Los seres humanos somos entes complejos, en ocasiones nos sentimos felices, en ocasiones insatisfechos, y en otras sentimos que ni siquiera sabemos lo que queremos realmente en la vida. Pero ¿A qué se debe tal nivel de complejidad?
¿Qué es lo que realmente queremos en la vida?
Y realmente la pregunta clave que puede hacerse cualquier ser humano a sí mismo es respecto a qué es lo que realmente desea obtener en su vida. Esta es una pregunta difícil de contestar que, a priori, parece fácil de responder. ¿Y por qué no sería fácil? Quiero decir, debería serlo ¿no? O sea, todos deberíamos saber qué es lo que realmente queremos en la vida y no debería ser algo complicado en ningún sentido...
Pero no es tan sencillo, porque implica muchos factores importantes. Pero antes de hablar de dichos factores, debemos aclarar que saber lo que queremos en la vida es la base para que lo consigamos realmente, y esto es importante porque se trata de nada más y nada menos que la base para nuestra felicidad personal, sea lo que sea que esto signifique para nosotros.
No obstante, como ya dije, conocer lo que realmente queremos en la vida es una pregunta difícil que debería ser fácil. Al menos, es difícil para la mayoría de la gente, pero... ¿Por qué algo que debería ser fácil es tan difícil para tanta gente?
Un simple análisis de la situación nos habla de que lo único necesario para saber lo que realmente queremos en la vida es... Repiquen tambores... Nada más y nada menos que conocernos a nosotros mismos. Sí, tan burdo o trillado como pueda sonar, pero conocernos a nosotros mismos y, todavía más, ser sinceros con nosotros mismos será crucial en todo esto. Porque conocernos a nosotros mismos nos permitirá entendernos y saber lo que ansiamos obtener, lo que nos llena, lo que nos satisface, y ello nos permitirá ser sinceros con nosotros mismos y a la vez ser sinceros con los demás.
¿Por qué tanta gente es tan infeliz?
El mundo parece estar lleno de personas desdichadas e infelices, de eso no cabe duda. Y esto pasa ya que como dije, mucha gente no se conoce a sí misma, mientras otros muchos sí se conocen a sí mismos, pero se autoengañan creyendo que podrán ser felices negando aquellas cosas que saben que les harían ser felices y conformándose con menos de lo que realmente desean.
Esto pasa por muchos factores importantes, ya que muchas veces la gente no reconoce lo que realmente les hace ser felices, porque buscan cubrir las expectativas de los demás, de la familia, de la sociedad, de los amigos, etc, etc.
Pero aquellos que son listos se dan cuenta de que las únicas expectativas que deben cubrir, por egoísta que suene, son las suyas propias. Pero esto no es un llamado a ser egoístas, todo lo contrario, se trata de respetar el orden de nuestras prioridades, porque cuando nos preocupamos por nuestra propia felicidad, luego podemos preocuparnos por la felicidad de los demás.
Pero si no somos felices, porque no nos conocemos, o porque estamos cubriendo las expectativas de los demás, entonces ¿Cómo podríamos procurar la felicidad de otros? Sería una gran hipocresía, ¿no es cierto? Y si embargo, así es como vive mucha gente en este mundo (mucha más de la que podríamos imaginar).
Todo lo dicho puede sonar ambiguo, pero lo explico mejor a través de este caso hipotético: Supongamos que soy joven y decido ir a la universidad pero, a la hora de elegir la carrera que deseo estudiar no tomo mi decisión basado en mis expectativas, sino en la de mis padres. Entonces, en vez de estudiar una carrera que me guste o me haga ilusión, termino estudiando una carrera porque era la que mis padres querían que yo estudiara.
Entonces, esto es el camino correcto para la infelicidad. Y sé que esto puede sonar absurdo, pero créanme, pasa mucho más de lo que se pudiera pensar. La verdad es que como este caso podríamos dar miles de ejemplos, pero usted, amigo lector, ponga el caso que prefiera. El asunto es que esto sucede por muchas razones, y no solo es por complacer la expectativas de otros, si bien eso a veces pasa, porque a veces elegimos o tomamos decisiones respecto a cualquier cosa porque creemos que es la alternativa correcta, o porque creemos que no tenemos una mejor opción, o por simple miedo.
Pero tomar decisiones basándonos en el miedo nunca ha sido una buena opción en la vida del ser humano. Aunque muchos podrían objetar que sí, que el miedo era útil en la era de las cavernas cuando una fiera salvaje se aproximaba a un ser humano, porque esto le permitía reaccionar y ponerse a salvo.
El problema es que cuando lo analizamos bien, a la luz de la verdad, el miedo no era lo que hacía que el hombre de las cavernas se pusiera a salvo cuando percibía un peligro latente, sino la consciencia de lo que podía pasar y el análisis de sus expectativas. O sea, estar frente a frente con la realidad que podía darse en relación con la realidad que él deseaba que sucediera, esto le permitía tomar una decisión objetiva y asertiva que le permitía efectivamente ponerse a salvo.
Si bien tener miedo, en tales casos, puede parecernos algo útil, entonces es, como ya hemos visto, algo engañoso. Porque el miedo genera estrés y si lo dejamos, entonces genera parálisis. Y la parálisis en situaciones de peligro extremo nos pone en mayor peligro todavía. Así que esto no es, como dicen los científicos modernos, cuestión de correr o luchar, se trata de sopesar las alternativas que tenemos ante las situaciones que se nos presentan a fin de tomar las más eficaces decisiones que nos permitan solventar los problemas que se nos presentan.
Pero juguemos a ser los científicos modernos por un momento
O sea, digamos por un segundo que los científicos tienen razón, y que el miedo es un factor útil que nos ayuda a tomar decisiones en casos de amenazas extremas. Esto nos lleva a preguntarnos, ¿de qué sirve esto en la vida cotidiana del ser humano actualmente, cuando la mayoría de las decisiones existenciales que tomamos no tienen repercusión de vida o muerte?
Sí, efectivamente, no tienen repercusión de vida o muerte, pero sí tienen repercusiones en nuestra calidad de vida y en nuestra felicidad personal. Pero tomando decisiones cotidianas de la misma manera que nuestros antepasados decidían si luchar o huír ante una amenaza, entonces nos estresamos, y ello nos lleva a tomar las peores decisiones, porque son decisiones basadas en el miedo que presiona nuestros cerebros primitivos.
Todo esto sin mencionar el efecto negativo que el estrés tiene sobre nuestros organismos. Y no nos llamemos a engaño, porque en estas cuestiones que afectan directamente la felicidad personal, muchos seres humanos se estresan cuando están decidiendo algo, y una vez lo han decidido, ello les lleva a mayor estrés por la ejecución de ese algo realmente indeseado. Y por si fuera poco, luego por la infelicidad ocasionada por la expectativa indeseada que se ha conseguido, entonces se genera también un estrés.
Así que el estrés y la infelicidad en tales casos está garantizada y está por todos lados del camino.
Algunas cosas claves que debemos saber
Tal vez a mucha gente le sorprenda, pero la vida no debe ser una competencia en la que tenemos que medirnos con nadie. Ya que a la única persona que debemos superar es a nosotros mismos cada día, y son las expectativas nuestras las que debemos cubrir primeramente antes de tratar de cubrir las de nadie más.
Todo ello nos lleva al hecho de que debemos saber lo que queremos realmente en la vida. ¿Dinero?, ¿Amor? ¿Lujos? ¿Atención? ¿Ayudar a otros? ¿Familia? ¿Quizás un compendio de muchas de estas cosas mencionadas más otras más? Esto te lo debes responder tú mismo, amigo lector. Pero el punto es que debes tratar de descubrirlo, y ello solo lo podrás hacer si te conoces a ti mismo y tienes la valentía de ir tras aquello que realmente quieres.
Solo una cosa más, conocernos a nosotros mismos requiere capacidad de autoreflexión. Así que debes practicar el olvidado y subestimado arte de filosofar, ya que solo a través de esto podrás lograr entenderte plenamente e ir libremente por lo que realmente sabes que te llenará y te hará ser feliz. Ya que la filosofía nos hace ser seres libres y felices, independientemente de las expectativas que tengamos en la vida.
Es así como nos daremos cuenta que muchas veces la felicidad no es tanto una cuestión de resultados, sino de disfrutar el viaje.
¿Qué opinas sobre el tema tratado? Por favor comenta.
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