Termina una temporada caótica para los Tigres de Aragua, algo que, lamentablemente, se ha vuelto la norma en las últimas cinco campañas. Parecen haberse convertido en los eternos favoritos para el puesto de comodín, pero cuando llegan los juegos decisivos, simplemente no logran dar el paso adelante.
A chaotic season ends for the Tigres de Aragua, something that, unfortunately, has become the norm in the last five campaigns. They seem to have become the perennial favorites for the wild card spot, but when the decisive games come, they simply fail to step up.
Lo ocurrido en este corto Round Robin, en el cual seguí cada uno de los juegos, incluso los que parecían perdidos desde temprano, no fue más que un reflejo fiel de lo que sucedió durante toda la temporada regular. Los errores defensivos, un picheo demasiado intermitente y una ofensiva que, aunque en su momento fue de las más potentes del circuito —especialmente en diciembre—, siempre falló en los momentos clave dejando corredores en las bases.
What happened in this short Round Robin, in which I followed each of the games, even those that seemed lost early on, was nothing more than a true reflection of what happened throughout the regular season. Defensive errors, an intermittent pitching staff and an offense that, although at the time was one of the most powerful in the circuit -especially in December-, always failed at key moments leaving runners on the bases.
Hoy quiero compartir mis impresiones de lo que fue la temporada 2024-2025 para los Tigres. Al inicio todo apuntaba a que las cosas serían diferentes: el equipo comenzó con buen pie, mostrando un nivel que daba para ilusionarse. Honestamente creí que este sería el año en que los Tigres volverían a ser protagonistas. Pero entonces llegó el problema con Alexi Amarista, que desestabilizó al grupo, y el equipo simplemente no fue el mismo. El mes de noviembre fue para el olvido, una seguidilla de derrotas y actuaciones inconsistentes que hicieron temer lo peor.
Sin embargo, en diciembre ocurrió lo inesperado: como si algo encendiera la chispa, los Tigres levantaron su nivel y lograron colarse al Round Robin. Fue un respiro para los fanáticos, un momento de esperanza en medio de la incertidumbre. Pero, siendo realistas, esos altibajos constantes ya eran una señal clara de que este equipo no estaba preparado para competir con conjuntos tan sólidos como los Cardenales de Lara o los Bravos de Margarita.
En mi opinión, esos dos equipos merecen estar en la final. Lara, porque siempre ha sido un aspirante constante al título, y Bravos, porque llegar a su primera final sería histórico y un justo reconocimiento a su trabajo en equipo y consistencia.
Today I want to share my impressions of what the 2024-2025 season was like for the Tigers. At the beginning everything pointed to the fact that things would be different: the team started off on the right foot, showing a level that gave us hope. I honestly believed that this would be the year in which the Tigres would be protagonists again. But then came the problem with Alexi Amarista, which destabilized the group, and the team was simply not the same. November was a month to forget, a string of defeats and inconsistent performances that made us fear the worst.
However, in December the unexpected happened: as if something ignited the spark, the Tigers raised their level and managed to sneak into the Round Robin. It was a respite for the fans, a moment of hope in the midst of uncertainty. But, realistically, those constant ups and downs were already a clear sign that this team was not ready to compete with such solid teams as the Cardenales de Lara or the Bravos de Margarita.
In my opinion, these two teams deserve to be in the final. Lara, because they have always been a constant contender for the title, and Bravos, because reaching their first final would be historic and a fair recognition of their teamwork and consistency.
Volviendo a los Tigres, es evidente que el principal problema radica en la gerencia. Cualquier persona que conozca el béisbol venezolano sabe que los fanáticos y, probablemente, los propios jugadores no están contentos con la gestión actual. Víctor Zambrano no ha logrado tomar las decisiones correctas. Las importaciones de este año, y de las temporadas anteriores, no han cumplido las expectativas. Además, jugadores clave como Leobaldo Cabrera, Yonathan Mendoza, Yorman Rodríguez y Eduardo Escobar no estuvieron a la altura de lo que el equipo necesitaba.
Por otro lado, el manejo de Russel Vásquez como mánager dejó mucho que desear. A mi parecer, fue responsable directo de la pérdida de juegos claves en el Round Robin, lo que condenó al equipo y apagó cualquier aspiración de llegar a la final.
Returning to the Tigres, it is evident that the main problem lies with the management. Anyone who knows Venezuelan baseball knows that the fans and probably the players themselves are not happy with the current management. Victor Zambrano has failed to make the right decisions. Imports this year, and in previous seasons, have not met expectations. In addition, key players such as Leobaldo Cabrera, Yonathan Mendoza, Yorman Rodriguez and Eduardo Escobar did not live up to what the team needed.
On the other hand, the management of Russel Vasquez as manager left much to be desired. In my opinion, he was directly responsible for the loss of key games in the Round Robin, which condemned the team and extinguished any aspirations of reaching the final.
Eso sí, no todo fue negativo. Hubo algunos puntos altos que merecen ser destacados, como el desempeño de Lorenzo Cedrola, quien se coronó campeón bate, y el aporte ofensivo de Odúbel Herrera, aunque su continuidad en el equipo para la próxima temporada parece incierta, especialmente porque no estuvo presente en los últimos encuentros.
Algo que he aprendido en todos estos años como fanática del béisbol es que, por mucho que algunos jugadores quieran darlo todo en el terreno y defender su camiseta con orgullo, si las condiciones no son las adecuadas, es imposible alcanzar el éxito. Un equipo que no encuentra armonía en el dogout, que enfrenta tensiones internas o rencillas entre sus jugadores, jamás podrá ser esa unidad sólida que se necesita para competir en instancias finales.
Ahora solo nos queda esperar hasta octubre, con la esperanza de que el equipo haga los ajustes necesarios. Los fanáticos seguiremos apoyando de corazón, soñando con el regreso de esa dorada época de la dinastía que marcó una generación.
However, not everything was negative. There were some high points that deserve to be highlighted, such as the performance of Lorenzo Cedrola, who was crowned batting champion, and the offensive contribution of Odúbel Herrera, although his continuity in the team for next season seems uncertain, especially because he was not present in the last games.
Something I have learned in all these years as a baseball fan is that, no matter how much some players want to give their all on the field and defend their jersey with pride, if the conditions are not right, it is impossible to achieve success. A team that does not find harmony in the dogout, that faces internal tensions or quarrels among its players, will never be able to be the solid unit needed to compete in the finals.
Now we can only wait until October, hoping that the team will make the necessary adjustments. We, the fans, will continue to support them wholeheartedly, dreaming of the return of that golden era of the dynasty that marked a generation.
Resources Used
Translator: Deepl