Hay cosas que nunca pensamos hacer por lo imposible que parecen, pero luego suceden y entonces entramos en cuenta de que solo necesitamos dar el paso, sin miedo. Casi nunca voy a la ciudad de Maturín, Venezuela, ha pasear o convivir por largas horas. Vivo a casi 63 km de la ciudad, por lo que se me hace difícil. Sin embargo, una amiga y otros compañeros de trabajo planificaron una actividad de fin de año, en la cual visitaríamos el cine y algunos otros lugares emblemáticos de dicha ciudad. Tenía mis dudas de aceptar la invitación, pero al final, me atreví a hacerlo.
Siempre he sido una persona a la que no le gusta salir de casa por mucho tiempo, pues los miedos me ganan, todavía más se es de noche. Salí como a eso de las 2:00 PM y llegué a Maturín a las 4:30 PM. La ciudad estaba congestionada por las compras navideñas. Este mes es muy rápido y por ende, peligroso. Hay que estar atentos a cada cosa. Por suerte, me encontré con mis compañeros de trabajo y se nos hizo fácil conseguir un bus hasta el cine. Allí vimos la película Mufasa, la cual nos dejó con un sabor medio amargo. Posteriormente, fuimos a dar un paseo por el centro de la ciudad, en donde hicimos una aparada en la Catedral. Terminamos con un par de hamburguesas y algunos tragos de vino.
Me devolví a casa al día siguiente. Fue una experiencia bastante bonita y diferente, sobre todo cuando compartes con personas que han trabajado junto a ti y también merecen un descanso de sus actividades diarias. Así que hoy, en el día de Navidad, quiero enaltecer el dilema de que, si realmente quieres algo, debes dar el paso para conseguirlo. A veces nos aterra, pero no saben cuán bien se siente demostrarse que nada es imposible, y que entre los sueños anhelados y las realidades, solo hay acciones.
¡Siempre hay que accionar!
English Version
There are things that we never thought of doing because they seemed impossible, but then they happen and then we realize that we just need to take the step, without fear. I almost never go to the city of Maturín, Venezuela, to walk or spend long hours together. I live almost 63 km from the city, so it is difficult for me. However, a friend and some other coworkers planned an end-of-year activity, in which we would visit the cinema and some other emblematic places in the city. I had my doubts about accepting the invitation, but in the end, I dared to do it.
I have always been a person who does not like to leave the house for a long time, because fear gets the better of me, even more so at night. I left around 2:00 PM and arrived in Maturín at 4:30 PM. The city was congested by Christmas shopping. This month is very fast and therefore dangerous. You have to be aware of everything. Luckily, I met up with my coworkers and we easily got a bus to the cinema. There we watched the movie Mufasa, which left us with a bitter taste in our mouths. Afterwards, we went for a walk through the city centre, where we stopped at the Cathedral. We finished with a couple of hamburgers and some wine.
I returned home the next day. It was a very nice and different experience, especially when you share it with people who have worked alongside you and also deserve a break from their daily activities. So today, on Christmas Day, I want to praise the dilemma that if you really want something, you must take the step to get it. Sometimes it terrifies us, but you don't know how good it feels to prove that nothing is impossible, and that between longed-for dreams and realities, there are only actions.
You always have to act!
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