o no tenemos certeza que el señor Jesús tiene control de nuestras vidas y es nuestro intercesor ofreciéndonos esa genuina paz en todo momento, cuando le conocemos más permitimos que su plan se haga realidad en nuestras vidas, tenemos seguridad que en él estamos completamente seguro y todo eso simplemente se traduce en genuina paz.
5 Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;
Romanos 5:1
El señor Jesús se engendra en nuestras vidas y se desarrolla como un nuevo ser, el espíritu Santo también está en nosotros y nos guía para que vivamos cada día confiado en los planes de Dios, pero esto solamente lo podemos vivir si tenemos esa seguridad en lo que Dios ha prometido, en lo que está escrito en su palabra, ¿cómo conoceremos si no hemos leído?.
El apóstol Pablo nos aclara que para declararnos no culpable es decir para ser justificados debemos aceptar el sacrificio de Jesucristo en la cruz del calvario ya que él tomó nuestro lugar, de esta forma hallamos la paz con Dios y esto nos permite vivir en perfecta armonía con Dios y con los hombres.
Si usted aún está experimentando esos momentos complicados pero no estás encontrando la paz que ha sido provista para nosotros los hijos de Dios, acepte con amor y sacrificio de Jesucristo ya que ese sacrificio nos ha traído paz, le damos su palabra y confiemos en que Dios está obrando siempre para nuestro bien y Y permitamos que la paz de Dios inunde nuestros corazones para vivir una vida plena.
Muchas Gracias por compartir esta lectura, deseo que el Espíritu Santo de Dios traiga revelación de su palabra a nuestras vidas.