De mis experiencias con la pesca he hablado antes por acá, y justo en esta comunidad, además. Pero, hay algunas anécdotas que he escuchado que son dignas de compartir. Por ejemplo, un día, sentado a la mesa, uno de mis familiares empezó a hablarme un poco de su juventud, y una de sus historias estaba situada en el mar.

En aquellos días trabajaba para un hombre con bastante dinero, este tenía un yate pequeño y uno de sus trabajadores era bastante atrevido, este invitó a mi tío a salir en ese yate a pasar un rato en alta mar. Mi tío, joven y lleno de ganas de aventura aceptó sin dudar. Salieron a toda velocidad y en alta mar, sacaron unos sedales para probar suerte.

El asunto fue que fue tan desorganizado su compañero que de vuelta no respetó las normas y fue interceptado por la policía. No teniendo los papeles necesarios del yate para la situación, terminaron ambos en una celda hasta que su jefe llegó. Increíblemente este no se mostró lleno de ira, sino más bien se empezó a reír. Parecía que no era la primera vez que ese empleado salía con esas cosas, además la estima que le tenía no era poca.

Probablemente el alcohol en el yate contribuyó a que el descontrol llegara a la ecuación, pero bueno, todo eso se pudo solucionar y a día de hoy es solo una historia que saca más de una sonrisa. La juventud de mi tío fue bastante movida, pues no son pocas las anécdotas de ese tipo que me ha contado, aunque no sabría decir si todas son ciertas.

En otra ocasión, pero esta vez en los tiempos ya bien conocidos por los venezolanos, esos en los que la escasez, las colas y las protestas estaban a la orden del día. Bueno, para esos días la sardina era una de las comidas más frecuentes en la mesa de muchos, esto por su precio por kilo, bastante más accesible que el resto de las opciones que había en el mercado.

El asunto es que era tanta la demanda, que se estaba "abusando del mar", es decir, la sobrepesca empezó a ser denunciada. Por ello, se tomaron acciones legales, que, como era de esperarse, redujeron las opciones para los más pobres y vulnerables. Diría que era necesario para evitar un descontrol en los ecosistemas marítimos, pero, vaya que golpeó duro a los sectores más bajos.