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Portada realizada en Canva.com
Sueños:
¿Encrucijada entre lo individual y lo colectivo?
¿Quién no ha tenido un sueño en su vida? Me refiero por sueño a esos deseos de nuestra alma, el desear conocer algún lugar en especial o conseguir un objetivo muy anhelado. Los sueños pueden ser esa suerte de brújulas que orientan nuestro camino, como una especie de musas que inspiran nuestras acciones y decisiones. Pero me pregunto, ¿Eso que deseamos a qué responde? Me refiero, los sueños son una danza entre lo individual y lo colectivo ya que como seres sociales respondemos al colectivo, y mucho de lo que somos responde al horizonte social.
Así que intentaré en este artículo esbozar una perspectiva filosófica, tratando poder desentrañar la naturaleza de los sueños y discernir si son un producto de la cultura o un reflejo de nuestros deseos más íntimos. Somos seres que vivimos en sociedad y la cultura sin lugar a dudas ejerce una fuerte influencia en los individuos.
Las normas sociales, los valores y las expectativas del entorno moldean nuestras aspiraciones y deseos. Desde muy temprana edad, somos bombardeados con estímulos y mensajes que nos instan a soñar con el éxito profesional o con la belleza física, pero sobre todo con la riqueza material. La cultura, parece comportarse tal cual un titiritero, esto me hace pensar que hay manipulación sobre nuestros sueños.
Aunque la condición humana puede ser bastante compleja, considero que en el interior de cada persona hay algo único e irrepetible, quizá pueda ser una suerte de voz que susurra sus propios anhelos, ahora bien, más allá de las imposiciones culturales, existen sueños que nacen de las profundidades del ser, o eso es lo que me gusta creer, sueños que responden a deseos más íntimos. Estos sueños, pueden ser la brújula que guía hacia la autorrealización y la búsqueda del sentido de la vida.
¿Hasta que punto los sueños son una respuesta de nuestro deseo de buscar nuestro sentido o responden a la manipulación de la sociedad?
Considero que nuestros sueños no son una batalla entre dos fuerzas opuestas, sino una suerte de danza entre la influencia cultural y el rugido del yo. Por un lado la cultura nos ofrece un marco de referencia, un lienzo sobre el cual plasmar nuestros propios sueños tal vez. Por otro lado, nuestros deseos individuales, al expresarse enriquecen y transforman la cultura, creando así un nuevo paradigma que inspira a las generaciones venideras.
La cultura nos influencia, pero somos nosotros mismos los que creamos la cultura, eso lo hace bien complejo y quizá una manera de visualizar este fenómeno de manera amplia es mirar los sueños de manera colectiva generación tras generación. Cada generación imprime necesidades a la siguiente, necesidades que se filtran en el inconsciente colectivo, solo cuando nos damos cuenta de tales cosas es que podemos trascender la influencia de la cultura y comenzar a edificar sueños propios.
En este sentido, se puede entender esto como un viaje introspectivo, hemos descubierto que los sueños son una construcción entre lo individual y lo colectivo, o en otras palabras son la expresión de nuestra humanidad, un anhelo por trascender y encontrar un significado en la vida. Y no quiero cerrar este breve artículo sin hacer una invitación a despertar sueños auténticos, se trata de explorar tu ser, de soltar los deseos colectivos y atreverte a soñar más allá de los paradigmas.
Los sueños no son solo fantasías, son las semillas del cambio, las herramientas que nos permiten construir un futuro mejor para nosotros mismos y para el mundo. La vida es un lienzo en blanco, y solo cada persona tiene para sí el poder de darle color con la tinta de tus anhelos más profundos.
Mantente curioso!
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