MONUMENTO DORADO PARA GUAICAIPURO by @pelulacro
(English version below)
Desde hace más de un año, todo el que transita por la otrora autopista Francisco Fajardo de la ciudad de Caracas, en el tramo cercano a los estadios universitarios, no puede evitar mirar una figura monumental, de reluciente color dorado, que se levanta desde una gran roca con petroglifos, rodeada de palmeras y figuras de indígenas, elaboradas todas con los mismos materiales: hierro forjado y latón y un feroz jaguar de cemento.
La figura gigantesca, con más de veinte metros de alto, representa al Cacique Guacaipuro o también llamado Guaicaipuro, epónimo que el gobierno asignó a esta importante vía que atraviesa toda la capital venezolana. La obra escultórica fue diseñada y construida por el escultor e ingeniero Juan Rodríguez con el apoyo de más de veinte soldadores y latoneros. La figura de Guaicaipuro, que muchos comentaristas y entendidos en la materia le niegan valor artístico, está ubicada en una estrecha isla, en un sector que suele congestionarse de tránsito vehicular en horas del día.
Independientemente de que el otrora cacique de los Teques, se merezca o no este homenaje, el gobierno municipal debió analizar la conveniencia de la monumentalidad de la obra y la pertinencia del lugar donde fue erigida esta escultura o armadura, además que salta a la vista el derroche de ingentes cantidades de dinero en el adorno de una ciudad que tiene claramente prioridades y problemáticas no resueltas en años, como la basura, escasez de agua, fallas en el suministro de electricidad en barrios y urbanizaciones y con los servicios de educación, salud y seguridad ciudadana reducidos a la mínima expresión.
La gigantesca figura de hierro, destaca más por su monumentalidad que por su calidad estética. Aquí no se tomó en cuenta el sentido de la proporción y la armonía de las partes que deben tener obras pictóricas, arquitectónicas y sobre todo escultóricas. La imagen de Guaicaipuro es de un coloso corpulento y desproporcionado, no el de un guerrero. Las figuras que representan a su padre, el cacique Catuche, a su cónyuge Urquía y posiblemente a sus tres hijos (entre ellos a Baruta suponemos) lucen muy disminuidas, restándole de plano la importancia que tuvieron estos personajes que también ofrendaron sus vidas para defender sus tierras del vasallaje. La orquídea no podía estar peor representada pues esta flor nacional es de una planta que se encaja en los troncos de los árboles, no es una planta que se dé en la tierra como se ve en la obra. Figuras humanas y plantas fueron elaboradas con hierro, a excepción del jaguar que es una escultura que se acerca más a lo figurativo del naturalismo, hecha en cemento y pintada a todo color, como el animal real.
Pintar de dorado este conjunto, incluyendo las palmeras, que relucen en la noche (los cocos son lámparas), busca destacar el brillo del oro que defendieron los aborígenes que poblaron las montañas de Los Teques. Y este referente nos hace recordar con justicia que Guaicaipuro, así como su padre Catuche, lucharon contra los españoles para evitar que éstos se llevaran el oro descubierto en las montañas de los altos mirandinos.
Sin embargo, muchos caraqueños hablan del “mamotreto de Guaicaipuro” en la autopista del mismo nombre y no precisamente del monumento.
For more than a year now, anyone traveling along the former Francisco Fajardo highway in the city of Caracas, in the stretch near the university stadiums, cannot avoid looking at a monumental figure, gleaming golden, rising from a large rock with petroglyphs, surrounded by palm trees and indigenous figures, all made with the same materials: wrought iron and brass and a fierce concrete jaguar.
The gigantic figure, more than twenty meters high, represents the Cacique Guacaipuro or also called Guaicaipuro, eponym assigned by the government to this important road that crosses the entire Venezuelan capital. The sculpture was designed and built by the sculptor and engineer Juan Rodríguez with the support of more than twenty welders and brass workers. The figure of Guaicaipuro, which many commentators and experts in the matter deny its artistic value, is located on a narrow island, in a sector that is usually congested with vehicular traffic during the day.
Regardless of whether or not the former chief of Los Teques deserves this tribute, the municipal government should have analyzed the appropriateness of the monumentality of the work and the relevance of the place where this sculpture or armor was erected, Besides, the waste of huge amounts of money in the adornment of a city that clearly has priorities and problems that have not been solved for years, such as garbage, water shortages, failures in the supply of electricity in neighborhoods and urbanizations, and with education, health and citizen security services reduced to the minimum expression.
The gigantic iron figure stands out more for its monumentality than for its aesthetic quality. Here the sense of proportion and harmony of the parts that pictorial, architectural and, above all, sculptural works should have were not taken into account. The image of Guaicaipuro is that of a corpulent and disproportionate colossus, not that of a warrior. The figures that represent his father, the cacique Catuche, his spouse Urquía and possibly his three children (among them we suppose Baruta) look very diminished, subtracting the importance that these personages who also offered their lives to defend their lands from the vassalage had. The orchid could not be worse represented because this national flower is a plant that fits in the trunks of the trees, it is not a plant that grows in the ground as it is seen in the work. Human figures and plants were made with iron, except for the jaguar, which is a sculpture that is closer to the figurative of naturalism, made in cement and painted in full color, like the real animal.
Painting this set in gold, including the palm trees, which gleam at night (the coconuts are lamps), seeks to highlight the brightness of the gold that defended the aborigines who populated the mountains of Los Teques. And this reference makes us remember with justice that Guaicaipuro, as well as his father Catuche, fought against the Spaniards to prevent them from taking the gold discovered in the mountains of the high Mirandinos.
However, many Caraqueños talk about the grotesque figure of Guaicaipuro on the highway of the same name and not precisely about the monument.
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