Desde niña a mi mamá le ha gustado regalarme o prestarme libros de autoayuda y uno de los libros que me regaló fue "Los 7 hábitos de los adolescentes altamente efectivos" de Sean Covey, y aunque nunca he sido muy amante de los libros, hay varios que sí que los he revisado y este fue uno de ellos.
Cuando vi que la comunidad Humanitas sacó una iniciativa sobre los hábitos que te hacen feliz, de inmediato me recordé de ese libro, el cual hace mucho tiempo que no reviso. Y me preguntaba, ¿cuál de estos hábitos seguiré aplicando actualmente? ¿o será que los ignoré totalmente?
Así que me dispuse a buscar cuáles eran esos 7 hábitos y me encontré con lo siguiente...
- Ser proactivo.
- Comenzar con un fin en mente.
- Poner primero lo primero.
- Pensar en ganar-ganar.
- Buscar primero entender, luego ser entendido.
- Sinergizar.
- Afilar la sierra.
Para mi sorpresa, hoy a mis 25 años de edad, considero que definitivamente tengo bastante arraigados algunos de esos hábitos, como los que describiré a continuación.
Poner primero lo primero
Creo que soy una persona bastante clara y segura al momento de establecer sus prioridades, a veces esto puede llegar a causar disgusto a otras personas que no comprenden el por qué algo puede ser importante para ti, pero a mí me tranquiliza saber que las decisiones que tomo son mi responsabilidad.
Una vez me sucedió que preparándome para un evento de modelaje, llegó la fecha de asistir a un encuentro juvenil católico que yo iba a dirigir, yo siempre supe que mi prioridad era el encuentro, aunque las personas involucradas en el evento no fueron para nada comprensivos con mi decisión, al punto que yo tuve que decir "iré sí o sí, y si no les funciona me puedo retirar sin ningún problema".
Asimismo, me ha pasado en otras circunstancias que otras personas quieren establecer mis prioridades o juzgan mis decisiones, porque no puede ser que para mí sea más importante estar en un cumpleaños que en una actividad, o que prefiera ir a una misa que a un paseo.
Pensar en ganar-ganar
Me considero también una persona muy organizada a la que le es fácil descubrir y aprovechar oportunidades que puedan ser beneficiosas no solamente para mí, sino para un grupo, donde todos podamos resultar ganadores.
Cuando jugaba ajedrez a nivel competitivo me era muy difícil reconocer aceptar mis derrotas, pero si algo tenía claro era que esas derrotas ocurrían porque había cometido algún error, y el adversario fue mejor, con el tiempo entendí que precisamente equivocándose es que aprendemos y al final, ambos ganamos, la otra persona la partida, y yo la experiencia.
Esta mentalidad de ganar-ganar la utilizo con frecuencia, pero si pudiera describirlo con un ejemplo serían esos momentos donde nos toca realizar un trabajo en conjunto y aunque hayan diferencias marcadas entre las personas, dejamos el ego a un lado para lograr un buen resultado.
Afilar la sierra
Siento que precisamente mi contacto con el deporte ciencia (el ajedrez) me ha ayudado a ser una persona con habilidad para descubrir oportunidades de mejora, es como si la vida se desarrollara en un tablero y yo estuviera constantemente pensando en lo que podemos hacer para dar el próximo movimiento.
También llamado el hábito de la mejora continua, es algo que me da mucha risa, porque literalmente el cargo que tengo actualmente se llama "Gerente de mejora continua", ¿y a qué creen que me dedico? Pues no solamente a mejorar yo y sacar mi mejor versión cada día, sino desarrollar este trabajo en las diversas áreas de la empresa.
Creo que una de las cosas que también me ayuda a mantenerme renovada es mi fe en Dios y el trabajo pastoral que realizo, pues me tomo en serio lo de ser la mejor versión que pueda ser, enmendar mis errores, crecer en el amor.
Ahora... la gran pregunta es, ¿estos hábitos que reconozco que tengo me llevan a la felicidad? ¿me hacen sentir plena?
La verdad es que sí... y se los voy a explicar ahora con palabras más sencillas:
1. Poner primero lo primero...
Para mí lo primero es Dios, así que cada día doy gracias a Dios por mi vida, por la de mi familia, también por los alimentos que hay en la mesa y por la salud. En mi semana no pude faltar momentos de oración, asistir a la Eucaristía y el rezo del rosario. Cultivar lo espiritual es algo súper importante.
2. Pensar en ganar-ganar...
No lo podría encerrar en una actividad, pero si en una manera de pensar, es algo que hago de forma inconsciente, y siento que muchos de mis días no tan felices están relacionados en que quizás las cosas no se dieron como yo lo tenía previsto o creía que era mejor, pero por motivos ajenos se tuvo que modificar.
Algo que hago para tratar de llevar mi día de la forma más ordenada y con tiempo suficiente para atender todo es escribir en mi agenda, ponerle fecha a las cosas, eso me da paz y me ayuda a poderle dedicar tiempo a todo lo que es importante.
3. Afilar la sierra...
Me gusta estar al día con lo que sucede en el mundo, aprender algo nuevo, lo que está en boca de todos, yo lo quiero saber. Algunas cosas por cultura general y otras ya más asociadas a mi trabajo o área de estudio, le dedico algo de tiempo a leer noticias, sobretodo del tipo tecnológico y ahorita ando consumiendo contenido relacionado con mejora continua, gestión del tiempo, entre otros, así que definitivamente estoy afilando esa sierra.
Gracias Humanitas por esta iniciativa que me hizo soltar la mano y escribir bastantes cosas que espero sean de mucho interés para ustedes. ¡Nos vemos en una próxima oportunidad!
