In Venezuela, specifically in the state of Portuguesa, the so-called "cabalgata paecista" is celebrated every June 13th in honor of the birth of the local independence hero, José Antonio Páez.
Although my family lives in that area of the country, I had never participated in this event because on this date I was still in school, and since I lived in another city many kilometers away, it was impossible. However, when my eldest son was born and we decided to move to the interior of the country, we went to witness it when he was a year and a half old.
To give you some context, this day commemorates the birth of the so-called "centaur of the plains," José Antonio Páez, who, along with Simón Bolívar and the liberating army, was one of the key figures in the independence of Venezuela.
Being a llanero state, many inhabitants of the sister cities of Acarigua and Araure own horses, so on this date, they gather in Páez square, which divides these two municipalities, to celebrate with a horseback ride through the entire city.
That day, we went directly to Páez square to wait for the riders, and we brought along his wooden horse, which he named "Tuki," so that it would somehow fit in with the celebration of that event. Tuki was a gift he received on his first birthday, and its name comes from the Christmas song "El burrito sabanero," whose chorus says: "tuki, tuki, tuki, tuki, hurry up, my little donkey, we're almost there."
Since we arrived with plenty of time, we took some photos of my little one with his horse waiting for his fellow riders. Up to that moment, he seemed quite calm, but he got very scared when the horses started arriving.
Many riders offered to lift him onto their horses so that I could take the photo for the memory, however, my child was crying desperately asking to go to the car (Mommy, car, he said). So after a few minutes, and well before the actual horseback ride began, we had to leave to prevent him from getting more anxious.
We wouldn't have been able to stay anyway, as coincidentally, it usually rains in the city during that time, so whether it was due to the rain or my son's fear, we would have had to return home before the horseback ride ended.
In the following years after this experience, we decided not to expose him, and we were content with just passing by the route where the riders would pass, ending at the coleo arena located at the city's exit route.
The positive aspect of this whole experience is that my son was not traumatized by the imposing presence of horses, as when he was older, we went to exhibitions where there were cattle, bovine, porcine, and equine specimens, and he enjoyed seeing them up close.
My second son didn't even have a first encounter with this event, but Tuki survived all those years at home, and was one of the favorite toys of both the older and younger brother, who were my little riders during their early years of life.
The photos cannot be used without my written authorization.
En Venezuela, específicamente en el estado Portuguesa ,se celebra cada 13 de junio la llamada "cabalgata paecista" en honor al nacimiento del prócer local de la independencia, José Antonio Páez.
Aunque mi familia vive en esa zona del país, nunca había participado en este evento, porque en esta fecha todavía estaba con mis actividades escolares, y ya que vivía en otra ciudad a muchos kilómetros de distancia, resultaba imposible, pero cuándo nació mi hijo mayor y decidimos mudarnos al interior del país, fuimos a presenciarlo cuando él tenía año y medio de edad.
Para ponerlos en contexto, ese día se conmemora el nacimiento del llamado "centauro de los llanos" José Antonio Páez, quién junto con Simón Bolívar y el ejército libertador, fue una de las piezas importantes en la consagración de la independencia de Venezuela.
Y siendo este territorio, un estado llanero, muchos de los habitantes de las ciudades hermanas de Acarigua y Araure, poseen caballos, por lo que en esta fecha, se reúnen en la plaza Páez que divide estos dos municipios, para celebrar con una cabalgata por toda la ciudad.
Ese día nos fuimos directamente a la plaza Páez a esperar a los jinetes, y nos llevamos su caballito de madera que él bautizó "Tuki" para que de alguna manera estuviera acorde con la celebración de ese evento. Tuki fue un regalo que recibió el día de su primer cumpleaños, y su nombre viene por la canción navideña de El burrito sabanero, cuyo coro dice: "tuki, tuki, tuki, tuki, apurate mi burrito que ya vamos a llegar".
Cómo llegamos con bastante antelación, aprovechamos a tomar algunas fotos de mi pequeño con su caballito esperando a sus compañeros de cabalgata, hasta ese momento él se mostraba bastante tranquilo, pero cuando empezaron a llegar los caballos se asustó muchísimo.
Muchos jinetes se ofrecieron a subirlo a sus caballos para que yo lograra tomarle la foto del recuerdo, sin embargo mi niño lloraba desesperado pidiendo que nos fuéramos al carro (mami, rarro, me decía), así que luego de unos minutos, y mucho antes de que empezara la cabalgata en sí, tuvimos que retirarnos del lugar para evitar que se pusiera más ansioso.
Igualmente no hubiésemos podido quedarnos, ya que por coincidencia, durante esa jornada suele llover en la ciudad, así que fuera por la lluvia o por el temor de mi hijo tendríamos que volver a casa antes de que terminara la cabalgata.
Los años subsiguientes a esta experiencia decidimos no exponerlo, y nos conformábamos solamente con pasar cerca de la ruta por donde pasarían los jinetes, quienes terminaban el recorrido en la manga de coleo ubicada en la vía de salida de la ciudad.
Lo positivo de toda esta experiencia, es que mi hijo no se traumó con la presencia imponente de los caballos, ya que cuando estaba más grande fuimos a exposiciones en las que estaban ejemplares de ganado vacuno, bovino, porcino y caballar, y él disfrutaba mucho de verlos de cerca.
Mi segundo hijo no tuvo ni siquiera un primer acercamiento a este evento, pero Tuki sí sobrevivió todos esos años en casa, y fue uno de los juguetes preferidos tanto por el hermano mayor como el menor, quiénes fueron mis pequeños jinetes durante sus primeros años de vida.
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