Todo comenzó hace cinco años cuando realicé mi chequeo anual con el ginecólogo y obvio las siguientes preguntas no faltaron ¿Edad? 46 años. ¿Hábitos de ejercicios? caminar. Luego de mis respuestas, recibí de vuelta una burlona y explosiva carcajada.
Como toda risa llega a su fin, esperé pacientemente, tratando de entender el chiste. Con voz amigable (por supuesto si fui el objetivo de su risa), me dijo que, si quería llegar a mis 60 años en buena forma y sobre todo con masa muscular, debía urgentemente adoptar algún ejercicio físico.
Ese día estuvo claro mi objetivo: debía iniciar un régimen de ejercicios para que mi cuerpo creara masa muscular. Salí animada y le hice caso a su primera recomendación: ve a un gimnasio.
A la semana siguiente estaba metida entre máquinas, toallas, sudor y mucha gente fitness. Lo acepto yo era una “cucaracha en baile de gallinas”, definitivamente aquel espacio no era para mi en ese momento. Por cierto, ahora estoy evaluando retornar, pero con un objetivo mas definido en mente.
Seguí probando opciones. Así que inicie caminatas a la montaña, al Ávila aquí en Caracas. Perfecto eso es lo mío. El contacto con la naturaleza, el aire puro, el silencio, recibí muy buenos beneficios a nivel mental, emocional y físico. Sin embargo, esa actividad física no era suficiente y así me lo hizo saber el ginecólogo en mi próxima visita. El insistía en máquinas y yo llena de dudas las rechazaba.
Un día un terrible dolor abdominal hizo mi vida cuadritos. Es la bacteria Helicobacter Pylori dijo la gastroenteróloga. ¿Qué hacer? Pregunté y como respuesta obtuve: toma medicamentos y otra voz me dijo haz yoga es perfecta para calmar dolores.
Así fue que un día tomé mi mat y asistí a mi primera clase de yoga. El dolor perenne en mi abdomen me acompañó. Al terminar la clase noté con entusiasmo que el dolor había desaparecido. ¿Qué es esto?, me dije. Luego de conversar con la instructora me dio como respuesta: “Es la respiración. Estas respirando adecuadamente. Tu cuerpo se concentró en la respiración y no en el dolor.”
Pues bien, me lancé como pez al agua en este mundo de yoga. Mientras el dolor abdominal desaparecía (por supuesto con ayuda de medicamentos y otras terapias alternativas), fui descubriendo que ese ejercicio activaba todo mi cuerpo, todos mis músculos.
Accionar, accionar, accionar. Mi objetivo en un principio fue mantenerme en forma, tanto por dentro como por fuera, crear masa muscular y ser una mujer muy activa. Sin embargo, los objetivos te llevan un paso mas allá y pronto me vi inmersa en talleres, cursos y diplomados. Hoy estoy a días de recibir mi acreditación como instructora de yoga 200 horas y voy por más.
En retrospectiva, al mirar al año 2018, mi intención era solo comenzar una rutina de ejercicios para ganar masa muscular. Hoy esa intención ha crecido como una bola de nieve, ahora quiero hacer el diplomado de 500 horas y comenzar de una forma mas seria en un gimnasio, mi objetivo mejorar la resistencia de mis brazos.
Mi conclusión es que el valor de la acción te lleva en la dirección correcta. Un pequeño paso en la dirección correcta, nos abre un abanico de posibilidades.
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Fotos propias tomadas con mi celular Tecno Spark //
Utilicé la versión gratuita de Deepl.com como traductor.Y acción: Hagamos yoga
NOW IN ENGLISH
It all started five years ago when I had my annual check-up with the gynecologist and of course the following questions were asked Age? 46. 46. Exercise habits? walking. After my answers, I received a derisive and explosive laugh in return.
As all laughter comes to an end, I waited patiently, trying to get the joke. In a friendly voice (of course if I was the target of his laughter), he told me that, if I wanted to reach my 60s in good shape and above all with muscle mass, I should urgently adopt some physical exercise.
That day my goal was clear: I had to start an exercise regimen for my body to build muscle mass. I left in high spirits and heeded his first recommendation: go to a gym.
The next week I was in between machines, towels, sweat and a lot of fitness people. I accept that I was a "cockroach at a chicken dance", that space was definitely not for me at that time. By the way, now I am evaluating to return, but with a more defined goal in mind.
I kept trying options. So I started hiking to the mountains, to the Avila here in Caracas. Perfect, that's my thing. The contact with nature, the fresh air, the silence, I received very good benefits mentally, emotionally and physically. However, this physical activity was not enough and my gynecologist let me know so on my next visit. He insisted on machines and I, full of doubts, rejected them.
One day a terrible abdominal pain made my life square. It is the bacterium Helicobacter Pylori, said the gastroenterologist. What to do? I asked and as an answer I got: take medication and another voice told me to do yoga is perfect to soothe pains.
So one day I took my mat and attended my first yoga class. The perennial pain in my abdomen accompanied me. At the end of the class I noticed with enthusiasm that the pain was gone. What is this, I thought to myself. After talking to the instructor, she gave me the answer: "It's your breathing. You are breathing properly. Your body focused on the breathing and not the pain."
Well, I took to this world of yoga like a fish to water. As the abdominal pain disappeared (of course with the help of medication and other alternative therapies), I discovered that this exercise activated my whole body, all my muscles.
Action, action, action. My goal in the beginning was to stay in shape, both inside and out, to build muscle mass and to be a very active woman. However, goals take you a step further and soon I was immersed in workshops, courses and diploma courses. Today I am days away from receiving my 200 hour yoga instructor accreditation and I am going for more.
In retrospect, looking back at 2018, my intention was just to start a workout routine to gain muscle mass. Today that intention has snowballed, I now want to do the 500 hour diploma and start in a more serious way in a gym, my goal to improve my arm strength.
My conclusion is that the value of action takes you in the right direction. One small step in the right direction opens up a whole range of possibilities.
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I used the free version of Deepl.com as translator.