La vida es como un vagón que no para de transitar
La vida es como un vagón que no para de transitar, así lo veo hoy, justo después de tu triste partida amigo, que fueron abriendo paso al lagrimar, que corría de forma desdibujada por mi mejilla, sin prisas, ni apuros, se detuvo todo, eran tiempos de pensar, para reflexionar de este momento, tan triste, tan sombrío, a la vez tan cruel… Quien iba a pensar que la vida es como un vagón, lleno de todo y nada a la vez…
La vida es como un vagón que no para de transitar, haciendo honor a tu escrito amigo, esos que plasmabas a menudo, de esos que te dejaban un acertijo, si eran fantasía o realidad, ese relato o poema que cobraba vida al leerte, tus letras era como un libro lleno de curiosidad, de sorpresas y que te dejaba deseando leer más…
La vida es como un vagón que no para de transitar, sí, más cuando lo leo una y otra vez, en ese pasaje de nostalgia, aun cuando estemos en la adultez, aun cuando hemos llevado más de 4 décadas y más, ahora es que nos falta por recorre en ese vagón…
La vida es como un vagón que no para de transitar, tantas metas por recorrer, proyectos por encaminar, caras por ver y recordar, o sencillamente, gentes por conocer… Un sinfín de etapas vamos pasando, mirando hacia un futuro lejano, ese que nos impulsa a trabajar en el presente para lograrlo, sin miedo a seguir intentándolo, a embarcarnos una y otra vez, hasta triunfar…
La vida es como un vagón que no para de transitar, muchas ventanas por mirar, puertas que se cierran y abren de par en par, con oportunidades únicas, grandiosas, que quizás nos conduzcan a infinidades de obstáculos que debemos afrontar con valentía, esfuerzo y gallardía; pero no podemos detenernos, debemos levantarnos en las caídas, reponernos en las derrotas, agarrar impulsos en las perdidas y continuar, siempre continuar, nada en el mundo se detiene, eso debemos tenerlo presente, el tiempo corre, sin importar tu adversidad, nada lo detiene, sino tu final, que todo parece ser efímero, sempiterno y pasajero…
La vida es como un vagón que no para de transitar, que nos conduces a diferentes estaciones, los rieles crujen cuando hay dolor o nostalgia, se descarrilan de vez en cuando nuestro horizonte, pero volvemos a tomar el curso, el control del timón, siempre debemos ir hacia adelante, ver la luz al final del túnel, que no se empañe nuestra luz, somos seres de luz, debemos seguir brillando como el sol, la luna y las estrellas; sin importa la dificultad más remota, hasta que nos toque partir, para seguir volando alto…
Todos los derechos reservados de Autor.
Maleida Marcano/@maleidamarcano.
Las Fotografías son de mi propiedad y fueron tomadas por mi teléfono Infinix Hot 10i.
For the best experience view this post on Liketu