Google Fotos me devolvió a aquel día maravilloso. Uno se traza metas, pero alcanzarlas es muy difícil. En este #TBT, llegan a mí los duros días en lo que tenía que hacer grandes sacrificios, pero también la felicidad que me otorgó titularme como ingeniero civil y demostrar que todo es realmente posible.
Un evento atípico
Mi graduación cayó en las fechas agrias de la pandemia por Covid-19. Aquellos planes de fanfarrias y fiesta tuvieron que suspenderse por obvios motivos. Me sentí muy triste por ello, sobre todo porque la posibilidad de celebrar con mis amigos era muy escasa. Salir a la calle y asistir a eventos era un peligro mortal. Nadie quería contagiarse, y todos se sentían a salvo en sus casas. La universidad realizó una excepción muy dura con todos los graduandos; habría ceremonia, pero bajo un protocolo muy estricto. Mi familia no pudo entrar al pequeño salón donde se llevaría a cabo el acto solemne. Nos dieron togas y birretes del mismo color a todos; a mí y otros compañeros nos correspondía togas blancas por nuestra excelencia académica, pero nada de eso pasó. Todo fue bastante genérico.
La ceremonia fue corta y precisa. No podíamos aglomerarnos ni acercarnos tanto. Nos colocaron guantes blancos y, antes de iniciar, nos hablaron del protocolo para evitar un posible contagio por Covid. Más que una graduación, parecía una charla de salud. Era necesario, desde luego; en aquel entonces el tema primordial era no contagiarse y guardar las distancias establecidas. Nos entregaron los diplomas y, sin más ni menos, nos despidieron. Siempre soñé con algo mejor, pero hay cosas que definitivamente no podemos cambiar.
La emoción se lleva en el logro alcanzado
Más allá de lo atípico que fue el evento de graduación, pude reencontrarme con algunos de mis amigos y tomarme fotografías. Al final nos permitieron sacarnos fotos con uno de nuestros familiares: yo elegí a mi mamá. Fuera del salón de eventos, me reuní con mis hermanos y papá, y compartí con ellos.
Debo admitir que me sentía muy feliz. Estudiar ingeniería fue un reto bastante difícil, todavía más por las circunstancias que rodearon mi carrera. Vivía a 60 kilómetros de la universidad y la crisis en Venezuela estaba aguda. Me demostré a mí mismo que soy un guerrero, y que con convicción y objetivos claros, nada es imposible. Terminé de celebrar en casa con un helado. Mi graduación fue apenas una de las tantas metas que tengo en mente, y que, desde luego, también me gustaría alcanzar con éxito.
¿Qué recuerdos trae a ti la pandemia de Covid-19?
Definitivamente, este #TBT me ayudó a pensar que, incluso al final de mi carrera universitaria, las cosas no fueron fáciles... pero se lograron los objetivos, que es lo más importante.
English Version
Google Photos brought me back to that wonderful day. You set goals, but achieving them is very difficult. In this #TBT, I remember the hard days when I had to make great sacrifices, but also the happiness that came with graduating as a civil engineer and showing that everything is really possible.
An atypical event
My graduation fell on the bitter days of the Covid-19 pandemic. Those planes of fanfare and partying had to be suspended for obvious reasons. I felt very sad about it, especially because the possibility of celebrating with my friends was very scarce. Going out and attending events was a mortal danger. Nobody wanted to get infected, and everyone felt safe at home. The university made a very harsh exception for all graduates; there would be a ceremony, but under a very strict protocol. My family could not enter the small room where the solemn act would take place. They gave us all gowns and caps of the same color; My classmates and I were supposed to wear white robes for our academic excellence, but nothing like that happened. It was all pretty generic.
The ceremony was short and to the point. We couldn't crowd together or get too close. We put on white gloves and, before starting, they talked to us about the protocol to avoid a possible contagion by Covid. More than a graduation, it seemed like a health talk. It was necessary, of course; at that time the main issue was not to get infected and to keep the established distances. They gave us the diplomas and, without further ado, they said goodbye to us. I always dreamed of something better, but there are things that we definitely cannot change.
The emotion is carried in the achievement reached
Beyond how atypical the graduation event was, I was able to meet up with some of my friends and take pictures. In the end they allowed us to take pictures with one of our relatives: I chose my mother. Outside the event hall, I met up with my brothers and dad, and shared with them.
I must admit that I felt very happy. Studying engineering was quite a difficult challenge, even more so because of the circumstances surrounding my career. I lived 60 kilometers from the university and the crisis in Venezuela was acute. I proved to myself that I am a warrior, and that with conviction and clear objectives, nothing is impossible. I ended up celebrating at home with an ice cream. My graduation was just one of the many goals I have in mind, and which, of course, I would also like to achieve successfully.
What memories does the Covid-19 pandemic bring back to you?
This #TBT definitely helped me think that, even at the end of my university career, things were not easy... but the objectives were achieved, which is the most important thing.
Fotografías extrídas de mi archivo personal. 18/03/2021
For the best experience view this post on Liketu